El Museo de Arte Moderno inaugurará el jueves 8 una retrospectiva de su obra
El sufrimiento de México viene desde los aztecas: Eloy Tarcisio
La opresión que se vivió en esa época, presente en Atenco o donde el poderoso impone su ley al pobre, afirma el artista gráfico
Ahora estoy trabajando con el mole, material de identidad profunda
Ampliar la imagen El artista gráfico Eloy Tarcisio, durante la entrevista con La Jornada Foto: María Luisa Severiano
La tragedia del mexicano siempre ha sido uno de los temas del artista visual Eloy Tarcisio (1955, Distrito Federal), cuya exposición antológica de tres décadas de producción, De la materia y la idea, de alrededor de 170 obras, conformadas en módulos, entre objetos, pintura, instalación y piezas tridimensionales, será inaugurada el jueves 8 a las 20 horas en el Museo de Arte Moderno (MAM).
Para Eloy Tarcisio el México del sufrimiento se remonta al sometimiento de los aztecas que subyugaron a varios pueblos mediante la sangre, así como la conquista sangrienta de los españoles que mató a miles de mexicanos, y "esta constante provocación de los poderosos hacia los pobres que los sigue sangrando. Vemos los problemas que suceden, de Atenco, o de Quintana Roo, de varios estados, donde el poderoso inflige su ley a por medio de la sangre, la agresión. Y vemos este sufrimiento del mexicano pobre que padece ese abuso de poder de los que asumen el control".
Cuando el entrevistado empezó su trabajo artístico se imponían los grupos. Integrante del Salón 76/77, asegura que a diferencia de los demás ,"éramos individuos en nuestro quehacer". Aunque hacían una obra que tenía un discurso y valores estéticos muy parecidos a los que sucedían en el mundo contemporáneo del arte, sentía que el contenido de la obra "no decía lo que tenía que decir, que faltaba un valor de identidad".
El artista, entonces, se abocó a su búsqueda personal: "Cerré mi discurso en ese momento y me tardé unos tres o cuatro años en analizar lo que debía contener mi obra. Me puse a estudiar el México antiguo, los orígenes de Tenochtitlán, me enfoqué en la cultura de los aztecas y decidí permear mi trabajo con esos valores de contenido". En vez de recurrir a los valores populares del arte contemporáneo, ver el mercado, la feria, el contexto de lo que las artesanías dejaban en nuestro quehacer cotidiano, quiso ver lo que los sostenían.
"Participé mucho como laboratorio en el festival del Partido Comunista, que después fue Partido Socialista, gracias a Cristina Payán, gran amiga y admiradora de mi obra. Eso de alguna forma me permitió hacer obras monumentales que no hubiera hecho en otro lugar, ejercicios de paisajes de nopales, de magueyes, de tunas, que me permitieron ver el impacto de mi obra frente a la gente.
Entender a México
"Fueron ejercicios que me ayudaron a establecer lo que quería con lo que era la materia, con mi idea sobre ésa. Desde un principio empecé a trazar lo que es la tragedia del mexicano por medio de lo que leía y veía, como a Octavio Paz, quien me ayudó a reconocer en sus lecturas lo que era el México contemporáneo y cómo cargaba la esencia de su origen. Siempre he sentido que México ha estado sumergido en una gran tragedia desde que los aztecas entran al valle y construyen un imperio a partir de una pequeña isla. Esta historia se convierte en un eje central de mi trabajo. He querido hablar del mexicano contemporáneo por medio de esa simbología del pasado."
Alrededor de ese eje giran otros temas, como las relaciones interpersonales y la mujer en su esencia. Explica: "Entro al ser humano, a la pareja, de la misma manera que entro a nuestra sociedad, nuestro cotidiano, que vemos día con día en los periódicos y que nos asemejan como si la evolución del tiempo no sucediera, como si estuviéramos parados en un mismo momento, donde todas las circunstancias suceden sin transcurrir el tiempo", señala.
Para Eloy Tarcisio la evolución de su trabajo está en la forma de expresar su temática: "A veces se ha convertido en más cruda, a veces en más fina o sofisticada. El uso de la materia me ha ayudado mucho a eso. Pasé del óleo tradicional sobre la tela a la materia, que fue sustituyendo lo que el primero quería decir. De pronto, en lugar de utilizar el rojo, pasé a la sangre misma. De allí me fui a otros materiales -zapote, huitlacoche, pitaya- que ya había probado a finales de los 70, principios de los 80. Ahora, hago obras con mole, un material orgánico de identidad profunda".
También reconocido promotor cultural, Eloy Tarcisio expresa que en México "las artes no han podido difundir y promoverse como deberían por las grandes limitaciones económicas en que nos han sumido. Ex Teresa (el cual fundó y dirigió) fue una experiencia que me enseñó que sí se puede hacer una relación mundial entre artistas que pueda ayudar a que pudiéramos conocer qué es lo que dicen de los nuestros, y qué es lo que decimos en otro lugar".
De acuerdo con el artista sigue siendo necesario un espacio como Ex Teresa, pero "evolucionado", porque habría que reflexionar primero en lo que es el arte: "No creo que el arte deba estar en función de lo que es el escaparate y de lo que los teóricos dicen que debe ser. El arte debe de tener un poco más de sentido en nuestra evolución humana, en nuestro ser social".