Nuevas evidencias de la matanza en Haditha perpetrada en noviembre pasado
Marines asesinos de civiles iraquíes pueden enfrentar la pena de muerte
Ampliar la imagen Imagen de la morgue de Haditha del 19 de noviembre de 2005 luego de una incursión de marines estadunidenses que ahora son acusados de perpetrar una matanza de civiles Foto: Reuters
Londres, 28 de mayo. Los marines estadunidenses acusados de cometer una masacre en Irak -uno de los cuales captó imágenes de ese horror en su teléfono celular- podrían ser condenados a muerte, según el semanario The Independent on Sunday.
Las fotos, decomisadas por el Servicio de Investigación Criminal de la Armada estadunidense, muestran que a muchas víctimas se les disparó a corta distancia en cabeza y pecho, a la usanza de las ejecuciones, según fuentes que las han visto. En una imagen aparecen una mujer y un niño pequeño posternados en el suelo como si oraran. Los dos fueron muertos a tiros.
Fotografías similares tomadas por un equipo de inteligencia de la infantería de marina que llegó después al lugar de la matanza muestran que los militares "sufrieron un derrumbe total de moral y liderazgo, con trágicos resultados", según declaró un oficial estadunidense al diario Los Angeles Times este domingo.
La masacre de más de 20 civiles iraquíes en la población de Haditha, en noviembre pasado, reportada por primera vez en ese semanario británico hace dos meses, se convirtió en escándalo internacional a raíz de que se mostraron pruebas obtenidas en dos investigaciones oficiales a miembros del Congreso estadunidense en los 10 días pasados.
El demócrata John Murtha, ex coronel de la infantería de marina que ha mantenido estrechos vínculos con las fuerzas armadas pese a su oposición a la guerra en Irak, sostuvo que los marines "mataron a sangre fría a civiles inocentes".
Testimonios de pobladores y un video tomado por un estudiante iraquí de periodismo ya habían puesto en duda la versión de los marines sobre los hechos ocurridos en Haditha hace poco más de seis meses. Pero las fotografías podrían resultar una evidencia crucial en una investigación que se espera que conduzca a la presentación de cargos de homicidio, incumplimiento deliberado del deber y falso testimonio contra hasta una docena de marines.
Según reportes, los fiscales militares podrían demandar la pena de muerte para los convictos de asesinato. Ya tres oficiales han sido relevados del cargo y otros podrían ser sancionados por una investigación aparte, relativa al encubrimiento tras la matanza.
El recuento oficial de lo ocurrido en Haditha el 19 de noviembre ha sido puesto en evidencia poco a poco. En un principio se aseguraba que un marine, el cabo Miguel Terrazas, y 15 civiles iraquíes perecieron al estallar una bomba caminera junto a un convoy de Humvees que pasaba por la población.
El parte añadía que hombres armados "atacaron el convoy con fuego de armas cortas" y que los marines, al repeler la agresión, dieron muerte a ocho insurgentes e hirieron a uno. Parece que el herido murió más tarde, lo cual elevó a 24 la cifra de iraquíes muertos.
Los marines no comenzaron a cambiar su relato hasta que un grupo iraquí de derechos humanos obtuvo el video del estudiante de periodismo, el cual mostraba que ningún iraquí murió en la explosión de la bomba. Las casas donde perecieron estaban tachonadas de balas en el interior, pero no tenían marcas externas, lo cual arrojaba dudas sobre la afirmación de los soldados de que hubo un combate a tiros.
Luego de que la revista Time recogió la historia, se envió a Haditha a un coronel de infantería para encabezar la investigación, la cual concluyó que los 15 civiles, entre ellos varias mujeres y seis niños, murieron a consecuencia de las acciones de los marines, no en el bombazo. Pero en esta etapa se consideró que esas muertes fueron "daño colateral".
Como The Independent on Sunday reportó el 26 de marzo, los marines aseguraban aún que los nueve jóvenes muertos -cinco en un taxi, cerca de la escena del bombazo, y cuatro hermanos en una casa cercana- eran combatientes armados. Una vocera militar los culpó de la muerte de los otros 15 iraquíes, porque "pusieron a civiles en la línea de fuego cuando los marines respondieron para defenderse".
De entonces a la fecha, detalles surgidos de la investigación oficial han confirmado el reporte del semanario de que todos los iraquíes muertos eran civiles, y de que los únicos que dispararon ese día fueron los marines. Según pobladores locales, la escalada duró entre tres y cinco horas, y un hombre a quien los militares dispararon murió después de desangrarse durante horas sin que nadie hiciera caso a sus imploraciones de ayuda.
En el tiempo transcurrido los marines involucrados han sido transferidos a su base original en Campo Pendleton, California. El diario LA Times dijo este domingo que al parecer la mayoría de los disparos que dieron muerte a los civiles fueron hechos por sólo unos cuantos marines, quizá por un "equipo de fusilamiento" de cuatro hombres encabezado por un sargento, según oficiales que conocen la investigación. Se sospecha que ese mismo sargento presentó el reporte falso en el que se atribuyen las muertes al bombazo y se afirma que los militares entraron a las casas de iraquíes en busca de los hombres armados que les disparaban.
Hoy día se describe a este incidente como potencialmente el peor crimen de guerra cometido después de la invasión de Irak, en 2003, comparable al escándalo de Abu Ghraib y evocador de la masacre de varios cientos de aldeanos vietnamitas en My Lai, en 1968. Pero activistas por la paz plantean la posibilidad de que otros reportes de incidentes en los que se afirma que se dio muerte a "insurgentes" encubran matanzas de civiles.
Andrew Murray, presidente de la Coalición Alto a la Guerra, expresó: "resulta claro que lo ocurrido en Haditha fue un crimen de guerra. Sería ilusorio creer que es el primero cometido en estos tres años. Debe darse por sentado que estas cosas siguen ocurriendo".
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya