Estas medidas han fracasado en otros países y ponen en riesgo a la población
Carece industria nuclear de experiencia para elevar la potencia de reactores
Documenta un especialista fugas ocurridas en una central de generación en Mississippi
Ampliar la imagen Instalaciones de la nucleoeléctrica Laguna Verde Foto: La Jornada
Mientras en México la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se prepara para lanzar la licitación internacional para adjudicar el contrato que permita el aumento de potencial de la central nuclear de Laguna Verde, las experiencias internacionales han demostrado que este tipo de medidas son un fracaso que pueden poner en peligro la seguridad de la población.
De acuerdo con el calendario tentativo difundido por la CFE para iniciar el aumento de potencia en la capacidad de generación eléctrica de Laguna Verde se establece el 11 de septiembre de este año como la fecha límite para la recepción de ofertas; inicio de construcción, 11 de noviembre, y la puesta en operación comercial programada para el 21 de junio de 2010.
En un amplio estudio elaborado por David Lochbaum, ingeniero especializado en seguridad nuclear, se alerta que la industria nuclear no tiene suficiente conocimiento sobre condiciones del experimento de aumento de potencia, en tanto que la Comisión Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés) está limitando y adelgazando su responsabilidad de proteger a la población al permitir que propietarios de plantas sin mínima experiencia fuercen la potencia de los reactores nucleares.
Como ejemplo, el especialista señala el caso de la central nuclear de Quad Cities, localizada en el río Mississippi, aproximadamente a 30 kilómetros al noreste de Moline, Illinois.
La NRC otorgó una licencia para que sus dos reactores pudieran aumentar su potencia en 20 por ciento de su capacidad inicial.
El 5 de marzo de 2002 inició el experimento de aumento de potencial en la central Quad Cities, cuando los trabajadores volvieron a conectar la unidad 2 de la red eléctrica después de una interrupción para una recarga de combustible, la planta comenzó literalmente a sacudirse hacia un desmantelamiento de sus partes cuando se operó a un mayor nivel de potencial hasta que los trabajadores apagaron manualmente la unidad 2, después de que las altas vibraciones causaron fugas en el sistema de control de la turbina principal.
La preocupación y desconcierto aumentaron el 18 de junio de 2002, cuando la cantidad medida de gotas de agua contenidas en el vapor producido era cerca de cuatro o cinco veces mayor a los valores registrados en las pasadas tres décadas. Cuando esta alta cantidad se duplicó durante los dos siguientes días, los operadores suspendieron el experimento de aumento de potencia reduciendo la potencia de la unidad 2 al nivel originalmente construido. Pero el daño ya se había causado. Los operadores apagaron la unidad 2 el 11 de julio de 2002 para reparaciones.
Probable, que los sistemas de emergencia fallen ante una contingencia
La siguiente fase del experimento comenzó en mayo 6 de 2003, cuando la medición de la cantidad de gotas de agua en el vapor excedió otra vez perceptiblemente el valor normal aceptable. El 28 de mayo de 2003 los operadores suspendieron el experimento reduciendo la potencia generada de la unidad 2 debajo del nivel autorizado originalmente. Dos semanas más tarde, la unidad 2 fue cerrada para otras reparaciones del secador de vapor.
Y aunque la planta continúa funcionando, David Lochbaum advierte que hasta que algún día, cuando los sistemas de emergencia que permanecen en forma de respaldo en espera, sean requeridos durante un eventual accidente y fracasen en su respuesta, las lecciones que vendrán traerán una muy alta y totalmente innecesaria factura del precio a pagar.