Se tensa el clima del mercado energético, señalan analistas
Nueva York, 1º de mayo. Aunque Bolivia no es un gran productor de gas ni de petróleo, la decisión de su gobierno de nacionalizar sus hidrocarburos agrava el clima de los mercados energéticos afectados por otros dolores de cabeza como el tema nuclear iraní o la inestabilidad de Nigeria.
Según datos oficiales, Bolivia -segunda reserva de gas natural de la región- produce 150 millones de pies cúbicos anuales de gas y extrae 40 mil barriles diarios (b/d), de acuerdo con cifras de la Agencia Internacional de Energía.
Su producción petrolera, destinada casi totalmente al mercado interno, equivale a 0.05 por ciento de la mundial (84 millones de barriles), mientras que su producción de gas supone 0.25 por ciento, según cifras de la Agencia Central de Inteligencia estadunidense (CIA).
Pese a ello, los analistas coincidieron en que la decisión del presidente Evo Morales contribuye a reforzar la tendencia al alza en los mercados energéticos.
"No estoy convencido de que tenga un impacto inmediato" en los mercados petroleros, explicó Bill Farren-Price, subdirector de Middle East Economic Survey (Observatorio Económico de Oriente Medio), una publicación con autoridad en el campo de la energía.
Sin embargo, sí que "incrementa la temperatura, incrementa la tensión en la industria petrolera en general, creo que sólo puede reforzar los precios", agregó.
Además, y en el plano interno boliviano, "no mejora necesariamente el apetito de los inversores extranjeros, aunque sólo el tiempo lo dirá".
James Williams, de la consultora WTRG, explicó que "es más fácil que los precios suban a que bajen" si "el paso de Bolivia hacia un modelo venezolano de control total sobre el petróleo" se suma a "la pérdida de una quinta parte de la producción de Nigeria", la amenaza de sanciones a Irán y "la cercanía de las vacaciones".