Usted está aquí: domingo 28 de mayo de 2006 Espectáculos 59 Festival de Cannes Del Toro cierra la competencia en plan grande

Leonardo García Tsao

59 Festival de Cannes Del Toro cierra la competencia en plan grande

Cannes, 27 de mayo. "¿Cuánto apuestas a que el ganador de la Palma de Oro será hispanoparlante?", me preguntó el respetado crítico estadunidense J. Hoberman, del semanario Village Voice. Ciertamente las posibilidades aumentaron a partir de la proyección de El laberinto del fauno, coproducción hispano-mexicana de Guillermo del Toro, exhibida hoy en la mañana ante un aplauso generalizado que se daba en olas, según iban apareciendo los créditos finales.

En su sexto largometraje, Del Toro ha hecho su película más compleja a la fecha, un cuento de hadas para adultos situada en el contexto de la España franquista. En 1944, una niña imaginativa llamada Ofelia (Ivana Baquero) se muda con su madre (Ariadna Gil) al dominio de su padrastro, el cruel capitán Vidal (Sergi López), en plena sierra de Navarra, donde éste libra una campaña para acabar con los maquis. El encuentro de la niña con seres mitológicos, como el fauno titular, dará pie a una convivencia rara entre la fantasía y una realidad cruel. El laberinto del fauno despliega la habitual inventiva visual del cineasta, pero también expresa un lado sombrío y melancólico ya anunciado en El espinazo del diablo.

Quienes han argumentado que se trata de dos películas diferentes en una, quizá no han reparado en que todo parte de la perspectiva de la protagonista, cuyo gusto por la literatura fantástica ha reinterpretado la realidad a su modo. Así, por ejemplo, el capitán franquista no tendrá otros matices que los del rey malvado del cuento (muy malvado, en la eficaz actuación de López). Esa lectura se hará explícita en los momentos finales, con todo y una ilusoria entrada al cielo católico que, además de visualmente rica, es susceptible de muchas interpretaciones sicológicas. Del Toro se ha arriesgado a un registro peligroso, pero ha sabido librarlo con éxito.

En la posterior conferencia de prensa, el director mexicano -acompañado por los actores Baquero, Gil, López, Maribel Verdú, y los productores Alfonso Cuarón y Bertha Navarro- hizo gala de su infalible sentido del humor, pero también de su amplio conocimiento sobre sus fuentes de inspiración en el cine: la literatura y las artes gráficas. A la pregunta sobre si creía en los cuentos de hadas, respondió: "Mi contrato como director fue un cuento de hadas". En vena más seria, explicó el papel que ha jugado España en su formación intelectual, y la influencia del crítico Emilio García Riera "como figura paterna y contacto con los exiliados de la guerra civil". Asimismo, reconoció haber aprendido de la llamada "generación perdida", haciendo especial mención de José Luis García Agraz. En cuanto a El laberinto del fauno, Del Toro señaló que fue un rodaje muy tenso, "en el que perdí tres kilos por semana. Antes de Cannes me confundían con Peter Jackson o Michael Moore; ahora creen que soy Brad Pitt".

La argentina Buenos Aires 1977. Crónica de una fuga, de Israel Adrián Caetano, resultó otra curiosa mezcla genérica, aunque no tan redonda. La película se basa en hechos reales para recrear el arbitrario arresto y tortura de unos jóvenes porteños durante los años de la guerra sucia. En su primera parte, abunda en ciertos tópicos ya abordados en títulos anteriores, como Garage Olimpo, pero en cuanto comienza la angustiante descripción de la fuga epónima, Caetano adopta un tono de horror gótico, bajo el cual los personajes parecen escapar de un castillo embrujado y salir a otra realidad.

El último día de la competencia en Cannes no sólo se dedicó a cineastas latinoamericanos, sino también a cintas donde el fascismo es el monstruo. Ya lo habíamos comentado antes. La variedad casi esquizoide de la programación ha tenido sus tropiezos -la gringa Southland tales- y misterios incomprensibles -la belga La raison du plus faible-, pero también aciertos que en la época previa a Thierry Frémaux eran inconcebibles.

Ahora, el hobby de todos los colegas es hacer pronósticos. La revista Le film français coloca a Babel entre las favoritas para ganar la Palma de Oro, así como el premio al mejor guión (¿repetirá Guillermo Arriaga?). A Guillermo del Toro se le ha colocado junto a Bruno Dumont y Paolo Sorrentino en la categoría de mejor director. Mientras que Adriana Barraza (rebautizada Bazzara), la actriz mexicana de Babel, aparece como una de las candidatas al de mejor actuación femenina, y El violín para el premio Cámara de Oro por mejor opera prima. Los rumores, apuestas y pronósticos están de acuerdo en que el desempeño de los cineastas mexicanos fue notable. Algo muy raro tendría que suceder con el jurado oficial para que todos se vayan de Cannes con las manos vacías.

Por lo pronto, de última hora se ha anunciado que, entre los premios no oficiales, Babel, de Alejandro González Iñárritu ganó el premio del Jurado Ecuménico; mientras don Angel Tavira, el protagonista de El violín, de Francisco Vargas, obtuvo una mención en los premios de la sección Una Cierta Mirada.

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