Científicos británicos trabajan a 12 grados bajo cero en una estación en Groenlandia
Realizan estudios decisivos para el lanzamiento del CryoSat 2
Hay grandes expectativas de que el satélite aporte importante información sobre el cambio climático
Sobrevolará el Artico y la Antártida para hacer mediciones de la superficie del hielo
Groenlandia, 10 de mayo. En el brillante campo de hielo en el oeste de Groenlandia traquetea un taladro. Lentamente, la varilla hueca se introduce en el sustrato congelado. Luego, Peter y Julian, dos científicos británicos, la extraen con cuidado y sacan el núcleo de hielo. Hay una balanza preparada. A su lado hay lápiz y papel.
Hoy, los dos científicos tienen suerte: el Sol brilla, casi no hay viento y la temperatura es de sólo 12 grados Celsius bajo cero. En estas condiciones, Peter puede realizar las mediciones del núcleo de hielo con la mano desnuda.
El cilindro de alrededor de un metro de largo parece nieve compactada, en la que están insertadas finas capas de hielo de unos milímetros de grosor. "Con un poco de experiencia, estos estratos se pueden leer como los anillos del tronco de un árbol", señala Julian.
En la estación científica que lleva el sencillo nombre de T05 se llevan a cabo tareas decisivas que constituyen una segunda oportunidad para el satélite europeo CryoSat. El primer aparato de este tipo se estrelló el año pasado poco después de ser lanzado al espacio con un cohete ruso.
Pero el proyecto sobre el que están depositadas grandes expectativas para la investigación climática no debe fracasar: con CryoSat-2 se hará un nuevo intento en tres años. El satélite sobrevolará el Artico y la Antártida y medirá constantemente la superficie de hielo.
"Alrededor de una vez al mes recibiremos una imagen completa del Polo Norte y del Polo Sur", explica Malcolm Davidson de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) durante una visita a la T05.
El derretimiento de las masas de hielo, por ejemplo por el calentamiento climático global, llamaría de inmediato la atención.
"Queremos que las mediciones tengan una precisión centimétrica", describe Davidson el ambicioso objetivo. "Suena fácil", añade. "Lo único es que nuestro instrumento de medición se desplazará a 650 kilómetros de altura a una velocidad de seis kilómetros por segundo por encima de esta zona".
Distancia y velocidad, algunos de los retos
Pero no sólo la enorme distancia y la gran velocidad del satélite implican retos para los científicos. El rayo del radar, que escudriñará la superficie congelada, no será reflejado uniformemente: también podrá atravesar la nieve y será reflejado desde unos centímetros de profundidad.
Para poder tener en cuenta estos errores al analizar los datos, los científicos deben conocer con exactitud las propiedades del hielo.
Esta es la tarea de los tres hombres y una mujer que actualmente viven en la estación T05. En realidad "estación" es una palabra que le queda grande a las tres pequeñas carpas a 2 mil metros de altura sobre el hielo de Groenlandia.
No hay otra cosa que ver salvo el paisaje blanco brillante. La ciudad más próxima se encuentra a unos 150 kilómetros.
Cavar en la nieve agujeros de la altura de un hombre, hasta alcanzar la capa de hielo es agotador, y en abril, la temperatura bajó hasta los 40 grados Celsius bajo cero. "Una vez había una tormenta de nieve tan fuerte, que no podíamos ver más allá de los 20 metros", relata Doug. "Durante dos días tuvimos que quedarnos sentados en las tiendas de campaña".
Pero su trabajo -en otros sitios en el Artico también se analiza el hielo- es indispensable para la exactitud de las mediciones que pronto deberá realizar CryoSat-2.
"Es de enorme ayuda obtener una imagen exacta de las condiciones de nieve y hielo", confirma Davidson.
Para simular la toma de mediciones, la T05 es sobrevolada por un avión que lleva instrumentos, similares a los que serán provistos al satélite. De esta manera se puede establecer una relación directa entre los resultados de las mediciones y las característas del hielo analizadas en el lugar.
Los científicos permanecen unas cuatro semanas en el hielo de Groenlandia. Allí, en el paralelo 70, el Sol prácticamente no se oculta nunca durante el mes de mayo.
Pero después de un día agotador y un trago de whisky, se puede dormir aun en la carpa levemente templada en un ambiente de hielo. Pero tal vez, sólo hasta la próxima tormenta de nieve. Enlace: www.cryosat.de www.esa.int/esaLP/LPcryosat.htm