Diez tiros en la camioneta blindada de Cecilia Gurza
Presunto atentado contra la esposa de Ahumada
Cancela exhibición de videos sobre casos de corrupción
A 60 metros de distancia del portón principal de su domicilio, en San Antonio 56, de la colonia San Angel Inn; en una zona vigilada por tres circuitos de video y en un callejón que no mide más de cinco metros de ancho y carece de salidas fáciles hacia alguna vialidad primaria, la familia de Carlos Ahumada Kurtz presuntamente fue víctima de un atentando a tiros.
Los 10 balazos calibre nueve milímetros impactados en la camioneta blindada de la familia, orillaron a Cecilia Gurza, esposa de Ahumada, a recular y no exhibir "los cinco videos" en que supuestamente se documentaría "corrupción" de funcionarios del Gobierno del Distrito Federal y militantes del Partido de la Revolución Democrática.
Según peritajes practicados en el lugar, dos tiros alcanzaron la ventanilla del conductor y el resto, abajo, a lo largo de la camioneta. Gurza iba sentada atrás del chofer con su hija y en un tercer asiento sus otros dos hijos. Durante los hechos no hubo lesionados ni detenidos.
Casi a "las 6:10 de la mañana" Gurza y sus hijos abordaron la Suburban color arena, placas 118 THV. Fue un día atípico, pues además de la presentación de los videos -programada para el mediodía en las oficinas del Grupo Quart-, Gurza decidió acompañar al chofer, Víctor Jacinto Cortés, y a sus hijos al Colegio Alemán, pues "la más pequeña tenía una competencia de natación" y deseaba verla.
Apenas acaban de salir cuando "fueron encandilados" por un automóvil y "de inmediato" se escucharon las detonaciones, refirió Gurza.
"No vi nada, me agaché con mis hijos y cuando terminaron los tiros el chofer nos dijo que permaneciéramos así, porque no sabía si iban a regresar. El marcó al 060 y nos paramos hasta que arribó una patrulla. Los policías nos dijeron que podíamos salir y nos acompañaron hasta la casa."
Vecinos relataron que los disparos se escucharon alrededor de las 6:12 am; el centro de emergencias de la Secretaría de Seguridad Pública recibió la primera llamada de auxilio a las 6:22.
Luego hubo una segunda llamada al 060; fue anónima y se reportó que los responsables huyeron en una camioneta Durango, roja, placas 204YNW, matrícula que resultó inexistente, de acuerdo con el padrón vehicular. Para esos momentos Gurza ya había mencionado de la presencia "de un automóvil compacto".
La primera patrula que llegó fue la AOB4 5985 de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), cuyos tripulantes presuntamente acompañaron a Gurza e hijos a su domicilio.
La camioneta permaneció en el lugar de los hechos -frente al número 44 del callejón de San Antonio-, hasta las 9:55 horas. La Suburban, color arena, estaba parada en línea recta y menos de 50 centímetros la separaban de una pared amarilla. Esto impedía que los ocupantes se bajaran de ella por el costado derecho.
Se produjo una intensa movilización policial: arribaron unidades de la SSP, de la PGJDF, además del subsecretario de la Policía Preventiva, Gabriel Regino García, y Pedro Estrada, ex director de Servicios Periciales de la procuraduría capitalina y ahora asesor en la SSP.
El chofer y Gurza incurrieron en contradicciones en sus relatos. Ninguno fijó el número de los atacantes ni el automóvil que usaron: primero mencionaron una camioneta y luego el auto compacto "parecido al Sentra".
Los habitantes del callejón de San Antonio dijeron que parecían "disparos al aire"; Gurza primero aseguró que se realizaron a "distancia considerable" y Jacinto Cortés dijo que se hicieron "a corta distancia".
Tras entrevistar a las supuestas víctimas y aún con la Suburban varada, Regino ordenó a un subalterno que bloqueara la calle con su patrulla: un Sentra que fue estacionado paralelamente a la Suburban.
Aunque los vehículos no se encontraban a la misma altura, era evidente que la distancia entre ambos era de menos de 30 centímetros, por lo angosto del callejón.
En las inmediaciones existen tres cámaras de seguridad. La primera en el domicilio de Cecilia Gurza, a unos 70 metros de donde quedó la Suburban, disimulada en un farol y dirigida al lugar de los hechos. Se le preguntó a Gurza si facilitaría la grabación a las autoridades, respondió: "no sé si alcance a grabar hasta allá".
Más lejos y escondida en un muro en el número 69 de la calle de Leandro Valle, transversal al callejón de San Antonio, hay otra cámara. Peritos de la procuraduría hablaron con los dueños de la casa para que les facilitaran la grabación.
Unos 200 metros más allá, hay una cámara movible; si bien no pudo registrar todo lo ocurrido, es probable que haya grabado los automóviles que circularon a esas horas.
El callejón de San Antonio tiene forma de herradura, es estrecho y está empedrado. Para salir de allí sólo hay dos opciones: tomar Leandro Valle -calle angosta, como San Antonio-, para recorrer un tramo de Lazcano y acceder a avenida Altavista.
La segunda es más complicada: hay que circular más de 300 metros sobre San Antonio, dar vuelta en el callejón de Licenciados y tomar Hidalgo hasta avenida México y finalmente el Periférico.
La procuraduría capitalina inició una averiguación de oficio y el titular de la SSP local, Joel Ortega Cuevas, informó que puso agentes a disposición de Gurza e hijos para darles protección.