Astillero
Desenlace pospuesto
Los negocios del cuñado, ¿verdad o mentira?
El presunto atentado y los videos retenidos
Andrés Manuel López Obrador apostó anoche a mostrarse sin vehemencias, distante de los apasionamientos y la rispidez que sus adversarios supondrían. En ese posicionamiento, dos veces fue acusado de mentir. A la primera de ellas, referente al tema Fobaproa y con Arturo Núñez como compañero de viaje, opuso una insospechada ecuanimidad proveniente de esa sostenida intención nocturna de ofrecerse a las pantallas como un político sosegado y no bronco ni reactivo. Por razones de formato, a la segunda y última acusación de mendacidad el perredista tabasqueño ya no pudo responder, aunque justamente del desenlace de ese postrer punto impuesto por AMLO, el de los presuntos negocios del cuñado incómodo del candidato panista (de que sean verdad o mentira), habrá de depender el resultado definitivo.
Cansino espectáculo de candidatos en el que Roberto Madrazo continuó ejecutando el papel de policía malo que su nuevo suministrador de publicidades urinarias, Carlos Alazraki, le ha asignado, y en el que Roberto Campa asumió una nueva personalidad oratoria, ya no el enojón del anterior encuentro sino ahora un declamador escolar (¡gracias, profesora Elba Esther!) que en cada frase imprimía acentos en busca de convencimiento mediante el arrastrar de palabras y la supuesta profundidad nacida del alma. De Patricia Mercado poco podría decirse, si acaso que fue más interesante la competencia virtual que en un salón adjunto el doctor Simi pretendió hacer mediante argucias tecnológicas luego que, como era natural, le hubiera sido prohibido entrar al palenque pentagonal con su sillita y su atril.
Quienes aseguraban que ésta sería la última oportunidad de repunte de la agencia de pompas políticas fúnebres denominada Madrazo, ya podrán ir apuntando en su reporte criminológico que el priísta tabasqueño va encaminado al más allá. Densamente correcto, lleno de propuestas que no estremecían ni al micrófono inmediato, Madrazo no pudo colarse al segmento delantero en el que López Obrador y Calderón se consolidaron.
La presencia del tabasqueño amarillo tampoco provocó las conmociones que en positivo sus seguidores esperaban y en negativo sus opositores auguraban. De haber ido al primer debate, y de haberse comportado como ayer, mucha tinta se habría ahorrado el país y mucho desgaste los módicos encuestadores unidos. López Obrador dijo más o menos lo que siempre dice, salvo en el arranque final que dejó el desenlace en suspenso, a reserva de confirmar o desmentir la nota. El michoacano blanquiazul, por su parte, se mostró enjundioso en términos oratorios pero a fin de cuentas no hizo sino reiterar sus rutinas, cargando el acento en los temas de peligrosidad de su principal adversario. Felipe fue más contundente, pero también más ensayado, más acartonado, con sus acostumbrados recursos gráficos que incluso Madrazo utilizó en la última de sus intervenciones.
Día de la presunta bestialidad política (666) que comenzó con balas sospechosas que provocaron la posposición de un espectáculo de videos ampliamente anunciado y terminó con un falso debate que se quedó en un simple rosario de cápsulas propagandísticas apenas salpicado de picardías menores.
A pesar de todo, extraña apacibilidad entre signos malignos. Exorcismos sociales tempranos a pesar de asomos al infierno como fue el raro incidente matutino que instaló la violencia armada en el inventario de las elecciones en curso. Supuesto día de estreno de escandalosos videos ahumados que por lo pronto se quedó en una nota roja bajo sospecha, sin asomo inmediato de las filmaciones que según eso afectarían al representante perredista en el IFE y al subprocurador capitalino (oportuno golpe se estaría dando a ese representante en el instituto electoral, Horacio Duarte, justamente cuando crece la exigencia de que se verifique el padrón de electores y se esclarezcan los datos preocupantes que Jaime Avilés ha reporteado respecto a maniobras cibernéticas que permitirían fraudes electorales "modernos").
Revelaciones fílmicas fallidas que, sin embargo, delataron nuevamente las pláticas telefónicas de asesoría y gestoría que una ex presidenta del PRD sostiene con su ex patrocinador en problemas. Enredos y contradicciones en la versión familiar del presunto percance de una camioneta blindada cuyas peripecias permitieron reprogramar la premier de una producción cinematográfica ahumada que parecía no contener los suficientes elementos de suspenso y perversidad como para producir las ganancias esperadas en taquilla.
Y, mientras los tres principales aspirantes celebraban los triunfos que suponían haber tenido, ¡hasta mañana, en esta sección que ve Oaxaca arder mientras el gobernador confirma su bien ganada fama de represor y gasta sus ingenios en preparativos de mapachería muy seguramente insuficientes!
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