Ofrece subsidio por hijo para incrementar la población
Justifica Vladimir Putin el aumento del gasto militar ruso
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Vladimir Putin, ayer en el Parlamento
Foto: Reuters
Moscú, 10 de mayo. El presidente Vladimir Putin, en el informe anual de gobierno que presentó este miércoles ante el Parlamento local, una vez más puso de relieve el desfase que persiste, desde que despacha en el Kremlin, entre su retórica de corte geopolítica y el rezago de Rusia en términos de poderío económico.
Putin dedicó buena parte del texto a justificar el incremento del gasto militar, aunque éste seguirá siendo, en cifras absolutas, 25 veces menor que el de Estados Unidos.
Enfatizó la necesidad del rearme nuclear como respuesta asimétrica, basada en tecnologías avanzadas y armas de alta precisión, a "una carrera armamentista que no ha concluido y que, por el contrario, se acelera y alcanza nuevo nivel tecnológico".
Anunció el gobernante que en los próximos cinco años está previsto dotar al ejército ruso de nuevos aviones, submarinos y ojivas nucleares de trayectoria impredecible para el enemigo potencial, lo cual "nos permitirá conservar el equilibrio estratégico de fuerzas".
Tras decir que en materia de defensa "Estados Unidos ha convertido su casa en una fortaleza y nosotros también debemos hacer lo mismo, porque sabemos qué pasa en el mundo", se apartó del texto e improvisó esta explicación: "El camarada lobo se come a quien le da la gana, y se lo come sin hacer caso a nadie. Y, a juzgar por todo, no tiene intención de escuchar a nadie".
Por tanto, "el próximo año el gasto en desarrollo de nuevos armamentos deberá ser de no menos de la mitad del total del presupuesto de defensa", señaló Putin.
Al tiempo que el Kremlin convierte la renovación del arsenal nuclear en premisa principal para reivindicar el estatus de potencia mundial de Rusia, hay dudas sobre el alcance verdadero del programa de rearme, ya que el país no está en condiciones de soportar otra espiral armamentista.
La economía rusa, en opinión de expertos independientes, continúa dependiendo en grado determinante de los precios internacionales de los hidrocarburos, cuya favorable coyuntura permite paliar la situación.
Cada año, el presidente ruso proclama en su informe alcanzar una meta ambiciosa de largo plazo, método que evita tener que rendir cuentas específicas al año siguiente.
En esta ocasión, rompió la regla puesto que hace cinco años ya había mencionado el grave decrecimiento de la población de Rusia, en 700 mil personas cada año, como un problema de seguridad nacional.
Como la tendencia negativa no logra revertirse a pesar de los inmigrantes de ex repúblicas soviéticas que adoptan la ciudadanía rusa, y la esperanza de vida entre los rusos es cada vez más baja, ahora el Kremlin pretende resolver el problema con un subsidio que anime a las mujeres a tener hijos: el equivalente a 500 pesos mexicanos mensuales (unos 50 dólares) por el primero y mil pesos, por el segundo.
Putin volvió a destacar la importancia que concede a los llamados "programas nacionales prioritarios", como educación, salud pública o vivienda, que el año pasado tuvieron un presupuesto de mil millones de dólares cada uno.
El mandatario ruso criticó a los magnates que se enriquecieron a "costa de la mayoría de los rusos", pero por extraña razón no mencionó en su informe que el Estado desembolsó 21 mil millones de dólares tan sólo para recomprar a Román Abramovich sus acciones en la petrolera Sibnieft, que el dueño del Chelsea, equipo de futbol inglés, y gobernador de Chukotka adquirió, en tiempos del presidente Boris Yeltsin, en 250 millones de dólares.
Mientras tanto, los grandes objetivos fijados por Putin al comienzo de su presidencia para los siguientes 10 años -abatir la pobreza, reformar las fuerzas armadas y duplicar el producto interno bruto-, de mantenerse las actuales tendencias difícilmente podrán cumplirse en 2010.