En video, testimonios de brutalidad contra los detenidos en Santiaguito y La Palma
"Vi cuando a una mujer le bajaron los pantalones"
En video, desde el penal de Santiaguito, las y los detenidos en el operativo policial de San Salvador Atenco narran los abusos, la saña y la brutalidad con que fueron tratados: "desde que nos agarraron empezaron los golpes. Nos agarraron en varios lados, y nos metían a camionetas tipo van, amontonados. Tirados, boca abajo, unos sobre otros. Nos golpeaban.
"Había gritos de desesperación, de dolor. Gritos con palabras obscenas de los policías; nos amenazaban", denuncia uno de los detenidos cuyo testimonio -tomado en el penal- fue grabado por la Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH). "Yo vi cuando a una mujer le bajaron los pantalones y su ropa interior.
"Cuando un policía la iba a manosear, yo traté de impedirlo, y en respuesta como 15 agentes me golpearon, me descalabraron, me patearon. Se enojaron porque quise evitar que tocaran a la compañera."
Fragmentos de las entrevistas grabadas fueron exhibidas ayer en video con autorización de los detenidos por la CCIODH. Estos testimonios se presentarán en la ONU, en la Comisión Europea, en los parlamentos de España, Italia, en Barcelona, a organismos internacionales, al gobierno mexicano y a las organizaciones civiles nacionales e internacionales que lo requieran, se informó ayer.
Uno a uno fueron pasando las trozos de historias que daban cuenta de humillaciones, vejaciones y violaciones a los derechos humanos de los detenidos. Hombres y mujeres, unidos por el dolor, el miedo, la ansiedad y su demanda de justicia.
"Pus que pongan lo que quieran. Yo no he declarado nada. No voy a declarar nada, porque no sé nada de leyes. Pedí un traductor y me lo negaron, un abogado y me lo negaron. No he declarado nada, que pongan ellos -los agentes del Ministerio Público- lo que quieran", expresa la indígena mazahua Magdalena García Durán.
"Me detuvieron; yo iba vestida con la ropa típica de mi pueblo. Me jalaron de la trenza y me dijeron que me iban a cortar la cabeza. Me golpearon y tirada en el camión en el que nos llevaban vi a mucha gente sangrando. 'Tengan piedad', les dije, 'hay un señor con las costillas rotas'. Otro señor se quejaba de las brutales patizas, sangraba; 'tengan piedad', les decía. Estoy aquí por una enorme injusticia. Fuimos detenidos por haber estado en un lugar. No nos dan atención médica, sólo pastillas de paracetamol para el dolor", sostiene.
En los fragmentos de las historias, ellas y ellos denuncian que "nos tenían aquí detenidos, golpeados, humillados y no sabíamos de qué se nos acusaba. Estuvimos incomunicados; no nos dejaban hablar con nuestros familiares, menos con abogados. Algunos de los hombres ahí encerrados sostienen, nos detuvieron en Texcoco". Uno sostiene: "yo iba en una moto". Otro: "Yo iba en bicicleta". Uno más: "también iba en bicicleta".
"A éste ni lo metan, se muere aquí"
Arnulfo Pacheco, quien fue sacado de su casa, enfermo, parapléjico, que tiene cinco costillas rotas, también dio su testimonio: "cuando nos trajeron, todos golpeados, una mujer de aquí de la prisión les dijo a los policías: 'a éste ni lo metan -a la cárcel-; se muere aquí', por eso me llevaron al hospital, junto con otros, los más golpeados, pero ya nos tienen aquí, en el penal".
Estas historias se conocerán internacionalmente, dijo la CCIODH, para que la comunidad mundial se dé cuenta de lo que realmente pasó: hubo violaciones de derechos humanos, agresiones sexuales, humillaciones, golpizas a gente inocente.