"Plena comunión" del Episcopado con la suspensión del proceso al ex sacerdote
Fue una sanción muy ligera, considera el rector jesuita de la Iberoamericana
Ampliar la imagen El ex nuncio apostólico Girolamo Prigione y Marcial Maciel en abril de 1997 Foto: La Jornada
Por primera vez desde que se denunció al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, por pederastia, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunció para externar su "plena comunión" con la determinación del papa Benedicto XVI por renunciar a someter al sacerdote michoacano a un proceso canónico, por motivos de salud y edad avanzada.
En contraparte, para el rector jesuita de la Universidad Iberoamericana (Uia), José Morales Orozco, la resolución, dada a conocer a través de un comunicado de prensa, fue una "sanción muy light". No obstante, consideró que el Vaticano no tuvo otra salida porque el proceso contra Maciel "se estaba complicando de alguna manera, porque no se quería llegar a la solución, quizá para evitar un escándalo o también para proteger".
Mientras, ajeno al mensaje de la CEM, el obispo de Nuevo Laredo, Ricardo Watty, resaltó la disposición de Roma por dar curso a este proceso, y recordó que una vez que el Vaticano concluyó con su parte, está abierto el camino para solicitar la intervención de la justicia civil.
Es un engaño, acusan católicas
En tanto, para la directora de Católicas por el Derecho a Decidir, Consuelo Mejía, el documento que dio a conocer la Oficina de Prensa del Vaticano resultó un engaño, que una vez más revela la doble moral con que se conducen las autoridades eclesiásticas. Exigió justicia para éste y otros asuntos, como los relacionados con las violaciones a monjas, y la necesidad de que se investigue a profundidad y se resarza a las víctimas por el daño cometido en su contra.
Mediante un breve mensaje de tres párrafos, el secretario general de la CEM, el obispo de Texcoco, a nombre del organismo, exaltó la labor evangelizadora y social que los legionarios han prestado al país en sus 65 años de existencia, especialmente en el área educativa y en labores sociales y evangelizadoras, "sin lugar a dudas de gran beneficio para la Iglesia en México".
Celebró que la orden acogieran con "profundo espíritu de obediencia y fe" la invitación que Roma hizo a su octogenario fundador para que se retirara de sus ministerios sacerdotales y fuera dispensado del proceso canónico que correspondía, por el delito de absolución de cómplice que le imputaron algunas de sus víctimas en 1998, por motivos de salud y de edad.
Resalta que ahora el Episcopado haya determinado emitir una opinión, cuando desde 1997, cuando se destapó el asunto, se mantuvo al margen. Algunos prelados habían tocado el tema a título personal, como el arzobispo primado de la ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera, quien en 2000 desafiaba a presentar pruebas sobre los ilícitos imputados a Maciel.
"En este caso yo no tengo ninguna autoridad para juzgar actos que supuestamente sucedieron hace 50 años. No tengo elementos para hacer un juicio, pero si alguien tiene evidencias, que las presente", retó en esa ocasión.
Ayer, horas después del comunicado vaticano, el obispo Ricardo Watty dijo que una vez anunciada la decisión de la Iglesia católica sólo queda la intervención de la justicia civil, en caso de que los denunciantes pretendan continuar con las acusaciones por abuso sexual.
Sin embargo, destacó que la Iglesia "haya dado curso a un proceso que realmente estuvo basado en muchas denuncias que involucraron a algunas personas que habían sido objeto de maltrato. Esto me parece bien", señaló en entrevista telefónica.
Y el auxiliar de la arquidiócesis de Morelia, Francisco Moreno Barrón, consideró que "la Iglesia enfrenta con responsabilidad las denuncias en contra de sus integrantes". Negó que el clero encubra a sacerdotes que cometen actos ilícitos. En tanto, el prelado de la diócesis de Culiacán, Sinaloa, se limitó a externar su tristeza por lo acontecido con Maciel, con quien mantiene fuertes vínculos personales.
Finalmente, el sacerdote jesuita José Morales Orozco consideró que, con su resolución, el Vaticano hace justicia a las víctimas y también a la Iglesia católica misma, porque el proceso contra Maciel "se estaba complicando de alguna manera, quizá porque no se quería llegar a la solución, quizá para evitar un escándalo, y no dudaría que también para proteger".
Con pruebas tan claras, presentadas por las víctimas, "no había otra salida". No obstante, enalteció que el Vaticano reconociera con su mensaje un caso tan controvertido. "De alguna manera, posiblemente las sanción parece suave, pero es un reconocimiento de las afirmaciones y de los hechos que se presentaron. La sanción misma ya es algo duro y doloroso, y eso habla bien de la propia Iglesia."
El rector de la Uia pidió "no hacer leña del árbol caído", tras la difusión del boletín de Roma. "A lo mejor no todos quedan contentos, pero lo importante es que ya lo reconoció el Vaticano", insistió.