Usted está aquí: sábado 6 de mayo de 2006 Opinión Rostro de piedra

Leonardo García Tsao

Rostro de piedra

Ampliar la imagen Sharon Stone, protagonista de Bajos instintos 2, durante su arribo al evento Billies, el cual reconoce a los medios por la excelencia en la difusión de las mujeres deportistas Foto: Ap

En uno de esos impasses que suelen afligir a nuestra cartelera es difícil encontrar algo que valga la pena la ida al cine, ya no digamos elaborar una crítica. Resulta que las dos películas más taquilleras del momento son de dibujos animados: una gringa -La era del hielo 2- y otra nacional -Una película de huevos. Y, francamente, escribir sobre ellas da... hueva, pues. Queda entonces el morbo de asomarse a Bajos instintos 2. No morbo de ver cachonderías, sino de presenciar un desastre, como lo calificó buena parte de la crítica extranjera.

Según se sabe, se trata de una tardía secuela, cuya principal promotora fue Sharon Stone (el proyecto estaba programado para filmarse desde 2000, y la actriz hasta amenazó con demandar a los productores por el retraso). El director de la original, el holandés Paul Verhoeven, tuvo la sensatez de negarse al asunto, y hubo algo de esperanza cuando se mencionó a David Cronenberg como posible realizador. Quien se quedó con la chamba fue el mediocre Michael Caton-Jones, y el resultado parece uno de esos thrillers seudoeróticos que pasan por los canales de cable a altas horas de la noche.

Catorce años después, poco ha cambiado en la vida de la escritora Catherine Tramell (Stone, claro). Ahora vive en Londres, pero sigue dedicándose a crear novelas basadas en su adicción al sexo peligroso (y a fumar en zonas restringidas, también). Su nueva víctima es el sicoanalista Michael Glass (David Morrissey), de historial turbio, a quien se propone joder sexual y sicológicamente. El personaje es tan similar al policía corrupto interpretado en la original por Michael Douglas, que Bajos instintos 2 podría considerarse más un remake que una secuela.

Lo que falta es el tono escabroso del guión de Joe Eszterhas y, sobre todo, la astuta malicia de Verhoeven, quienes relaboraron el thriller de femme fatale para explorar, con pertinencia para la época, el miedo masculino al sexo inseguro y la mujer poderosa. En su ausencia sólo quedan pistas falsas, una artificial atmósfera noire, tímidas escenas de sexo tipo Golden Choice y mucha verborrea. Uno encuentra más erotismo y tensión en un comercial Totalmente Palacio. El síntoma seguro de un thriller torpe es cuando un personaje revela en un largo discurso final quién es el asesino. En este caso, la protagonista lo explica dos veces, con diferentes culpables (ninguno de los cuales tiene lógica, por cierto).

Bajos instintos 2 es apenas interesante como evidencia de la desesperación de una actriz, cuyo estatus como símbolo sexual ya rebasó su fecha de caducidad (según los estándares de una industria obsesionada por la juventud). Aunque intentó ampliar su limitado registro en esos 14 años, Stone no pudo conseguir una película significativa fuera de Casino (1995), pues sólo Scorsese supo aprovechar su potencial de loca furiosa antes descubierto por Verhoeven. Con el rostro hojalateado por la cirugía y una sonrisa de congelado desprecio, Sharon Stone se ha vuelto, aquí, una inexpresiva caricatura de sí misma.

Es verdad que Hollywood margina a sus actrices, una vez que cumplen 40 años, al gueto de los papeles de mamá del protagonista. Pero para comprobar que envejecer no es necesariamente un factor limitante, si se superan los prejuicios culturales, ahí está Charlotte Rampling desempeñando un papel secundario. Doce años mayor que Stone, la actriz inglesa lleva la edad como una medalla de honor, y sigue siendo una presencia atractiva y sugerente (según se ha visto en las realizaciones de Francois Ozon). En cambio, el cansancio y aburrimiento de Stone al repetir el mismo numerito, no se puede disfrazar ni con todo el bótox del mundo.

Bajos instintos 2

(Basic Instinct 2)

D: Michael Caton-Jones/ G: Leora Barish, Henry Bean, basado en personajes creados por Joe Eszterhas/ F. en C: Gyula Pados/ M: John Murphy/ Ed: John Scott, Istvan Király/ I: Sharon Stone, David Morrissey, Charlotte Rampling, David Thewlis, Hugh Dancy/ P: C2 Intermedia, IFM3, Grosvenor Park Media. Alemania, EU, Gran Bretaña. 2006.

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