Indocumentados se movilizan contra el triunfalismo del mandatario
Antiamericanos, quienes niegan que la reforma migratoria es un avance: Fox
Los Angeles, 26 de mayo. El presidente Vicente Fox calificó de "contreras y antiamericanos" a quienes no reconocen como un logro la reforma migratoria aprobada el jueves por el Senado de Estados Unidos.
"Quisiera hacer un comentario final. Lo hago con todo respeto a los contreras que no faltan siempre con su voz; a aquellos que escatiman el reconocimiento del momento que llegó el día de ayer. Con respeto a aquellos antiamericanistas (sic), antiamericanos, que por oficio siempre toman una posición en contra.
"Estamos muy claros que lo aprobado antier (sic) no va a satisfacer a todo mundo, que cada quien pudo haberse imaginado de haber tenido como objetivo más de lo que se aprobó. Ciertamente hay quienes no están de acuerdo con nada de lo aprobado por el Senado de Estados Unidos", expresó ante líderes sindicales, religiosos y comunitarios, reunidos en el hotel Millenium Baltimore, ubicado en el centro de esta ciudad.
En tanto, afuera del histórico inmueble construido en 1923, decenas de personas, poco más de 70, realizaron una manifestación para recriminar a Fox adjudicarse el avance legislativo y festejar una enmienda "por la que deberán salir de este país casi 3 millones de mexicanos".
El mandatario fue recibido en el aeropuerto internacional de esta megalópolis, de casi 10 millones de habitantes, por el alcalde de ascendencia mexicana Antonio Villaraigosa, en un acto protocolario amenizado con mariachis.
Al llegar al Millenium Baltimore ya lo esperaban, frente a la puerta principal, en la avenida Olive, integrantes de organizaciones como Gente Unida, indocumentados, miembros de la Unión Binacional de Organizaciones de Braceros, colonos, así como algunos simpatizantes del candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, quienes portaban una pancarta en la que se leía: "Los millones de mexicanos en el exterior no podemos estar equivocados. Se ve, se siente, Obrador será Presidente".
La protesta variopinta tuvo como eje el rechazo a los "ánimos de triunfo" de Fox. "¿Cómo vamos a celebrar si nos van a mandar a 2.8 millones de gente para atrás? Aquí tenemos muchos fuegos, peleamos por la tierra, por nuestra tierra, muchos no tienen papeles y hasta por tirar una basura al piso nos meten a la cárcel", dijo Miguel Guzmán, de Gente Unida.
"Fox, mentiroso!", "Fox, el Presidente del fracaso", "Fox, no te atribuyas logros nuestros", repetían. Algunos también lo llamaron "asesino", por los sucesos en San Salvador Atenco.
Dentro del hotel Millenium Baltimore, el cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Angeles, tras reunirse con el Presidente, dijo a la prensa que la Iglesia católica estudia la reforma migratoria aprobada la víspera.
Respecto al envío de miles de integrantes de la Guardia Nacional a la línea fronteriza, el prelado restó importancia. "No estoy preocupado, mi opinión no importa. Eso (el envío de militares) es sólo para calmar a algunos en Estados Unidos", aseveró.
En un salón del hotel, acompañado por su esposa, Marta Sahagún, el mandatario escuchaba a los migrantes organizados en torno a sindicatos y otros grupos. María Elena Durazo, de la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, manifestó al Presidente su oposición a la "militarización de la frontera".
Y, al igual que los manifestantes de afuera, pero dicho con otras palabras, comentó al mandatario que la reforma aprobada "es el resultado de muchos años de organización para ganar la legalización".
Ahí estaban también la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, a quien el Presidente halagó en varias ocasiones, el mandatario estatal de Baja California, Eugenio Elorduy, y la secretaria de Desarrollo Social, Ana Teresa Aranda.
Más tarde, ya cuando los manifestantes se habían ido, el mandatario se reunió en privado y cenó con el alcalde Virraraigosa; el contenido del encuentro no fue comentado a la prensa, como suele ocurrir en otros encuentros bilaterales. Por la noche, Vicente Fox regresó a la ciudad de México, convencido -como dijo al presidente Bush por la mañana- de que el reconocimiento a los migrantes (por la reforma) no se debe escatimar.
"A la vez, hago votos porque estos siguentes pasos que nos faltan los podamos enfrentar con la misma eficacia; si trabajamos juntos vamos a lograrlo", aseguró.