Hubo ska, reggae, cumbia y rap para reunir fondos en apoyo a los presos de Atenco
Abajo y a la izquierda otra cultura anda, consigna en el lienzo Charro de Iztapalapa
Ampliar la imagen Entre el público, en su mayoría jóvenes, también se encontraban familias con niños pequeños Foto: Cristina Rodríguez
Con música y baile, miles de jóvenes se manifestaron contra la represión y mostraron su apoyo a los presos políticos de San Salvador Atenco, ayer, en un festival musical con grupos de ska y reggae, como parte de las Jornadas Nacionales por la Liberación de los Presos de Atenco.
Aproximadamente a la mitad de la jornada, mientras de fondo tocaba Antidoping, varios de los músicos se subieron al escenario a leer/ rapear un pronunciamiento conjunto de las bandas presentes: "Caminando juntos vamos construyendo otra cultura, abajo y a la izquierda otra cultura anda. Otra cultura, en la que la organización y la unidad son la fuerza de los de abajo; otra cultura, en la que todas las voces tienen cabida; otra cultura, en la que hombres, mujeres, niños y ancianos, la vida y la naturaleza son lo más importante. Otra cultura, en la que el arte es encuentro y transformación, vida y organización, lucha y celebración, conciencia y resistencia. Otra cultura, en la que la sociedad tenga sus propios medios libres y comunitarios. Otra cultura que pinta un mural en cada pared, un centro comunitario en cada barrio, comercio justo y truque frente al capitalismo salvaje. Otra cultura, la nuestra, la de abajo a la izquierda, la de los punks, los cholos, roqueros, skatos, raztecas, raperos, soneros, la otra cultura anda junto a todos los colores de la tierra".
No es casualidad que para este concierto se hayan elegido grupos skaseros. El ska creció en los conciertos masivos, sobre todo vinculados con el zapatismo, que se comenzaron a realizar a partir de 1994. Esta generación creció con esto, comenta Roco, vocalista de La Maldita Vecindad.
Los grupos presentes, Antidoping, Panteón Rococó, Los Rastrillos, Salón Victoria, La Tremenda Korte, Nana Pancha, Salario Mínimo, La Comuna, Mezcalito y la Maldita Vecindad a lo largo de los años han mantenido un claro compromiso social, y ahora la mayoría es adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
Desde mediodía dio comienzo el concierto en un lienzo charro de Iztapalapa, gestionado por el Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI).
Arrancó Mezcalito, que fue calentando el ambiente en el público, en su mayoría, joven, moreno y skasero, aunque también había familias con niños pequeños. En el escenario, de fondo, una tela negra traslúcida, lucía en el medio la estrella roja de cinco picos y las siglas EZLN.
Dignidad, nuestra arma, afirman
A un lado del escenario se leía en una manta: "Las elecciones no son solución para un pueblo en hambre y represión. Basta. No votar, organizarse y luchar", firmado por el FPFVI y la UNOPII. En otra se señalaba: "Tenemos un arma muy poderosa que el gobierno no tiene. Está arma se llama dignidad", con las imágenes de Zapata y el subcomandante Marcos.
La fiesta continuó con Salario Mínimo, que, por cierto, celebró recientemente 30 años de existencia.
Los skaseros, cumbieros, soneros de Salario Mínimo pusieron a bailar al público con La dosis. Comenzó el slam, el desfogue tribal.
El grupo denunció que "el gobierno de Oaxaca amenaza con agredir física y moralmente a los maestros de ese estado. No hay que permitirlo".
A lo largo del día la asistencia fue reducida; llegó a haber poco más de 2 mil personas, probablemente, comentó Roco, porque el festival se organizó en poco tiempo, escasos días y porque el espacio no es conocido para el público roquero.
Si bien eran pocos, estaban muy prendidos, como se notó cuando Maldita Vecindad, banda muy querida por varias generaciones de roqueros, subió al escenario. Los chavos que andaban dispersos corrieron hacia el foro para bailar.
Roco exclamó: "Declaramos esta zona autónoma y libre de toda violencia". La Maldita dedicó a todas las mujeres y, en particular, a las presas de Atenco, la ya clásica Morenaza.
Entre cada actuación, uno de los organizadores daba información sobre la situación de los presos, los heridos, una propuesta de boicot a empresas como Wal-Mart, futuras acciones, como un encuentro musical que se llevará a cabo el próximo 7 de junio, en el penal de Santiaguito con la presencia de un nutrido grupo de artistas, entre ellos Brigada Musical de Oriente, Mastuerzo, Magisterio y Mujeres por la Música.
El organizador también afirmó: "La alternativa no es votar o no votar, sino organizarse, usar el arte como mecanismo de expresión".
Panteón Rococó también puso a todos a bailar. Arrancó con la clásica canción homenaje al zapatismo Marcos hall, incluida en la impresionante compilación de música relacionada con el zapatismo llamada 20 y 10. Todos los grupos presentes, por cierto, participan en este compilado.
Panteón Rococó advirtió que "lo de Atenco es una prueba de lo que va a pasar si llega al poder la ultraderecha".
La amenaza de lluvia, presente durante todo el día, se hizo realidad en la parte final del concierto, pero esto no desanimó al público que se mantuvo firme y festejó con la banda que cerró este festival, Salón Victoria.
Los organizadores propusieron este concierto como el arranque de una serie de actividades musicales enfocadas a otros géneros, para reivindicar la música, el baile y la resistencia.
Todos los fondos recabados están destinados para la liberación de los presos de Atenco, el costo por boleto fue de 50 pesos y ningún grupo cobró.