Usted está aquí: jueves 1 de junio de 2006 Ciencias Necesario, tener vegetales resistentes a cambios climáticos: expertos del IPN

No hay interés por invertir, a pesar de los aportes de la agrobiotecnología, señalan

Necesario, tener vegetales resistentes a cambios climáticos: expertos del IPN

El diagnóstico de enfermedades por virus, es uno de los logros mundiales, explican

La desinformación, base del miedo hacia los productos transgénicos, refieren

CAROLINA GOMEZ MENA

Ante el inminente crecimiento de las zonas áridas y semiáridas en el país, debido al cambio de los patrones hidrológicos y al hecho de que el calentamiento global impone en el mundo nuevas condiciones de estrés a los cultivos, es "urgente contar con nuevas variedades vegetales capaces de adaptarse a dichos cambios climáticos" mediante la agrobiotecnología, a fin de evitar una crisis alimentaria.

Esas plantas, mejoradas o modificadas, podrán hacer frente a factores de estrés, como la escasez de agua o los suelos pobres, salinos y contaminados, expusieron los doctores Beatriz Xoconostle Cázares y Roberto Ruiz Medrano, investigadores del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.

No obstante lo anterior, sostuvieron que en México, a diferencia de otros países como Estados Unidos, la agrobiotecnología no recibe el impulso que requiere y merece, y por ello en muchos aspectos "estamos en pañales". Un ejemplo de ello es el desarrollo de bioinoculantes, es decir, "hongos que se asocian a las raíces de las plantas y les ayudan a tomar agua y sales minerales, y las protegen contra agentes patógenos, por lo que son conocidos como fertilizantes vivos", precisó Xoconostle Cázares.

En entrevista realizada luego del taller La biotecnología, presente y futuro, los especialistas, coincidieron en señalar que pese a los resultados de los estudios en esta área "no hay mucho interés por invertir en este tipo de investigación.

"Para hacer esto masivo necesitamos capital de riesgo, sea de la iniciativa privada o del sector público; lamentablemente los empresarios mexicanos tienen la costumbre de invertir en áreas en las que la ganancia es casi inmediata, y en esto tenemos que esperar entre dos y cinco años en promedio para contar con el producto resultante, y que éste luego sea aceptado por los agricultores."

Abundaron que aunque la modificación vegetal, en especial el mejoramiento genético de los cultivos agrícolas ha ido de la mano con el desarrollo de la raza humana, la ingeniería génetica es tan reciente que sólo en 1991 se obtuvo el primer jitomate modificado, cuya característica deseable era tener una vida de anaquel más amplia.

Los avances a escala internacional son innumerables, y los ejemplos sobran, indicó la especialista del Cinvestav Zacatenco, quien detalló que entre los logros están el diagnóstico de enfermedades en los cultivos o la existencia en ellos de ciertos complejos virales que aún no se han hecho evidentes, y que identificarlos antes de que afecten la producción agrícola permite tomar medidas preventivas.

También está el mejoramiento genético mediante la cruza de un progenitor que tenga alguna característica deseable que quiera heredarse a la descendencia, por ejemplo, la tolerancia a la sequía, al frío, al calor, a plagas, a depredadores y a patógenos como bacterias y virus. "Esto se hace sólo a través de cruzas y retrocruzas o cruzas sucesivas, hasta lograr que el gen deseado se exprese lo más posible.

"Podemos cruzar dos progenitores de plantas de frijol, uno que sea tolerante a la sequía y otro que sea sabroso, luego entre los hijos buscamos aquellos que expresen las dos características."

Frutales y plantas de ornato

También está el uso de injertos para frutales y plantas de ornato, los cuales "tienen muchas ventajas, por ejemplo, a una planta que sea mala para captar agua, pero valiosa en el mercado por sus frutos, se injerta su parte superior en otra que tenga una buena raíz para captar agua; al tener esta planta mixta, la raíz le da las mejores características al fruto al transmitirle reguladores de crecimiento, agua y minerales", relataron al destacar que esta técnica "no se ha aplicado mucho en el país, pese a que sería muy útil en algunos frutales".

Otra técnica es la biorremedicación o fitorremedicación, que se utiliza para seleccionar microorganismos y plantas que degradan compuestos tóxicos, así como los mencionados bioinoculantes; hongos (micorrizas) que al asociarse a la planta la hacen más resistente a diversos agentes de estrés, como las plagas y que, por tanto, hace posible la utilización de menor cantidad de plaguicidas o insecticidas. También dentro de esta categoría de bioinoculantes están las bacterias que fijan el nitrógeno atmosférico y al hacerlo generan que las plantas necesiten menor cantidad de fertilizantes.

De acuerdo con la experta, se han desarrollado muy pocos inóculos en el país, por lo cual la mayoría de los utilizados son de importación, sobre todo de Canadá, los cuales al no haber sido desarrollados aquí deben ser adaptados.

Uno de los aspectos más controvertidos es el desarrollo de transgénicos, señalaron, al considerar que el miedo que muchos sienten ante esos productos está fundamentado en la "desinformación".

Los transgénicos se obtienen al introducir un gen con una característica deseada específica en una planta que carece de esa propiedad, que puede hacerla más grande, más nutritiva, más resistente a ciertos factores o darle una nueva utilidad, entre otros.

Vacunas

Una de las investigaciones más novedosas y útiles en este campo es la de plantas con vacunas. "Esto ya lo han hecho en el Cinvestav Irapuato con papas y tomates, y experimentan con el mango y el plátano." Lo anterior, manifestó la investigadora, tendrá gran utilidad para inmunizar a niños que viven en lugares a los que no puede llegar la cadena de frío en la que se mantienen las vacunas.

Un ejemplo más es el desarrollo de biodiesel. "Esto es sorprendente; la técnica consiste en utilizar el aceite que producen ciertos pastos, ya sea de manera normal o mediante técnicas transgénicas. Este aceite se somete a un proceso para eliminar los azúcares, luego se mezcla con etanol y sustituye a la gasolina. La combustión de este hidrocarburo no emite carcinógenos ni gases que contribuyen al calentamiento global".

Pero también está el arroz transgénico, al que se le ha modificado el proceso de crecimiento, y ahora es "chaparro, mide cuando mucho 10 centímetros y esto se traduce en la utilización de menor cantidad de insumos para producir la misma cantidad de grano".

En México, abundaron, en especial en la comarca lagunera, se utiliza ya el algodón transgénico, el cual requiere menor cantidad de insecticida, y también está la soya liberada, cuya mayor parte se exporta. Esta última también se siembra en Argentina y Brasil.

 
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