"Es muy tendenciosa" la actuación del magistrado, señala la escritora y periodista
Acepta juez pruebas a Kamel Nacif, pero rechaza las que presentó Lydia Cacho
Ampliar la imagen Lydia Cacho, escudriñada por Kamel Nacif durante la diligencia en Cancún Foto: José Luis López
Cancún, Q. Roo, 24 de mayo. El empresario poblano Kamel Nacif Borge se encontró por primera vez cara a cara con Lydia Cacho en Cancún, y allí ratificó su denuncia por difamación contra la periodista, y presentó como pruebas en su favor una serie de testimonios del caso del presunto pederasta Succar Kuri. Sin embargo, no aceptó que la defensa de Cacho ligara dichos asuntos en favor de la escritora.
También se realizó un careo con su amigo, el textilero Hanna Naked, quien al ser interrogado por Lydia Cacho si "consideraba honorable haber ordenado y organizado" una violación contra la periodista en el momento en que iba a ser ingresada al penal, en cuyo interior Naked poseía una maquiladora, él respondió, aceptando tácitamente el señalamiento contenido en la pregunta: "La violación nunca se llevó a cabo".
Durante la audiencia pública, el juez primero penal de Cancún, Gilberto de Jesús Herrera Solís, desacreditó sistemáticamente todas las preguntas planteadas por la acusada y, en cambio, dio por buenas todas las interrogantes del demandante, respaldado por el despacho de Arsenio Farell. Ejemplo del trato desigual ante los dos comparecientes fue el hecho de que Herrera aceptó como pruebas de cargo los testimonios notariados en San Diego, Estados Unidos, de menores que se retractaron de haber sido ultrajadas por Succar, a pesar de que estos documentos no tienen validez jurídica en México. Sin embargo, descalificó todas las preguntas que la defensa de Lydia Cacho presentó para establecer una conexión entre ambos casos.
El juez alegó que, "a su parecer", la demanda de Nacif contra Cacho es un asunto "diferente" al juicio contra el presunto pederasta en vías de extradición. La defensa intentó, sin éxito, que el juez recibiera pruebas similares de ambas partes para garantizar la imparcialidad.
La escritora, por su parte, anunció que ante la actuación "tendenciosa" del juez, en los próximos días solicitará un amparo ante la justicia federal contra el auto de formal prisión que pesa sobre ella en este caso. Cacho estuvo acompañada por sus abogados, Guillermo Cué y Victoria Acasio, y por la presencia solidaria del dirigente del Frente Cívico Poblano, Julio Glockner, así como la comediante Jesusa Rodríguez.
La periodista insistió ante el juez -y así quedó asentado en actas- que cada día está más convencida de que este juicio "es un subterfugio que esconde la defensa" de Succar Kuri.
La conexión que establece la defensa es que entre las ocho menores que se retractaron en Estados Unidos en el caso Succar Kuri, dos de ellas fueron las primeras denunciantes y disparadoras de la causa judicial, Edith Lorena y Estefanía Encalada Cetina, ambas ultrajadas cuando tenían 13 y siete años, respectivamente.
El encuentro
Kamel Nacif llegó al jzgado primero de Cancún alrededor de las 9:40, acompañado de Naked y Jorge Miguel Echeverría, contador de sus empresas. A su arribo, los abogados de Nacif pasaron trabajos para contener los insultos y exabruptos de su cliente, enfurecido por la presencia de periodistas. Declaró brevemente que el caso "me da asco". Su encuentro con Lydia Cacho fue alrededor de las 10:05, y en ningún momento el empresario miró a la periodista de frente.
Nacif Borge fue el primero en comparecer ante la autoridad judicial, y ratificó su denuncia y sus ampliaciones anteriores.
En un momento, cuando se le consultó el motivo por el cual había incluido la lista de testigos del caso Succar Kuri en su propio caso, Kamel Nacif dijo que había sido una decisión de los abogados, y acotó, mirando hacia los defensores de la periodista: "yo no digo mentiras, yo digo verdades".
Al final de la audiencia, la escritora quiso hacer uso de su derecho de preguntar al acusador. Alcanzó a preguntarle a Kamel Nacif el por qué pagaba personalmente a los abogados que se encargan de defender al presunto pederasta Succar. Aunque el juez desacreditó la pregunta, los abogados de Nacif no pudieron evitar que este respondiera: "¡Pinche vieja!"
Alrededor de las 12:20 terminó esa primera diligencia, y 40 minutos después Kamel Nacif abandonó el juzgado.
A su salida, se le preguntó al empresario si se sentía protegido por la justicia de Quintana Roo, a lo que respondió afirmando dos veces con la cabeza, y una de ellas de manera muy resuelta y mirando a los ojos al periodista que le hizo la pregunta.
Luego llegó el turno de Hanna Naked, que llamó mentirosa a Lydia Cacho, dijo que le daba "asco" el libro que había escrito, y retó a la defensa a que presente "una sola prueba" de los 100 casos de acoso sexual que le adjudica a Kamel Nacif.
En esta diligencia nuevamente Lydia ejerció, pese a los obstáculos del juez, su derecho a preguntar y cuestionó al textilero si era verdad que las autoridades del penal de Puebla le habían retirado la licencia de operar dentro de la cárcel una maquiladora como negocio personal después de que se dieran a conocer las grabaciones en las que consta que él, haciéndole un servicio a su amigo Nacif, rendía cuentas sobre las medidas que había tomado para que dentro del penal Lydia fuera violada "por las locas y las tortilleras".
A pesar de que el juez no acreditó la pregunta, Naked insistió. No negó el contenido de las grabaciones, pero responsabilizó a La Jornada por el cierre de su negocio, por los reportajes que ese diario, en su edición poblana, publicó sobre los abusos e irregularidades con las que operaba la mencionada maquiladora.
La diligencia judicial tuvo incluso un momento extraño cuando se cayó el sistema de cómputo, y se borraron todas las preguntas que Lydia Cacho le realizó a Hanna Naked sobre estos temas. Finalmente, integrantes de los medios de comunicación presentes facilitaron sus grabaciones que tenían para que se asentara en actas lo dicho.
El último en rendir declaración fue el contador Jorge Miguel Echeverría, quien como respuesta más importante dijo que él no tiene conocimiento de que en las empresas de Kamel Nacif trabajen menores de edad.