Editorial
Laguna Verde: inviable y peligrosa
La licitación dada a conocer hace unos días por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para ampliar la central nucleoeléctrica de Laguna Verde, que tendrá un costo de unos 800 millones de dólares, arroja serias dudas sobre la estrategia energética del actual gobierno. De acuerdo con expertos, resultaría más productivo invertir en otras fuentes de energía, como en plantas hidroeléctricas. Además, no existen razones técnicas ni económicas que justifiquen tal gasto. Por otra parte, la planta significa un serio riesgo para la seguridad de miles de personas que viven cerca de ella.
Este proyecto está plagado de irregularidades. De acuerdo con Bernardo Salas Mar, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien laboró durante 13 años en Laguna Verde, se necesita realizar profundos estudios técnicos y de seguridad para llevar a cabo una modificación como la que se pretende. Sin embargo, a la fecha tales estudios aparentemente no existen. "Al parecer, la urgencia por licitar y autorizar este proyecto obedece al intento de otorgar a General Electric, por algún motivo la empresa favorita de CFE y de Laguna Verde, otro jugoso contrato antes del fin de la presente administración, aunque su ejecución y pago se heredarán al próximo sexenio", señaló.
El experto agregó que resulta inconcebible que se pretenda pagar una cantidad casi tres veces más cara por kilovatio a instalar, para incrementar tan sólo 15 por ciento de potencia, "ya que un incremento mayor sería tecnológicamente arriesgado desde el punto de vista de seguridad, pues sometería a gran esfuerzo a equipos (principalmente el reactor) que no fueron originalmente diseñados para los parámetros de operación resultantes".
La seguridad es un aspecto realmente preocupante en este proyecto, pues las consecuencias en caso de un accidente de gran envergadura serían catastróficas. No hay que olvidar el siniestro en la planta nuclear de Chernobyl, Ucrania, en 1986, que dejó unos 2.9 millones de víctimas.
Desde su construcción, a finales de los 80, Laguna Verde fue objeto de innumerables críticas, sobre todo respecto al aspecto de la seguridad, por lo que las comparaciones con Chernobyl estaban a la orden del día. En 2000, Greenpeace dio a conocer un documento interno en el que el supervisor de seguridad de la planta advierte al gerente general que el plan de emergencia no funcionaría en caso de accidente.
De hecho, los accidentes han sido frecuentes en Laguna Verde durante estos años. El 18 de noviembre de 2005 se reportó de manera oficial un incendio. En marzo pasado ocurrió un siniestro similar. En poco más de 10 años se han reportado unos 70 percances de seguridad.
Por esa razón han abundado las peticiones para cerrar la planta. Incluso la misma CFE, en un informe enviado recientemente a la Comisión Nacional Bancaria, reconoció que "debe ser desmantelada por razones de seguridad".
Además está el aspecto económico, y las cifras indican que la inversión no es viable. Para muestra basta un ejemplo: de acuerdo con el proyecto de renovación, Laguna Verde tendrá la capacidad de generar 105 megavatios por unidad; un proyecto con una inversión similar para construir una planta hidroeléctrica generaría 750 megavatios por unidad.
Ante los hechos, el proyecto de ampliación de la planta nuclear es absurdo. Es necesario que el gobierno reconsidere esa decisión.