Debemos evitar el séptimo, que ya preparan medios y políticos: el olvido, advierte
Marcos denuncia ante ONG los seis pecados cometidos contra atenquenses
Ampliar la imagen El subcomandante Marcos se reunió con estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia luego de denunciar a una ONG los abusos de las autoridades contra habitantes de Atenco Foto: María Luisa Severiano
"Los medios de comunicación y la clase política han cometido seis crímenes contra la población de Atenco, y están a punto de consumar el séptimo", alertó el subcomandante Marcos ante unos 20 miembros de la Comisión Civil Internacional de Observación para los Derechos Humanos (CCIODH), a quienes había expuesto previamente una breve historia de la resistencia atenquense. Esto es, su vocación solidaria y desinteresada, su decisión "hasta la muerte", el compromiso ético que la caracteriza. Y enumeró entonces los siete pecados que Marcos denomina "crímenes".
El primero "es la estupidez y la traición", a cargo del presidente municipal de Texcoco ("perredista, y lo subrayo", dijo el delegado Zero). "Hay un video que prueba que existía una negociación en curso con los floristas. Al día siguiente sería la fiesta de la Cruz de mayo, buena para la venta de flores". Inesperadamente, las autoridades se retiraron. "En ese momento empezó el ataque; abandonaron el acuerdo y tomaron la vía de la violencia. Sigue una cadena de idioteces gubernamentales que llevaron a lo que conocemos. El pueblo de Atenco hizo bloqueo para apoyar. Se da un enfrentamiento, y la policía pierde".
El segundo crimen es "cuando los medios dejan su labor informativa y se convierten en inductores de la violencia". Los mensajes de televidentes decían a los conductores que "era un error" resolver una situación así "con más violencia", abundó Marcos ante la CCIODH. Los medios, "que no son jueces", no llaman a resolver el problema "sino a un castigo ejemplar; que la fuerza del poderoso se vengue del pueblo" por golpear a un policía caído, que los había golpeado antes.
"El ataque con miles de efectivos" es el tercer crimen. "Un ataque ilegal. En ningún momento hay denuncia penal ni órdenes de aprehensión. Se trataba de dar una respuesta efectista". El modelo es el que usaron las fuerzas estadunidenses en Irak, "donde los reporteros iban detrás", aunque luego se supo que también "había periodistas del otro lado". Fue "un operativo actuado para los medios", añadió Marcos. "Cuando a los policías se les ordena atacar, hay cosas que se les 'permiten'. Pueden saquear, por eso llevan condones y costales, para lo que se van a robar, las cosas que van a hacer suyas, mujeres incluidas. Como saben que hay pruebas para detectar el ADN, se protegen con condón. El saqueo y el botín de guerra son norma en la policía de México. Los llamados 'excesos' son método". La diferencia esta vez "fue que se supo", apuntó Marcos. La mañana del día 4 "vimos en los medios el uso de la violencia, y en ningún momento los comentaristas lo cuestionaron, sino que lo dieron por bueno, especialmente los 'progresistas'".
Entonces "viene el cuarto crimen, la violencia del 4 de mayo en contra de cuatro sectores de la población: mujeres, menores, ancianos y jóvenes". El grado de agresión contra las mujeres y algunos menores "se irá conociendo al paso del tiempo". El quinto "es el paso de la ilegitimidad y la ilegalidad a la legitimación de la ilegalidad. Con la coartada del estado de derecho se legitima el ilegal ataque. No se siguió ningún procedimiento legal. Se tomaron rehenes y se fabricaron procesos. Nadie arriba se atrevió a cuestionarlo, porque equivale a cuestionar el sistema donde están". Cuando los de arriba tienen problemas con la justicia, "se les permite ampararse en libertad. Si no han huido, tramitan fianza. Pocos llegan al Ministerio Público, y menos a la cárcel. Hacia abajo el proceso es inverso; primero se golpea y detiene, y luego se procesa".
Como para aquel momento se había dado un vuelco en la opinión pública, pues se ve que la gente de Atenco es la víctima, no la policía, se comete el sexto crimen. "La clase política reacciona según un cálculo político, electoral y mediático. No hay consideraciones éticas ni legales. Unos vociferan, y otros callan casi con mayor estruendo". Los primeros son los candidatos del PAN y el PRI que celebran la acción policiaca; el candidato del PRD opta por lo segundo, el más escandaloso de los silencios. Sólo importa "el impacto mediático". Enseguida, la clase política "voltea a ver a otro lado, y lo mismo hacen los medios; el gobernador Enrique Peña Nieto pide que 'demos la vuelta a la hoja'".
Así se llega, según el delegado Zero, al séptimo crimen, "que está a punto de perpetrarse: el olvido". Como ya no puede aplaudir ni condenar, "la clase política hace tiempo, espera el Mundial y las elecciones. Trata de repetir la vieja historia: los que pierden, pierden dos veces". Esto significaría "que los hechos queden en la impunidad, y los detenidos en el olvido". En consecuencia, "nuestro deber como EZLN es continuar con la palabra para evitar el último crimen; ese es el deber de cualquier persona honesta en el mundo, y más las mujeres", concluyó Marcos, y llamó a seguir protestando, denunciando y exigiendo la libertad de los detenidos, y así ahorrarle a México la vergüenza histórica del séptimo crimen.