Editorial
Pemex se ahoga en deudas
Petróleos Mexicanos (Pemex) es una de las empresas de hidrocarburos más rentables del mundo; sin embargo, la paraestatal tiene que acudir a préstamos externos para financiar sus obras de expansión y refinanciar sus pasivos. Ayer viernes, Pemex informó que durante este año contratará deuda por 8 mil millones de dólares, a pesar del auge que vive el mercado internacional de crudo, que en semanas recientes ha alcanzado cotizaciones históricas, generando recursos millonarios extras.
En los pasados tres años, Pemex ha recibido unos 200 mil millones de dólares de recursos extraordinarios derivados de los altos precios del petróleo. Sin embargo, ese dinero ha sido malgastado: gran parte de los recursos excedentes han sido destinados al gasto corriente en lugar de apoyar inversiones productivas, como la renovación de infraestructura básica o para conseguir un equilibrio en la balanza fiscal.
No sólo se ha malgastado ese dinero pagando sueldos exorbitantes a los funcionarios y otros gastos inútiles, en este periodo también se ha convertido a Pemex en la empresa petrolera más endeudada del mundo. Durante el sexenio de Vicente Fox, la deuda de la paraestatal ha alcanzado la cifra de 51 mil 195 millones de dólares. Es más, de acuerdo con datos oficiales, la empresa debe más de lo que vale: entre enero y marzo de este año, la paraestatal llegó a una situación de quiebra, pues su deuda rebasó en 15 mil 364.5 millones de pesos el valor de sus propiedades. La empresa informó que al cierre del primer trimestre los activos eran por un billón 114 mil millones de pesos, contra un billón 129 mil millones de pesos de pasivos.
Resulta una vergüenza que ante esos datos Fox haya destacado en múltiples ocasiones que durante su gestión se han destinado las cifras más importantes de inversión en toda la historia moderna de la industria petrolera. Cierto, pero lo que no dice es que alrededor de 90 por ciento del monto total proviene vía endeudamiento. Y peor aún, que el candidato presidencial del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón, haya asegurado que Fox no ha endeudado ni con un solo dólar al país. ¿Y Pemex no es parte del país?
El gobierno justifica el escandaloso endeudamiento de Pemex por la carga fiscal que soporta la paraestatal. De acuerdo con datos oficiales, 59 por ciento de la venta de petróleo es destinado al pago de impuestos, lo cual supuestamente deja a la empresa sin margen de maniobra para su mantenimiento. Ante esta situación, en todo caso, ¿no se impondría un nuevo régimen fiscal para Pemex que le permitiera invertir en sectores vitales?
Ante este panorama, resulta un contrasentido que se haya ignorado las urgentes necesidades del país en materia de infraestructura, cuando organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, han reconocido que una de las razones de la pérdida de competitividad de la nación se debe precisamente a la debilidad en la infraestructura básica. También resulta inexplicable que la administración de Fox haya usado ese dinero en cubrir el gasto del gobierno, a contracorriente de lo que ha hecho el resto de los países petroleros, que han invertido en infraestructura o han guardado ese dinero para los malos tiempos. En estos tres años, por ejemplo, los países de Medio Oriente aprovecharon esos recursos para pasar de un déficit fiscal de más de un punto a un superávit de dos cifras.
Además, por si fuera poco, la gran deuda de Pemex significará una gran carga para el país en los próximos años. Así, durante el siguiente sexenio, la nueva administración gubernamental enfrentará pagos por vencimientos de deuda en los próximos cinco años por 20 mil 843 millones de dólares, lo que podría ejercer fuerte presión sobre las finanzas públicas.