Usted está aquí: lunes 29 de mayo de 2006 Deportes Poco a poco la gente regresa a la Plaza México

Poco a poco la gente regresa a la Plaza México

LUMBRERA CHICO

Nada más por el número de personas que asistieron ayer a la Monumental Plaza México, por las ganas que muchos espectadores tenían de quedarse a conversar al final de la corrida, y por la naturaleza de quienes en esos corrillos charlaban -famosos matadores de toros, atraídos por el ingrediente principal del espectáculo-, bien puede afirmarse que al cabo de la tercera y penúltima fecha de la Feria Torista, ésta es ya casi un éxito. He aquí algunas evidencias.

A las cuatro de la tarde, al mismo tiempo que sonaban timbales y clarines para ordenar el inicio del festejo, en el puesto de tacos de El Güero, entre El Ruedo y la birriería El Paisa, ya no había existencias de cachete y de montalayo, extraña palabra ésta que en el diccionario de los expertos en carnitas alude al doble músculo que el cerdo tiene en la juntura de estómago y esófago, y equivale, en los humanos y muchos otros mamíferos, al esternón, que en este comestible caso posee una pulpa jugosa y tierna.

Pues bien, siendo ésta una delicia apreciada sólo por los muy enterados, ayer "voló", reconoció el propio don Mario, que es el nombre de El Güero, y su temprana desaparición fue debida a la inesperada afluencia de espectadores. Estos llegaron al coso de Mixcoac avisados por la nueva fama de que en ese sitio, y desde que hay una empresa distinta, ya no echan becerros y novillos engordados sino toros-toros, de cuatro y cinco años, como los que ayer presentó la ganadería de La Joya.

Al igual que en los dos domingos previos, en que saltaron a la arena soberbios mulos de La Cardenilla y de Barralva, los de ayer también tenían sangre española de Parladé, por lo que la Feria Torista, dijo un aficionado, podría rebautizarse asimismo como la "feria de Parladé", habida cuenta de que el próximo domingo, los pavos de Santa María de Xalpa, serán hijos de la misma bravura de procedencia andaluza.

Si bien a este cronista los tíos de ayer, con excepción del sexto, le parecieron débiles y sosos, con muy buena estampa, eso sí, para el ex matador Pepe Luis Vázquez, a quien a sus 80 años lo sigue acompañando la fama de haber sido el primer novillero que cortó una oreja en la México, "el encierro de La Joya fue muy superior a los dos anteriores, mejor presentado, más bravo, formado por cuatro toros muy buenos y de ellos dos extraordinarios".

A un palmo de él conversaba otro monstruo de los ruedos, el ex matador tlaxcalteca Raúl Ponce de León, quien de novillero fue ídolo de muchos que hoy mastican ya con dientes postizos, y éste charlaba con el ex matador Javier Tapia El Cala, mientras a 50 pasos de allí, el ex matador Jorge de Jesús Gleason, El Glison, le explicaba no sé qué al dramaturgo Ignacio Solares, en tanto jóvenes novilleros repartían tarjetas de visita y paraban la oreja a la caza de una tienta o de una vacante de última hora en el cartel de alguna remota feria. La única razón de que se hubiera dado ese ambiente inusual desde hacía muchos años, era obvia: a la México han regresado los toros-toros y la gente con ellos porque éstos siempre serán dignos de verse.

 
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