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Jueves 4 de mayo de 2006
Protestan en Nezahualcóyotl familiares y amigos de sospechosos de otro homicidio
Un vecino, el presunto victimario de una de las jóvenes de Chimalhuacán
Aideth Valdés Solano, la primera de siete mujeres víctimas de homicidios en Chimalhuacán, en una fotografía familiar
Nezahualcóyotl, Mex., 3 de mayo. Dos días antes de morir, Aideth Valdés Solano -la primera de siete víctimas de homicidios de mujeres en Chimalhuacán- le platicó a su hermana Norma Angélica que un sujeto con quien hizo amistad de camino al trabajo la acosaba sexualmente.
Casi nueve meses después de esta confesión la Procuraduría General de Justicia del Estado de México arraigó a este hombre como el presunto homicida. Se trata del barrendero Víctor Refugio Reyes Murillo.
Aideth salía diario a las cinco de la mañana de su casa, en la calle Clavel de la colonia Las Flores. Recorría 13 cuadras hasta la avenida Adolfo López Mateos, donde abordaba el transporte que la llevaba a una fábrica en Iztapalapa.
A esa hora poca gente camina por las calles de la colonia Las Flores, a un lado del bordo de Xochiaca. Uno de ellos era Víctor Refugio, quien desde hace 17 años trabaja en el Departamento de Limpia del Gobierno del Distrito Federal.
Según el expediente, que incluye el testimonio de Norma Angélica, Aideth no desconfió del recolector de basura, quien vivía en la calle Gladiola, a dos cuadras de la casa de las jóvenes, y además la esposa de Víctor, María Gabriela Hernández Jimares, salía a despedirlo.
Los testimonios indican que el sujeto ahora arraigado ofreció llevar a Aideth a su trabajo en auto, pues ambos salían a la misma hora y trabajaban en la misma zona. Aideth notó que Reyes Murillo esperaba a que su esposa entrara a su casa para después alcanzarla a bordo de un auto Dodge Dart modelo 1985, matrícula LVA8554.
Una vez que Reyes Murillo se ganó la confianza de la chica de 19 años las cosas cambiaron. La policía cree que el barrendero, de 39 años, empezó a acosar sexualmente a la joven camino al trabajo.
Dos días antes de su asesinato, Aideth comentó a su hermana que en varias ocasiones, a bordo del vehículo, Reyes Murillo intentó besarla y acariciarla por la fuerza, y que ya no deseaba irse con él.
El cuerpo de la joven obrera fue hallado el 25 de agosto de 2005 en una construcción en obra negra de la avenida José López Portillo, en la colonia Xaltipac, municipio de Chimalhuacán.
Ella fue la primera de siete mujeres secuestradas y asesinadas en lotes baldíos de Chimalhuacán; se le encontró ahorcada con un cordón sujeto a un clavo en una pared.
La policía aseguró que el detenido incurrió en contradicciones: primero dijo no conocer a la víctima; luego aceptó que la llevaba en su auto a trabajar; posteriormente negó tener vehículo particular, pero a otra pregunta respondió que sí tenía coche, el cual ya fue localizado y decomisado para hacerle exámenes periciales.
Sin embargo, la PGJEM reconoce que no será fácil encontrar evidencias debido a que ya transcurrieron casi nueve meses del homicidio.
Aideth falleció un 25 de agosto y antes de que terminara ese mes Reyes Murillo ya había vendido su coche.
El sospechoso fue puesto bajo arraigo el 29 de abril en un hotel de la colonia Evolución, en Nezahualcóyotl.
Mientras, este miércoles familiares y amigos de Ignacio Eliseo Velásquez Sánchez y Juan Pablo Salas Velásquez, de 26 y 25 años de edad, respectivamente, quienes se encuentran bajo arraigo desde el 24 de abril por el asesinato de la estudiante universitaria Marlene Natalia Pérez Villafuerte, se manifestaron ante la sede regional de la Secretaría de Gobierno en la colonia Nueva Santa Martha de Nezahualcóyotl.
Los familiares de los detenidos, quienes son vecinos de Marlene, cuyo cuerpo despedazado fue arrojado al canal La Compañía, aseguraron que la detención fue injusta y que al parecer los jóvenes fueron torturados para confesar un crimen que no cometieron.
