Ex custodios la recuerdan "por su carácter agresivo"
Gurza tenía escolta de la AFI, pero la corrió
Desde marzo de 2004, la familia de Carlos Ahumada contó con escolta de la Agencia Federal de Investigación (AFI) de la Procuraduría General de la República (PGR).
Sin embargo, Cecilia Gurza, esposa del empresario de origen argentino, se cansó de ellos, y en octubre de 2005 exigió que ya no la cuidaran. Por ello el número de elementos de la AFI que se encargaban de brindarle protección se redujo de ocho a cuatro. Un mes después, ella exigió "de manera grosera" que ningún custodio la vigilara, "por eso se decidió retirar la protección", reveló a La Jornada un funcionario de la AFI.
La mañana de ayer, en cuanto se hizo público el presunto atentado que sufrió Gurza y sus tres hijos, el director de la AFI, Genaro García Luna, ordenó que fueran asignados dos agentes para dar seguridad a la familia Ahumada Gurza.
La fuente consultada refirió que durante los nueve meses que se le proporcionó protección a la familia del dueño de Grupo Quart se produjeron "diferencias" entre los escoltas y Gurza, a quien los agentes federales que estuvieron asignados a su custodia recuerdan bien "por su carácter agresivo".
Por ello, durante el presunto atentado que sufrió ayer la esposa del empresario no había escoltas que repelieran la agresión y trataran de capturar a los atacantes la camioneta en que viajaba la señora, tres de sus hijos y su chofer.
La fuente consultada reveló que con base en el oficio PGR/SIEDO/UEIS/914/2004, la dependencia federal otorgó protección oficial a Gurza y familia, que abarca también a sus hijos María Cecilia, de 16 años; Carlos Emiliano, de seis, y Ana Lucía, de cinco.
En octubre del 2005, según el funcionario, la corporación recibió una tarjeta informativa de sus agentes, en la que exponían a sus jefes que Gurza los había "despedido", porque no quería verlos más.
La esposa de Ahumada, según los datos obtenidos, en ocasiones pidió a los agentes que salieran de su casa, y luego, aunque se apostaron en las casetas de vigilancia que cuidan la zona donde vive Gurza, "en alguna ocasión llegó hasta ahí a decirles que se retiraran", por lo que los elementos policiacos tuvieron que vigilarla desde sus unidades, en la esquina de las calles más cercanas.
Así comenzó la disminución del número de agentes que cuidaba a la familia Ahumada Gurza, a grado de que, según las versiones obtenidas, los dos agentes que la cuidaron hasta noviembre pasado recibieron orden de ya no presentarse a la zona del domicilio de la familia. Muchas veces la señora evadía a los policías para que no la siguieran.
De acuerdo con la información obtenida, la AFI dio protección a la familia de Ahumada desde marzo de 2004, ante una denuncia que presentó Gurza por amenazas de secuestro que recibió por teléfono.
Por esos hechos la PGR inició una indagatoria para dar con los responsables de dichas amenazas.