Dará dos conferencias para hablar de sus concepciones sobre el bioarte
Llega a México Eduardo Kac, creador de organismos transgénicos como obras
Ampliar la imagen El artista brasileño Eduardo Kac, durante la entrevista Foto: Marco Peláez
Hay que cuestionar cuándo, cómo y por qué de la noción de "monstruo", asegura el artista brasileño Eduardo Kac (se pronuncia Katz) en referencia a su obra Génesis, actualmente en exhibición en la Fundación Telefónica de Buenos Aires, para la que inventó un gen, el cual puede ser alterado por el espectador mediante un vínculo en su página web (www.ekac.org).
Aunque suena increíble Kac crea seres vivos "en el sentido literal, no metafórico", por medio de la ingeniería genética.
Conocido por sus instalaciones interactivas y sus trabajos de bioarte, Kac se encuentra en México para impartir dos conferencias sobre su obra en general para la Fundación del Centro Histórico, por mediación de Casa Vecina y el Centro de Artes, Humanidades y Ciencias en Transdisciplinas. La primera es hoy a las 19 horas en el Foro Telmex, Bolívar 38, y la segunda mañana martes a las 17 horas en Casa Vecina, Callejón de Mesones 7.
Con una trayectoria de 25 años, Kac define que el bioarte se trata de "una manipulación de la vida en el sentido literal". En los años 60, explica, "se hablaba de la armonía entre arte y vida, pero siempre de una manera metafórica. En el caso del bioarte es literal. Es decir, se trabaja con los procesos de la vida en varios niveles, incluidos los moleculares o genéticos.
"En mi caso particular, bueno, no hay otra manera de decirlo, desde 1998 vengo trabajando con la creación de seres transgénicos que no existían en la naturaleza antes de la obra. Entonces, creo vida de verdad en el contexto del arte. Pero, como tengo una poética personal, cada trabajo tiene su contexto, su plástica, su idea, su carga emotiva, también, sus niveles de interacción". Usó su cuerpo como campo de experiencia para su proyecto Time Capsule (1997).
A partir de una frase de la Biblia, Kac tradujo una secuencia para la genética y creó un "gen que está en la bacteria, que el espectador puede cambiar por medio de una luz ultravioleta que le causa mutación. En Internet la gente puede cambiar la palabra de dios en el cuerpo de la bacteria, en este caso en Buenos Aires". La exposición concluye el 2 de junio y las bacterias también porque "la vida tiene un ciclo".
-¿Qué buscas en tu trabajo?
-Una cosa es consecuencia de otra. Es una trayectoria que empieza desde principios de los años 80. Mi formación es literaria y filosófica, entonces siempre tuve interés en las grandes cuestiones de la historia del pensamiento humano. Y, la literatura siempre significó para mi una dimensión plástica también. Empecé con performances, otro tipo de piezas literarias, visuales, y todo esto con el tiempo se cambió para un trabajo con lenguaje, lo que era el Internet de los años 80, que no se llamaba así, pero existían las redes.
"Después empecé lo que llamé arte de telepresencia. Empecé a crear cuerpos robóticos que colgaban en el Internet de entonces, principios de los 90. Es como si esto (refiriéndose a la grabadora de la reportera) fuera un robot y alguien en Tokio hace eso (la grabadora tira una pluma que está en la mesa), que tiene una consecuencia física en nuestro espacio acá".
Respecto de las reacciones en cuanto a su arte, dice que hoy en día son "menos emocionales, porque la gente empieza, no a aceptar, pero sí a comprender. No estoy aquí para convencer a nadie de nada sobre ningún tema, sólo sobre mi obra. Pero el mundo ha cambiado de 1998 para acá. Hay más debates, circula más la información. Quise contribuir en ese cambio".