La causa, el traspié en los comicios municipales del jueves en Gran Bretaña

Emprende Blair ajuste radical a su gobierno

AFP

Londres, 5 de mayo. El primer ministro británico, Tony Blair, efectuó hoy una radical remodelación de su gobierno tras el fuerte golpe sufrido por los laboristas en las elecciones municipales del jueves, provocado en parte por escándalos protagonizados por varios ministros.

El precio más alto del revés en las urnas, que dieron a los laboristas el tercer lugar, con 26 por ciento de votos, detrás de la derecha conservadora y los liberales-demócratas, lo pagó el titular del Interior, Charles Clarke, quien fue destituido por Blair.

Tras el anuncio de su destitución, Clarke expresó con cierta amargura, que no estaba de acuerdo con la decisión, pero que la aceptaba.

Otro cambio importante fue el nombramiento de una mujer como canciller: la ex ministra del Medio Ambiente, Margaret Beckett, quien remplazará a Jack Straw, quien pasó a ocupar un cargo menos destacado: líder de la banca laborista en la Cámara de los Comunes.

El viceprimer ministro, John Prescott, en el centro de un sórdido escándalo tras descubrírsele una relación extraconyugal con su secretaria, será mantenido en su cargo, pero privado de varias de sus responsabilidades. Blair decidió retirarle a Prescott el Departamento de Vivienda y Asuntos Urbanos.

En el cargo de Clarke -quien era uno de los ministros más vulnerables después que reconoció la semana pasada que más de mil delincuentes y criminales extranjeros no fueron expulsados del suelo británico tras haber sido condenados- Blair nombró al ex ministro de Defensa John Reid, de 56 años.

El nuevo ministro de Comercio es Alistair Darling, el nuevo ministro de Educación es Alan Johnson, y el ministro de Medio Ambiente es uno de los más jóvenes dirigentes laboristas, David Milliband.

Los laboristas perdieron más de 308 bancas en las elecciones locales del jueves, según los resultados de 175 de los 176 distritos de votación. Los conservadores ganaron 309 y los liberales demócratas consiguieron dos nuevas.

El laborismo quedó relegado a una tercera posición, con 26 por ciento de los votos, muy por detrás de los conservadores (40 por ciento) y a poca distancia de los liberales demócratas (27 por ciento).

El ultraderechista Partido Nacional Británico no logró el desempeño que se esperaba, pese a que ganó 27 asientos, según la misma muestra, casi definitiva.

Los cambios en el gobierno fueron vistos por los expertos como un intento de Blair por reafirmar su autoridad frente a la pérdida de influencia de los laboristas, a sólo un año de que obtuvo un tercer mandato consecutivo, un récord.

El ministro de Finanzas, Gordon Brown, considerado el eterno aspirante a remplazar a Blair, calificó estos resultados electorales de "disparo de alarma".

"La renovación del Partido Laborista debe empezar ya", declaró Brown a la BBC, al comentar los resultados de los comicios que los analistas daban como perdidos de antemano para el partido de Blair.