Usted está aquí: jueves 18 de mayo de 2006 Opinión Atenco, DF, UNAM y la otra

Octavio Rodríguez Araujo

Atenco, DF, UNAM y la otra

La otra campaña y Marcos están haciendo mal las cosas, quizá están confundidos. No es en el Distrito Federal donde están los presos de Atenco ni fue la policía de esta ciudad la que los atacó violenta, ilegal e injustificadamente en esa población del estado de México. Tampoco es la UNAM la culpable de esos sucesos, ni siquiera en sus planteles en zona mexiquense.

Atenco y las cárceles que encierran a algunos de sus pobladores están en el estado de México. Los policías más brutales (armados y desarmados) que tomaron el pueblo en medio de las atrocidades que todos conocemos son del gobierno estatal. En Toluca viven y despachan el gobernador Enrique Peña Nieto, el secretario de gobierno, Humberto Benítez Treviño, el director de la Agencia de Seguridad Estatal, Wilfrido Robledo Madrid, todos ellos responsables principales de la agresión policiaca del 3 y 4 de mayo. Toluca, y no el Distrito Federal, debería ser el teatro principal de las protestas ciudadanas, de los estudiantes de los CCH, de los activistas del Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI), y de las demás organizaciones sociales que exigen la liberación de los presos de Atenco. Enfrente del palacio de gobierno en Toluca hay una plaza suficientemente grande para albergar, por tiempo indefinido, a Marcos y a sus seguidores que, además, tendrían a un lado las famosas tortas de chorizo de La Vaca Negra, en los arcos.

¿Por qué entonces bloquear los accesos al Distrito Federal y varias de sus principales arterias? ¿Han pensado Marcos y los de la otra campaña el enorme perjuicio que ocasionan a miles y miles de trabajadores que por los bloqueos no pueden llegar a trabajar a tiempo y que les descuentan sus ya de por sí exiguos salarios? ¿Son ésos o son otros los trabajadores que quieren sumar a la otra campaña? ¿O de plano los trabajadores no les importan y sólo forman parte de su discurso? ¿Creen que perjudican a las empresas que contratan trabajadores? ¿Qué proporción de sus ingresos pierden los trabajadores y cuánto los empresarios? ¿Los empresarios, a diferencia de los trabajadores, se quedan sin comer porque ese día no hubo producción o comercio? Obviamente no, pero los trabajadores sí.

¿Por qué hacer más difícil que estudiantes, profesores e investigadores de la UNAM realicen sus actividades normales? ¿No es esta universidad el alma mater de Marcos, según dijo, y donde ha podido realizar ya varios mítines sin obstáculo alguno? ¿No sería una especie de matricidio y una manera de sabotear a la universidad más plural y democrática del país el hecho de que se paralicen sus actividades siendo la única prácticamente gratuita de México, a la que asisten cientos de miles de estudiantes de escasos recursos?

Marcos, supongo, sabe aritmética. ¿Piensa que es democrático y popular que unos 500 o un poco más de sus seguidores impidan a millones (sí, millones) de niños, mujeres y hombres, jóvenes y viejos realizar sus actividades cotidianas en la complicada ciudad de México? ¿Piensa que con discursos de estudiantes y seudo estudiantes, que todos los días interrumpen las clases con sus altoparlantes, los demás estudiantes van a cobrar conciencia de las ventajas de la otra campaña? ¡Qué poco conoce a los estudiantes! Estos no sólo no escuchan lo que todos los días y a todas horas se dice, sino que no les importa, porque ya están hartos de tanto ruido y de suspensiones de clases. Si no los callan es porque no quieren enfrentamientos. Nadie quiere enfrentamientos en la UNAM. Ya los vivimos hace siete años y la universidad y los universitarios no ganamos nada; al contrario, nos ha costado mucho esfuerzo volver a la normalidad y terminar con la polarización generada por rectoría y por la ultra en 1999, mientras Marcos, muy cómodo, se dedicaba a escribir insultos para repartirlos a diestra y siniestra, como ahora: con absoluta irresponsabilidad. No en balde en los medios universitarios se le llama ahora subcomediante Marcos, donde también se dice que su mejor papel del último año lo hizo el domingo en la noche, en el programa cómico El privilegio de mandar en Canal 2 de Televisa.

¿Marcos quiere masas populares que se adhieran a la otra campaña? Le daré gratis unos datos que complementan la idea de que tendría más éxito fuera de la capital de la república: el Distrito Federal tiene menos habitantes y menos pobres que el estado de México y también menos ciudadanos empadronados: 7.2 millones contra 9.25 millones. Otro dato es que, a diferencia del Distrito Federal, donde 60 por ciento simpatiza con López Obrador (Mitofsky), en el norte del país 44 por ciento está con Calderón y 37 por ciento con Madrazo (ídem), por lo que Marcos y su antilopezobradorismo encontrarán mejor eco.

Yo, por mi parte y sin suspender clases ni bloquear calles, reclamo desde esta tribuna la libertad de los presos políticos y castigo ejemplar a quienes lastimaron y humillaron a ciudadanos inocentes y particularmente a las mujeres. Y si no voy a protestar al Zócalo de Toluca es porque, a diferencia de Marcos, no tengo una burbuja de seguridad que me proteja, ni equipo de sonido para que se oiga mi voz.

 
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