Escuadrones de la muerte integrados por policías, sospechosos de provocar unos 40 decesos
Investigan actuación de grupos de exterminio en Sao Paulo
De las 300 víctimas sólo 79 tenían vínculos con el crimen organizado, admiten autoridades
Funcionarios se contradicen al dar el número de bajas que sufrió el grupo criminal del PCC
Ampliar la imagen Aspecto de la favela Nuevo Mundo, en Sao Paulo, ciudad brasileña que hace unos días fue sacudida por una ola de violencia generada desde las prisiones de la entidad Foto: Ap
Sao Paulo, 24 de mayo. La sospecha de que escuadrones de la muerte integrados por policías mataron a 40 personas en medio de la ola de violencia que la semana pasada sacudió a Sao Paulo, así como la admisión de las autoridades de que sólo 79 de las casi 300 víctimas mortales de los disturbios eran "sospechosos" de estar vinculados con el crimen organizado, arrojó dudas sobre la legalidad con que el gobierno estatal manejó la crisis.
La denuncia de que 40 civiles murieron a manos de escuadrones de la muerte en presuntos enfrentamientos durante los atentados que azotaron diversas partes del estado de Sao Paulo la semana pasada, fue hecha por la organización Amnistía Internacional (AI) que esta semana publicó su informe anual.
"De comprobarse que las cerca de 40 muertes fueron fruto del abuso policial, se sumarán a los cerca de 9 mil asesinatos perpetrados por la policía brasileña, en su mayoría, categorizados como casos de "resistencia seguida de muerte", sin investigación judicial, registrados entre 1999 y 2004, informó AI.
Familiares y testigos de las presuntas ejecuciones cometidas por los escuadrones de la muerte están siendo escuchados por la justicia para investigar si hubo actuación de grupos de exterminio durante los atentados.
En uno de los casos, un joven de 22 años que esperaba a su novia en la escalinata de una avenida en un barrio de Sao Paulo fue muerto a tiros por al menos seis hombres encapuchados que se bajaron de un vehículo de la Fuerza Táctica de la Policía Militar, según testigos.
Asimismo, diversas entidades estatales de defensa de los derechos humanos, gubernamentales y civiles, afirman que algunos de los cuerpos que todavía se encuentran en las morgues paulistas sin identificar presentan señales de ejecución.
El investigador de la policía de Sao Paulo, Antonio Funari, admitió que grupos de exterminio habrían aprovechado la ola de pánico para cometer asesinatos selectivos. "Lo que me preocupa son los relatos de que los asesinos usaban capuchas, como ninjas. Es difícil saber cuáles muertes son por la guerra contra el crimen y cuáles son muertes del cotidiano, pero ese tipo de acción es de grupos de exterminio; y existe una gran sospecha de participación de policías.
Hasta el pasado lunes la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo (SSP) afirmaba que de las casi 300 víctimas de los días de violencia, 109 eran "sospechosos" de pertenecer al crimen organizado, pero esta tarde la misma dependencia afirmó que sólo 79 tenían esa vinculación y que el total de muertos por la policía era de 110.
Según la SSP, 79 personas resultaron muertas por tener alguna relación con los ataques contra objetivos policiales y civiles perpetrados por el PCC, que lanzó una sangrienta ofensiva el viernes 12 de mayo.
Otras 31 murieron durante enfrentamientos con policías que no tendrían vinculación con la ola de ataques del PCC. De 12 supuestas ejecuciones denunciadas, 10 ocurrieron en barrios de la periferia de la ciudad de Sao Paulo, y otras dos en Guarulhos, en el área metropolitana.
El secretario de la SSP, Saulo de Castro Abreu Filho, y el comandante general de la Policía Militar, coronel Elizeu Eclair Teixeira, tienen explicaciones contradictorias de la diferencia en el número de muertos y sus vínculos con el crimen organizado.
Abreu afirmó que el gobierno había divulgado una cifra "bruta" sobre las muertes y que podía haber casos de muertes que no habían ocurrido en enfrentamientos con policías.
"En un primer momento nosotros consideramos lesión corporal seguida de muerte, suicidio, lo que fuera. Toda muerte no natural fue al Instituto Médico Legal y se computó".
Teixeira, de su lado, afirmó que todos fueron muertos por la policía, pero que la diferencia se dio a raíz de que se calcularon las muertes en enfrentamientos con la policía por crímenes comunes no relacionados con los atentados supuestamente ordenados desde la cárcel por el grupo criminal Primer Comando de la Capital (PCC). "Se trató de casos de muerte normales en asaltos a panaderías, bancos y residencias".
Sin embargo, según declaraciones anteriores de Teixeira, la incidencia de crímenes comunes se redujo a la mitad del promedio durante los atentados, y según datos del gobierno estatal, las muertes en acciones policiales de la semana de la escalada violenta fue igual al promedio de muertes durante el último trimestre.
El subdefensor público de Sao Paulo, Pedro Giberti, que analizó ocho borradores de exámenes forenses realizados sobre supuestos sospechosos, afirmó que si se comprueba que personas inocentes y pobres fueron víctimas de abuso policial, la Defensoría solicitará indemnizaciones al Estado de Sao Paulo para los familiares.
La Fiscalía del estado, que abrió una investigación para esclarecer si hubo excesos, determinó el lunes un plazo de 72 horas -que vence el jueves- para que la policía le envíe la lista de nombres de los presuntos delincuentes muertos y los documentos oficiales que explican la situación en que fueron abatidos.
La ola de violencia desatada por el PCC que se inició en represalia al traslado de 765 reclusos de la organización, incluidos sus líderes, a una cárcel más rígida, provocó también la muerte de 33 policías y ocho agentes penitenciarios. Además, perdieron la vida 18 reclusos y cuatro transeúntes.
Una comisión de investigación del Congreso de Brasil pidió este martes prisión preventiva y levantamiento del secreto bancario de dos abogados que habrían obtenido una grabación del informe policial reservado que adelantaba el aislamiento de los jefes del PCC y que fue entregada al líder del grupo, Marcos Marcola Camacho.
Los abogados figuran en imágenes de cámaras de seguridad encontrándose con un funcionario al que sobornaron para dejarles sacar una copia del informe con el objetivo de entregársela a Camacho, acusado de ordenar la ola de ataques al saber de los planes de aislamiento.
Tiroteo en Río de Janeiro
En Río de Janeiro, un tiroteo registrado este miércoles en la mayor favela (barrio pobre) de esa ciudad, la Rocinha, dejó dos presuntos traficantes de drogas muertos y tres policías heridos, en un incidente que sembró el pánico en el área, con un camión escolar en medio de los disparos.
Según informó la policía, los dos muertos, de 17 y 23 años, "eran traficantes" que participaron en un ataque a policías que habían ingresado a la favela para recuperar un auto robado en una zona residencial cercana.
Un camión escolar quedó atrapado en medio del tiroteo, aunque la policía dijo que logró retirar a los ocupantes sin reportar heridos.
Según familiares de los abatidos, los jóvenes no tenían relación con el tráfico de drogas. Familiares de uno de ellos aseguraron a la televisión local que había salido a hacer compras cuando ocurrió el tiroteo.