Persiste en el pueblo temor a nueva agresión policiaca

Se reorganizan líderes del frente campesino de Atenco

Si es necesario nos defenderemos a mordidas, advierten

GUSTAVO CASTILLO Y ROBERTO GARDUÑO; RENE RAMON Y JAVIER SALINAS ENVIADOS Y CORRESPONSALES

Un día después de que el gobierno "restableciera el orden y la paz social" en San Salvador Atenco, se observó una aparente normalidad. Sin embargo, el miedo a una nueva acción policiaca aún persiste entre la población, principalmente en los integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), quienes con temor salen de sus casas o de las viviendas donde permanecieron escondidos por horas y recorren las calles y van preguntando quiénes de sus compañeros están detenidos.

Según el recuento de algunos de los líderes del organismo, la mayor parte de los dirigentes se encuentran en libertad, por lo que ya está en marcha la reorganización, y la primera acción será "luchar por la liberación de nuestros compañeros".

Para los entrevistados, quienes solicitaron el anonimato, la detención de Ignacio del Valle, dirigente del FPDT, "es importante, pero no significa la muerte del frente, porque las demandas que se hicieron hace años en materia de educación, salud, agraria y problemática social no han sido atendidas".

En las calles de San Salvador Atenco aún se aprecian las huellas de la incursión de 3 mil elementos policiacos -el pasado jueves- y del incesante bombardeo de gases lacrimógenos con los que lograron someter a los integrantes del frente.

Este viernes, de manera discreta, los seguidores de Ignacio del Valle hicieron su aparición en las calles, y cuando alguien les comentaba: "qué bueno que te salvaste de que te llevaran", respondían: "ya vez que hace tiempo que ya no andaba en esto", pero aprovechaban para preguntar por el resto de sus compañeros y por la marcha de apoyo que saldría de Chapingo.

Fue así como un grupo de líderes del FPDT y miembros del comisariado ejidal se reunieron y lograron hacer un balance de lo ocurrido, de la fortaleza que aún tienen y de su capacidad de convocatoria con otras organizaciones.

Mencionaron que entre los principales líderes del frente siguen en libertad David Pájaro, Miguel Buendía, Jorge Flores, Jesús Adán Espinoza, doña Trini, esposa de Ignacio del Valle, y sus hijos América y Ulises del Valle, así como Bernardino Cruz Carmona. "Aun con Ignacio en prisión, esto no se acabará, porque nos cansamos de pedir por favor, ya que siempre nos han tirado de locos, y cuando hemos alzado la voz se carcajean.

"Este movimiento no se inició con el rechazo a la construcción del aeropuerto y la defensa de nuestras tierras; es una lucha de años, en la que al principio se pidió al gobierno que nos ayudara a construir escuelas y hospitales, y siempre se han burlado de nosotros. Todos los salones de clase que hay aquí son obra de las faenas que cada uno realiza", dijo uno de los ejidatarios, quien planteó a sus compañeros la necesidad de que se logre instalar una nueva mesa de negociación con el gobierno, en la que se pida respeto a los derechos humanos de los detenidos.

Otro de los líderes recordó que "los machetes y la actitud violenta que dicen tenemos no nació así nomás. Los azadones, las palas, los picos, y principalmente los machetes aparecieron porque no teníamos nada más para defendernos de los granaderos". Para el más viejo del grupo, "el gobierno debe entender que aún nos queda el miedo de la represión, porque todavía en la noche (del jueves) vinieron agentes y se metieron a algunas casas a buscar a integrantes del frente.

"Nos queda miedo, pero eso se puede transformar si nos agreden de nuevo, porque cuando los policías entraron a las casas golpearon a mujeres y empujaron a los niños; hay heridos, pero no salen por miedo. Si es contra quienes participamos está bien, pero que no se metan con quienes no andan en esto. Ahora sí ya vieron que no tenemos armas de fuego, pero aunque sea a mordidas vamos a defendernos.

"Si ellos (los funcionarios) piden respetar la ley, por qué no la respetan primero, y en lugar de mentirnos, de reírse de nosotros, cumplen sus acuerdos y no nos dejan botados por largas horas en sus oficinas y luego, los principales, los secretarios, los que pueden ordenar que se construya un hospital o que se refuercen los salones de una escuela, nomás salen a decir que no tenían conocimiento de nada".