Atenqueses presencian de lejos proceso a 28 detenidos
Reaparecen machetes en caravana a Santiaguito
El símbolo de la lucha atenquense regresó tras un intento de decomiso. Aunque en número reducido al de otras ocasiones, los habitantes de San Salvador Atenco volvieron ayer a empuñar machetes, para exigir la salida de los detenidos del pasado 4 de mayo.
A la salida de su población, a las 9 de la mañana, los atenquenses decidieron esconder algunos de sus machetes para poder llegar con ellos hasta la cárcel, en Almoloya de Juárez, estado de México. Minutos antes de las 10 de la mañana diversos contingentes comenzaron a reunirse en el Monumento a la Revolución para partir en caravana hasta Santiaguito. Estudiantes universitarios, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, del Movimiento Indígena Triqui, del Frente de Trabajadores Jubilados del IMSS y del Frente Popular Francisco Villa comenzaron a recabar cooperación para pagar el microbús que los conduciría hasta el penal, que cobraría mil pesos.
Los atenquenses viajaron hacia la prisión mexiquense en un autobús tipo chimeco -flanquedado con dos mantas-, un microbús y en autos particulares cerca de las 11:15. Debido a que un tráiler permanecía varado un kilometro antes de la caseta de cuota, el tránsito fue lento, por lo que comenzaron los comentarios: "Esto es un complot contra Atenco".
Entre el calor, algunas de las 56 personas que viajaban en el chimeco -con capacidad sólo para 40- se refrescaban con naranjas o peras. El cansancio era evidente, producto casi de las tres horas que duró el trayecto del Distrito Federal a Santiaguito. Al llegar a su destino, no hubo tiempo para estirar las piernas; de inmediato las personas que participaron en la caravana se sumaron a las actividades de protesta que se realizaban afuera de la cárcel. Se dirigieron a la ventanilla del juzgado segundo de lo penal, donde se realizaba desde las 10 de la mañana la diligencia para los 28 acusados por secuestro.
Con gritos, señas y carteles intentaban llamar la atención de las 28 personas que se encontraban tras las rejillas de prácticas rindiendo su declaración. "¿Qué pasó? No se desesperen, van a salir", "¿Quién te está defendiendo?", "Aguanta", eran algunas de las improvisadas frases que se escribían en hojas y carteles.
El juzgado estaba completamente resguardado y sus puertas de cristal permanecieron cerradas durante toda la audiencia. Al otro lado de los vidrios, y tras la rejilla, los presos levantaban el puño izquierdo y estiraban el cuello intentando ver algún conocido. Sus rostros reflejaban la alegría de observarlos, a pesar de las barreras metálicas y de cristal.
Comenzó el pase de lista; los manifestantes gritaban uno a uno el nombre de los 28 detenidos, respondiendo de inmediato con: "¡Libertad, Libertad!"
Entre los participantes en la caravana había quienes portaban guitarras. Aprovechando el equipo de sonido con que cuentan las personas que mantienen el plantón a las afueras del penal, improvisaron un concierto al llegar a Santiaguito, en el que después de cada pieza clamaban por la libertad de los presos y justicia para las mujeres agredidas sexualmente.
Cuando arribaron varios vehículos de la policía estatal, un numeroso grupo de manifestantes los cercó, gritándoles: "Violadores", "asesinos", "recuerda que también vienes de una mujer". Las voces se alzaban tras los agentes estatales: "Animales, culeros, hijos de Peña Nieto, nadie los aguanta".
Los manifestantes esperaban ansiosos la salida de los abogados para que le informaran de la situación. Esto se dio casi a las 7 de la noche, José Ortiz Castillo; uno de los representantes legales informó que ayer se presentaron las pruebas en favor de los 28 acusados por secuestro, y que el juez decidió considerar ese ilícito como tentativa y no, como se había dicho en un principio, como secuestro equiparado. Hoy se realizará la diligencia para los más de 140 acusados de ataques a las vías de comunicación. En tanto, a lo lejos, en una de las dos mantas del chimeco se reproducía la figura de Ignacio del Valle, líder del FPDT, empuñando su símbolo de lucha, un machete.