Se requiere una nueva visión de la agenda bilateral: especialistas
A pesar de que Estados Unidos es el país con mayor población migrante -absorbió 15 de 36 millones de personas que abandonaron su lugar de origen en los pasados 15 años-, "subsiste un profundo desconocimiento del papel de estos trabajadores en el desarrollo de esa nación", aseguró Pedro Labariega Villanueva, especialista en derecho internacional de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Tampoco existe "una lectura crítica del fracaso de los muros fronterizos", que en el pasado han demostrado su ineficacia para detener el flujo migratorio, pues "siempre habrá quien asuma los riesgos para hacer realidad un proyecto laboral o de vida".
A unos días de que se diera a conocer la decisión del presidente George W. Bush de impulsar la construcción de una nueva valla fronteriza y enviar 6 mil soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México, el catedrático de la UAM-Azcapotzalco afirmó: "es evidente que en el país y en Estados Unidos persiste un olvido de la agenda histórica de temas migratorios, y se soslaya que la migración siempre ha sido parte de la historia de ambas naciones".
Advirtió que si México continúa con su política exterior de "respuestas tibias y desaciertos diplomáticos", en los próximos años este tema podría convertirse en "foco de mayores descalabros".
Es necesario que el próximo gobierno -sin importar su filiación política- "construya una nueva visión de la agenda bilateral con Estados Unidos, en que el tema migratorio ocupe un lugar prioritario", pues esta administración no heredará ningún mecanismo eficaz de política en la materia.
Erick Fernández Saldaña, investigador de la Universidad Iberoamericana y experto en la relación bilateral, afirmó que la estrategia de Bush en este tema limita "cualquier posibilidad" de alcanzar una reforma que beneficie a los millones de migrantes mexicanos.
Los grupos ultraconservadores, indicó, manifestaron su "molestia y temor" por el fortalecimiento de las organizaciones de migrantes y la capacidad de éstos para "reivindicar sus derechos y su papel como actores fundamentales de la reforma".
A esto se suma no sólo la construcción de nuevos muros fronterizos, "sino obstáculos culturales e ideológicos, como promover una enmienda para proclamar el inglés como lengua nacional, que evidencia el temor de que los grupos conservadores sobre la participación de los migrantes".
Laura Poy Solano