El filósofo dictó ayer una conferencia sobre el tema
Analiza Luis Villoro en la FFL la idea de la justicia
La sociedad justa no se define particularmente por las leyes que la rigen, sino por el bien final que persigue. De manera deontológica, una sociedad justa es aquella en que nadie estaría excluido en el cumplimiento de las normas generales, cualquiera que fuere su situación social, afirmó el filósofo Luis Villoro al dictar la conferencia De la idea de la justicia, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se considera justo a lo conforme con el orden que impera en el todo, injusto es entonces lo que transgrede ese orden. Una sociedad injusta sería la que propicia la discordia entre sus partes e incitaría a una ruptura, afirmó en la UNAM Luis Villoro, ex catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), de esta casa de estudios.
Sostuvo además que las acciones justas son las que cumplan leyes o normas universales establecidas para la sociedad. Justo es, en suma, lo conforme al deber. Y añadió que un orden social es considerado justo si en él rige un sistema de normas, sin excepción. Una sociedad justa es un todo ordenado conforme a ciertos principios y reglas generales.
En este sentido, dijo que los sistemas normativos son universales, no admiten excepción, valen para todos en una sociedad en la que nadie estaría excluido. La exclusión sería entonces la condición para el cumplimiento de la justicia. Así, se atribuye justicia o injusticia a una acción concreta; hay actos, comportamientos particulares, decisiones que por sí mismos parecen justos, que de repetirse en ciertas circunstancias, se convierten en reglas de proceder, en hábitos de actuar, en maneras de práctica que parecen conformes a la idea que se tiene del bien, que recibe el calificativo de justa.
En la conferencia, en la que también participó Ambrosio Velasco Gómez, director de la facultad, Luis Villoro afirmó que un hábito de actuar conforme al bien es lo que tradicionalmente se ha llamado virtud; por ello, en este sentido se refiere a un conjunto de prácticas humanas aplicable a una vida justa que realiza una idea del bien. Una persona justa es la que sabe que en sus actos puede distinguir el comportamiento bueno del erróneo y decide lo correcto según el caso.
Villoro insistió en que los actos morales están determinados por el fin que persiguen y realizan, por lo que lo justo es lo que actúa conforme al bien y persigue un fin valioso. Al referirse al concepto de justicia como tal, aseveró que éste contempla dos modelos: el deontológico (del deber), es un modelo de justicia que considera a ésta como toda acción y toda sociedad justa que se atenga a normas generales, universales; y el teleológico (conforme a un fin valioso), es el que concibe que una sociedad o persona justa es la que está dispuesta a seguir un fin bueno para él o para la sociedad.
De esta manera, una sociedad justa es aquella que permite y favorece la vida buena, según el sentido teleológico, en la que puede realizarse el bien común para todos sus miembros, es un fin valioso donde nadie es excluido. Subrayó que el bien común es un valor objetivo para todo miembro de la sociedad; para juzgar la justicia de una acción particular o de una relación social no es preciso atender sólo a las normas que la rigen, pueden juzgarse por el valor del fin que se quiere realizar. Una norma general es considerada justa en la medida en que ordene acciones buenas. No es que la acción sea buena porque cumple la regla, sino que la regla es buena o justa porque permite la realización de un vida buena.