La batalla por mantener la tapa puesta en China
En contra de las predicciones, la economía del país creció en el primer trimestre, impulsada por una ola de inversiones y crédito fácil, por lo que Occidente teme que esté cerca del sobrecalentamiento
Ampliar la imagen El superávit comercial chino produce grandes flujos de moneda extranjera, los cuales acapara el banco central para mantener a la baja la tasa de cambio, y esto aumenta la cantidad de yuanes en los bancos Foto: Reuters
Ampliar la imagen FUENTE: EUI/INFO-E
Cuando muchos predecían una leve disminución del crecimiento económico de China este año, las cifras del primer trimestre sugieren lo contrario. Impulsada por una oleada de inversiones y crédito fácil, la economía creció 10.2% en comparación con 2005, incluso por arriba de la tasa anual del año pasado, de 9.9%. Hoy los funcionarios temen que esté cerca del sobrecalentamiento. El 27 de abril, el banco central aumentó las tasas de intereses por primera vez en 18 meses en 0.27%, y anunció ''lineamientos'' para controlar los préstamos a una docena de industrias.
Otras cosas provocan la inquietud de las autoridades. El crecimiento del PIB de los primeros tres meses, en comparación con el mismo periodo de hace un año, fue el más alto al menos desde 2004 (las revisiones de información dificultan las comparaciones anteriores). Ese fue el año en el que China comenzó a intentar, con éxito limitado, meter el freno. La inversión en bienes fijos, como caminos, industrias y maquinaria, se elevó en 27.7%. Sólo en marzo creció 32.7% en áreas urbanas. Este año el gobierno esperaba mantener el crecimiento de esa inversión en 18%, por abajo del 27.2% registrado el año anterior. En el mismo primer trimestre los bancos estatales prestaron 157 mil mdd, cantidad que el gobierno había planeado prestar durante el primer semestre. La oferta de dinero creció 18.8%, 4.7 puntos más que en el periodo similar del año anterior y arriba del objetivo que se fijó el banco central de 16% para 2006.
El superávit comercial de China continuó también su enérgico crecimiento, elevándose a 23 mil 300 mdd durante el primer trimestre, en el que las exportaciones subieron 26.6% y las importaciones 24.8%. Este superávit fue 41% mayor que el de enero a marzo del año pasado y difícilmente ayuda a desvanecer las preocupaciones, en especial en EU, de que China obtiene ganancias injustas de una moneda sobrepreciada. Con base en las cifras más recientes, el superávit comercial de este año podría no ser muy diferente del récord de 101 mil 900 mdd del año pasado.
A los gobernantes chinos les agradan las industrias orientadas a la exportación de alto crecimiento, pues contribuyen a generar empleo en un país donde la tasa de desempleo urbano se estima en más de 8% (en algunas ciudades es todavía más alto) y donde al menos 150 millones de personas que viven en el campo tienen poco o nada que hacer. Un crecimiento menor podría representar una amenaza a la estabilidad social. Pero les preocupa que el alto índice actual se sustente en una inversión irracional que desperdicia los recursos. Esto podría debilitar más la posición financiera de los bancos estatales y, al final, derivar en una penosa y brusca desaceleración cuando escasee el crédito.
¿Por qué es tan difícil diseñar el "aterrizaje suave" que el gobierno ha tratado de llevar a cabo? La meta de crecimiento del PIB para este año es de 8%. Incluso antes de que se anunciaran las cifras más recientes, esa meta parecía conservadora. Muchos economistas han aumentado sus estimaciones. En su último informe, la Academia China de Ciencias Sociales pronosticó que el crecimiento de este año sería sólo unas fracciones menor que el del año pasado, de 9.6%. Su último reporte trimestral indicó que podría ser de 9%.
Política cambiaria
La política cambiaria es parte del problema. En los meses recientes, el país ha sufrido una inundación de efectivo. El superávit comercial produce grandes flujos de moneda extranjera que son acaparados por el banco central, con la finalidad de mantener a la baja la tasa de cambio. Pero esto aumenta las existencias de yuanes depositados en los bancos.
De manera usual, el banco central modera el crecimiento de estas existencias monetarias prestando la mayor parte del exceso de yuanes. Pero Stephen Green, del Standard Chatered Bank, dice que durante unos meses a mediados del año pasado, el banco central relajó estos esfuerzos para compensar el impacto potencial de un revaluación del yuan en julio. El resultado fue un incremento del crédito barato. De manera inevitable, esto se traducirá en malas noticias para los bancos cuando algunos de estos préstamos caigan en cartera vencida. En el primer trimestre, la ganancias industriales se elevaron 21.3%, pero las pérdidas subieron 32.3%. Con grandes sobrexistencias en algunas industrias y considerables aumentos en los costos de materias primas, muchos fabricantes tienen que tolerar estrechos márgenes de ganancia.
Aunque los esfuerzos por refrenar la oferta monetaria se reanudaron en octubre, la inversión creció rápidamente en la medida en que los gobiernos locales, indiferentes a los esfuerzos del centro por contener la economía, competían por elevar los índices locales de crecimiento. Esto fue alentado por el lanzamiento, este año, de sus nuevos planes quinquenales, el momento tradicional para comenzar nuevos proyectos. Muchos planes quinquenales locales proyectan índices anuales de crecimiento de dos dígitos, a pesar de que el gobierno central aspira a alcanzar hasta 2010 un modesto promedio de 7.5%.
Para ayudar a reducir los flujos netos de moneda extranjera, a principios de este mes el gobierno anunció planes que harían posible por primera vez -a pesar de estar sujeto a cuotas- que las empresas y los chinos comunes y corrientes inviertan en los mercados de valores extranjeros. Y se pronostica con firmeza que, en breve, el banco central anunciará medidas para frenar el crecimiento del crédito mediante el incremento de la proporción de los depósitos bancarios que debe mantenerse en reserva.
Sin embargo, ante los grandes acontecimientos que se aproximan -el Congreso del Partido Comunista, a finales del próximo año, y los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008- los gobernantes chinos están ansiosos de que la economía se mantenga creciendo lo suficiente para asegurar la estabilidad. Esto puede hacer que se muestren renuentes a tomar las estrictas medidas necesarias para asegurar un crecimiento más racional: levantar los controles a los precios de energía, por ejemplo, y eliminar las restricciones a las tasas bancarias de interés. Según Chang Oing, de la Universidad Agrícola de China, es probable que los esfuerzos del gobierno no tengan mucho impacto, y que le resulte difícil impedir un duro aterrizaje en un par de años más. No obstante, los funcionarios gubernamentales insisten en que la economía no se ha sobrecalentado... todavía.
FUENTE: EUI/INFO-E