Slava Polunin es el protagonista de la obra, desde el 24 de mayo en el San Rafael
Snowshow, alarde de imaginación y tecnología sobre el invierno
Las palabras ya no se escuchan, por eso hablamos en silencio, dice Derek Scott al referirse a los aportes del payaso ruso al teatro contemporáneo
Obra maestra de la comedia, califica la crítica
Ampliar la imagen La calidez y calidad de Slava logra mover las emociones del público
Nueva York, 15 de mayo. El payaso ruso Slava Polunin irá a la ciudad de México a presentar un espectáculo que seguramente permanecerá en la memoria de los asistentes durante muchos años. Snowshow es una obra basada, con alarde de imaginación, en el invierno y los sentimientos que el paisaje de esa época produce en el cuerpo.
Actualmente se presenta en el Union Square Theatre de la ciudad de Nueva York, pero del 24 de mayo al 11 de junio estará en el teatro San Rafael, de la colonia de ese nombre.
La función está dividida en una serie de cuadros, de los cuales el intermedio y el final están adaptados para que el público no interrumpa el sueño y experimente las sensaciones que un excelente grupo de actores generan alrededor de su historia. Al término de ésta, los niños y sus padres quieren permanecer en el lugar, pues el personaje principal, el payaso Slava, y una especie de pajarracos tristes y desmadrosos que lo acompañan, son los últimos en abandonar la sala.
"Las palabras ya no se escuchan, por eso hablamos con silencios, sin ruidos que no tienen espíritu", dice Derek Scott, uno de los ocho payasos de la compañía, al finalizar la función y referirse a la aportación de Slava al teatro contemporáneo. Esta puesta en escena ha sido muy bien calificada por la crítica neoyorquina y la inglesa. Según el periódico The Independent, en Londres, Snowshow es "una obra maestra de la comedia que no deben perderse".
Figura que crece en el escenario
En la primera escena Slava aparece frente al público aparentando profunda tristeza y desencanto. Hace una mueca de aburrimiento. Su desaliño y enormes zapatos lo identifican como payaso clásico de circo, pero en fracción de segundos su figura crece tanto que minutos después se convierte en el protagonista de la fuerza de una tormenta de aire y nieve que azota en su totalidad al foro y somete al público, mientras del centro del escenario sale una luz cegadora que no permite distinguir dónde se produce ese alud que, acompañado de bellísimas voces, cuenta la vida de Carmina Burana.
En el transcurso del performance, los actores involucran al público, ya sea compartiendo la nieve que cae, cuidando que los niños no se mojen o envolviendo a sus padres con una fina telaraña que, junto a un extraordinario juego de luces, semeja la neblina que corre en el campo durante los inviernos. Todo el público se siente flotar en el teatro, mientras trata de quitarse un manto como los que aparecen en algunos sueños o pesadillas.
Cuando llega el intermedio la obra sigue; los actores nunca abandonan el escenario, sólo un momento de oscuridad avisa que vendrá el clímax, el cual se prolonga gracias a un atinado equipo de producción y al inventario de Slava, quien se despide de un amigo en la estación del tren, con una serie de abrazos que seguramente los conocedores de la mímica pondrán en alto, pues, al estilo de Marcel Marceau y Charles Chaplin, este payaso ruso, formado en Leningrado, logra hacer llorar con su actuación, tanto como el adiós de alguien a quien queremos mucho y tal vez no volveremos a ver.
En otro momento los protagonistas navegan, primero perseguidos por un tiburón y luego por una esfera llena de gases azules.
Raro idioma que todo el mundo entiende
Slava tiene una conversación telefónica en un idioma rarísimo, pero que todo mundo entiende. Trata de mantenerse sentado frente a una mesa y busca, en otro momento, las palabras correctas para una canción, que acompañan sus pajarracos con unos acordeones que suenan a profunda nostalgia, que momentos después se convierte en fiesta y burla. Por algo este payaso sigue siendo el presidente de la Academia de los Bufones.
Al final de la obra, luego de la tormenta, Slava se reconforta sentado en una esquina del escenario, viendo jugar a los niños y sus padres con enormes bolas de caucho que flotan arriba de las butacas, cubiertas de nieve.
Un momento de alegría, que tanta falta hace.
Snowshow, presentado por Integrus, se escenificará a partir del 24 de mayo en el teatro San Rafael (Virginia Fábregas número 40, colonia San Rafael). Informes en el teléfono 5574-1767. Consulte la cartelera. Se recomienda reservar, pues las localidades de las primeras funciones están agotadas.