Rechazo generalizado a los tratados de libre comercio con Estados Unidos
Los trabajadores de América Latina tomaron las calles en la jornada de ayer
Apoyo a un acuerdo migratorio y combate al desempleo, otras de las demandas
Caracas, 1º de mayo. Cientos de miles de trabajadores salieron este lunes a las calles de las principales ciudades de América Latina, para conmemorar el Día Internacional del Trabajo, con diferentes demandas que iban desde el rechazo a un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, a la política migratoria estadunidense y en reclamo de aumentos salariales.
En Brasil, Sao Paulo fue escenario de dos multitudinarias marchas, con un millón de personas, respectivamente, una a favor y otra en contra del gobierno del presidente, Luiz Inacio Lula da Silva.
El acto que promovió la Central Unica de Trabajadores (CUT), aliada del gobernante Partido de los Trabajadores, se caracterizó por un claro apoyo al mandatario; por su parte, el secretario general, Artur Henrique da Silva Santos, afirmó que es "imposible corregir de una vez por todas las dificultades sociales de un país que hace 500 años sufre bajo la explotación capitalista".
La opositora Fuerza Sindical abrió su acto con críticas a la política económica de Lula, con una condena a las altas tasas de interés y la elevada carga impositiva.
En Venezuela, miles de trabajadores opositores y simpatizantes del presidente Hugo Chávez marcharon divididos en Caracas, en una medición de fuerzas, a ocho meses de celebrarse las elecciones presidenciales, en las que el gobernante aspira a la relección.
La marcha oficialista, dirigida por la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), hizo planteamientos relacionados con la defensa de la soberanía y "las agresiones imperialistas" de Estados Unidos contra Venezuela, y contra el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Esta marcha reunió a manifestantes que apoyaron también la relección de Chávez y su propuesta de socialismo del siglo XXI.
Franklin Rondón, dirigente de UNT, dijo que, entre otras razones, la manifestación también aboga por la liberación de los pueblos latinoamericanos y el apoyo de los trabajadores a los inmigrantes en Estados Unidos, en la jornada de protesta que impulsaron este día.
En contraparte, la movilización opositora, con una participación menor, hizo reclamos al gobierno para que enfrente la inseguridad ciudadana, el desempleo y el respeto a las libertades públicas.
Además, denunció la "insuficiencia" del nuevo aumento al salario mínimo y pidió la excarcelación del presidente de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, condenado en 2005, a 16 años de cárcel, por encabezar el paro opositor que afectó a la industria petrolera entre 2002 y 2003.
Con un rechazo al TLC con Estados Unidos, a la petrolera Oxy y la política migratoria de ese país, los ecuatorianos participaron en una manifestación organizada por las centrales obreras.
Los paraguayos marcharon en Asunción contra "la política económica hambreadora" del gobierno del presidente Nicanor Duarte; mientras en Argentina, desocupados, estudiantes y partidos de izquierda convocaron a un acto en la Plaza de Mayo bajo las consignas: "que se rompa el techo salarial" y "basta de trabajo en negro (informal)".
Pero donde estalló la violencia fue en Chile, cuando grupos de encapuchados, desprendidos de una marcha de 10 mil manifestantes que demandaban "más democracia y justicia social", derribaron las barreras que cerraban el acceso al palacio presidencial de La Moneda.
Los disturbios culminaron con al menos 30 detenidos y opacaron el mensaje reivindicativo de los líderes sindicales, luego de que los activistas lanzaran piedras contra vitrinas de comercios y la policía los reprimiera con chorros de agua y gases lacrimógenos.
La razón principal de las marchas en Colombia, fue el rechazo a la relección del presidente Alvaro Uribe y al TLC con EU, así como a los actos violentos que han ocurrido, principalmente contra la oposición, y la crisis laboral en el país.
También en Centroamérica hubo marchas: en Honduras, El Salvador y Guatemala se lanzaron consignas contra la política migratoria de Estados Unidos, en tanto que en Costa Rica y Panamá rechazaron el TLC.