Usted está aquí: martes 2 de mayo de 2006 Cultura Contempodanza celebra 20 años de cultivar la coherencia ética y artística

El arte nunca es ingrato, señala Cecilia Lugo, directora de ese grupo independiente

Contempodanza celebra 20 años de cultivar la coherencia ética y artística

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Bailarinas de Contempodanza, compañía que comenzará temporada conmemorativa el jueves 4 en el CNA Foto: Roberto García Ortiz

Sólo la política y las personas son ingratas. ''El arte, ¡nunca!" Así, contundente, es la conclusión de la fundadora y directora de Contempodanza, la coreógrafa Cecilia Lugo, a propósito de los 20 años que cumple este 2006 al frente de la compañía.

En un ámbito tan carente de apoyo como es el dancístico, es de subrayarse la continuidad, poco frecuente en el medio cultural mexicano, más aún para una compañía que se creó y se ha desarrollado de forma independiente de las instituciones.

''Quien se dedica a la danza es un perseverante, un gran necio. Y lo hace porque hay un motor fundamental vinculado con lo ético: qué es lo que quiere uno con su vida, qué se quiere ser y hacer. Es decir, ser congruente con los deseos más íntimos, en este caso bailar", explica Lugo en entrevista.

''Entonces, uno paga el precio que sea. Eso es Contempodanza: refleja una coherencia ética y artística. Hemos estado entre viento y marea, y a veces también contra ellos, pero allí es donde hemos navegado, gustosos, durante dos décadas."

La agrupación festejará dicha efeméride a lo largo del año, aunque uno de los puntos centrales de la conmemoración es la temporada que presentará en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CNA) a partir del jueves 4 y hasta el domingo 14 de mayo.

Entre viento y marea es el título del programa diseñado por la coreógrafa para la ocasión, una antología en la que se recopilan piezas creadas a lo largo de estos cuatro lustros de trayectoria y que hacen evidentes sus obsesiones temáticas como creadora, entre ellas el mar, los sueños y el viento.

Embarcación con rumbo desconocido

Cecilia Lugo define a Contempodanza ante todo como un proyecto humano y artístico, una embarcación que zarpó hace 20 años y navega con rumbo desconocido, ''porque el arte es un misterio".

Al respecto, agrega: ''¿Adónde vamos a llegar?, lo ignoro; lo que sí sé es que ha visitado muchos puertos y de éstos, los más importantes han sido los internos, esos mares íntimos que son los más difíciles de habitar. Es una travesía en la que un equipo de personas ha querido comprometerse de manera ética y estética".

Se trata de una trayectoria, explica, ''bastante inusitada dentro de la danza mexicana, porque hemos tenido estabilidad a prueba de fuego y creo que eso es muy valioso a escala artística, porque hace que cada uno conozca a fondo, no sólo a otro, sino a sí mismo, y pueda, con el trabajo cotidiano, irse descubriendo.

''Eso muy difícil en grupos que trabajan en otros proyectos, porque la cotidianidad de habitarse es fundamental, y habitar en el otro, también. Este proyecto, si no tuviera este sustento como principio, no hubiera sobrevivido; ha sobrevivido, incuestionablemente, por los que lo hacen posible."

En su opinión, dos son las principales aportaciones de Contempodanza al medio dancístico nacional: ''La estabilidad de un grupo comprometido con su hacer, más allá de si hay dinero o no, porque hemos trabajado con dinero y sin él; es decir, la coherencia".

Y la otra contribución se refiere a aspectos estrictamente artísticos, relacionados con la creación de una estética personal como agrupación: ''Tenemos un estilo vinculado conmigo como creadora, pero también con cada uno de los bailarines como creadores que son, y todo es uno.

''Considero que en lo estético se refleja lo ético. Hay todo un estilo en lo que hacemos, desde los conceptos a nivel temático hasta la forma de moverse."

De acuerdo con Lugo, han sido muchas las veces que el proyecto ha estado en peligro de encallar e incluso zozobrar en estos 20 años de trabajo, ante las condiciones adversas en la danza mexicana.

''Esto es como la vida. A veces te dan ganas de tirar la toalla: por falta de espacios, de dinero, de funciones, de no vivir como se quiere a escala material. Entonces, ¿qué lo hace a uno seguir? Lo que nos ha hecho seguir es el rumbo que nos hemos fijado."

Y en ese derrotero ''no tenemos límites, sino acotaciones, porque no podemos ser más de lo que somos. Tiene acotaciones porque las circunstancias nos acotan, pero el anhelo de desarrollarnos y crecer no tiene límites", expresa.

''El proyecto se ha fortalecido mucho; desde hace tres años somos una escuela y a partir de este 2006 tenemos un centro de formación profesional de danza contemporánea. Aspiro, pues, a que tanto bailarines como yo sigamos creciendo. Mientras ésa sea la línea, nunca terminaremos."

 
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