El juez aplica diferentes criterios ante las pruebas presentadas por ambas partes
Lydia Cacho se dice "desprotegida" por la justicia de Quintana Roo
Empleadas del Rey de la mezclilla amplían declaración: "no saben de acoso sexual"
Ampliar la imagen Lydia Cacho rema contra la corriente en el proceso judicial que se realiza en Quintana Roo Foto: Foto: La Jornada
Cancún, 22 de mayo. La periodista Lydia Cacho dijo hoy que la justicia de Quintana Roo está desprotegiendo la causa que se le sigue por difamación al empresario Kamel Nacif y denunció "presiones" políticas contra el juez que lleva el caso.
La también escritora dijo que el juzgado primero penal de Cancún no está aceptando elementos para probar que ella no difamó al empresario Kamel Nacif, mientras que sí acepta pruebas similares presentadas por el empresario poblano para robustecer su acusación.
Las pruebas de ambas partes tienen que ver con el caso del presunto pederasta Jean Succar Kuri, sobre quien la periodista escribió el libro Los demonios del edén.
Según la periodista, ambos casos están íntimamente conectados, pero dice que el juez primero penal, Gilberto de Jesús Herrera Solís, no lo acepta.
"En la acusación que Kamel Nacif hace en contra mía, vincula perfectamente el caso Succar Kuri, incluye las retractaciones de las niñas para defender de manera indirecta a Succar, negando las acusaciones en su contra", dijo la periodista, "y por otro lado cuando yo trato de defenderme diciendo que Kamel y Succar Kuri se conocían, el juez no acepta las pruebas".
Según Lydia Cacho, la presión proviene "de todos los niveles", pero recordó que ella tiene un enfrentamiento particular con el gobierno del estado de Quintana Roo.
"No podemos olvidar que yo sigo con mi denuncia contra el procurador de Justicia, Bello Melchor Rodríguez y Carrillo, por la forma en que participó en mi detención, por las inconsistencias en sus declaraciones ante la Comisión de Derechos Humanos, y ante el Congreso", dijo la periodista.
Lydia Cacho participó el lunes de la ampliación de declaración de dos testigos de cargo, empleadas de Kamel Nacif, quienes aseguraron que nunca oyeron decir a nadie que el empresario hubiese acosado sexualmente a operadoras de su fábrica.
Esa acusación, hecha por Lydia Cacho, es la que provocó la demanda en su contra y su posterior detención en diciembre pasado. Después, el escándalo estalló cuando La Jornada dio a conocer grabaciones de conversaciones telefónicas donde Kamel Nacif planeaba con el gobernador de Puebla (donde estaba radicado el caso), Mario Marín, la detención de la periodista.