Ha sido testigo de grandes romances hollywoodenses y decenas de suicidios
Cumple 75 años el Empire State de Nueva York, poderoso icono de EU
Ampliar la imagen La construcción del Empire State comenzó durante la época de la Gran Depresión en Estados Unidos. Imagen del edificio, que data de 1930, antes de que se terminara su estructura Foto: Ap
Nueva York, 29 de abril. King Kong lo escaló, los marcianos lo destruyeron en El Día de la Independencia y unos cuantos neoyorquinos optaron por poner fin a sus vidas arrojándose desde su altura: el Empire State de Nueva York cumple 75 años.
Cuando este lunes se celebre la efeméride, las luces del edificio se apagarán para dar una idea de lo que era el perfil de la ciudad antes de su apertura, el primero de mayo de 1931.
Menos hermoso que su rival art decó, el edificio Chrysler, y carente del encanto del Rockefeller Center, el Empire State se ha apropiado de la imaginación pública y atrae cada año a 4 millones de visitantes.
Su vigencia como símbolo puede ser atribuida, en parte, al hecho de que el rascacielos de 381 metros reinó como el más alto del mundo durante cuatro décadas.
Dos años después de su apertura, King Kong se encaramó por primera vez al edificio, sentando las bases de un romance con Hollywood, que tuvo como protagonistas a artistas como Cary Grant, Deborah Kerr, Tom Hanks y Meg Ryan.
Otras cosas a las que se le suele asociar son menos románticas.
Unas semanas antes de su apertura, un trabajador se lanzó desde el piso 78, convirtiéndose en el primero de una larga lista de suicidas atraídos por la mayor caída de la ciudad.
Su número fue prolífico en los duros años 30 y 40, lo que obligó que en 1947 se instalara en lo alto una valla para evitar que los suicidas llevaran a cabo su propósito.
En 75 años, unas 35 personas han acabado con su vida desde el edificio, siendo el más reciente un joven que logró acceder a una oficina vacía en el piso 66.
La seguridad del edificio cuenta con un grupo de vigilantes que patrullan el observatorio del piso 86, quienes el pasado jueves lograron evitar que un hombre se lanzara en paracaídas.
La construcción comenzó en 1929, días despúes de la gran crisis bursátil.
En medio de la enorme depresión económica, el rascacielos se convirtió en un símbolo de desafío optimista, con los trabajadores compitiendo por ver quién contribuía más a levantar la estructura, que en algunos momentos se alzaba a un ritmo de cinco pisos por semana. La construcción concluyó en sólo 13 meses.
"Sería difícil encontrar un edificio con tanto poder simbólico en el paisaje estadunidense", dijo Mark Kingwell, autor del libro de próxima aparición Nearest thing to heaven: the Empire State Building and american dreams (Lo más próximo al cielo: el Empire State Building y los sueños estadunidenses).
Sin embargo, al edificio le costó cumplir con su misión como espacio de oficinas, y gran parte del mismo estuvo sin alquilar hasta los años 40.
La falta de inquilinos hizo que le dieran el sobrenombre de Empty (vacío) State Building, un apodo que ha ganado vigencia de nuevo, si se considera que 20 por ciento de su espacio está desocupado.
Como las Torres Gemelas, el Empire State también tuvo un avión en sus entrañas, cuando en 1945 un bombardero B-25 Mitchell se estrelló accidentalmente entre los pisos 79 y 80, matando a 14 personas.
Durante el accidente, la operadora de uno de los ascensores, Betty Lou Oliver, sobrevivió a una caída de 75 pisos, sentando una marca aún no batida de supervivencia al colapso de un ascensor.