Testimonios del horror
En el foro debate Por la aclaración de los delitos del pasado, Pablo Tasso, integrante de la comisión histórica que elaboró el informe sobre desaparecidos de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, narró los sufrimientos de familiares de desaparecidos de la guerra sucia, que no se incluyeron en dicho informe: "María Reyes Urioste enloqueció cuando secuestraron a su marido, Juan Flores, en Las Palmas; Margarita Nava, de San Vicente de Benítez, apenas si quiso comer después de que desapareció su esposo, Agustín Flores Jiménez. Hoy tiene embolia.
"Elba Fuentes Organista, que ahora vive en La Remonta, no quiere recordar sus 15 años, pero los recuerda. Música a todo volumen y los gritos de la tortura en Pie de la Cuesta. Gritos que también fueron suyos, cuando fue torturada frente a su padre, vejado. Su madre, Joaquina Organista, también torturada, vive rodeada de miedo sin poder caminar, atenta a los ruidos todo el día.
"Irineo Dorantes, de Valle Florido, recuerda lo último que su padre le dijo a su madre antes de desaparecer para siempre. 'Vieja, ahorita regreso.' A su tío Albertano lo colgaron de un árbol, porque cuando lo detuvo el Ejército opuso resistencia.
"A Crescencio Alvarado, de San Juan de las Flores, lo interrogaron para ver si sabía de Lucio (Cabañas). No sabía nada, pero la tortura fue brutal; le chisparon los codos de tanto doblarlo. Los muestra hoy, inservibles. Dice que mientras lo torturaban deseaba haber andado con Lucio. "¿Por qué habrían de olvidarlo?", cuestiona Tasso. "Entre charcos de sangre no se puede avanzar a la democracia."
Víctor Ballinas