Quentin Tarantino y Lucy Liu producirán la película
Histórico juego de waterpolo en Olimpiadas de 1956, al cine
Ampliar la imagen La gente se reúne en las calles para ver los filmes que ofrece el Festival de Cine de Tribeca, que se celebra en Nueva York Foto: Ap
Nueva York, 29 de abril. En diciembre de 1956, poco después de que los tanques soviéticos aplastaron un levantamiento en Hungría, los equipos de waterpolo de ambos países disputaron una semifinal olímpica que pasó a la historia como el duelo más sangriento de este deporte, y que es objeto de un documental producido por el director estadunidense Quentin Tarantino.
Freedom's Fury (Furia de la libertad), dirigida por los hermanastros estadunidenses Colin Keith Gray y Megan Raney Aarons, y producida además por la actriz Lucy Liu (Los angeles de Charlie), fue presentada esta semana en el Festival de Cine de Tribeca, que se celebra en Nueva York.
Narrada por el nadador estadunidense y heptacampeón olímpico Mark Spitz, la cinta mezcla a partes iguales los acontecimientos que tuvieron en jaque a la Unión Soviética de Nikita Kruschev y el partido disputado el 6 de diciembre de 1956, en el contexto de los Juegos Olímpicos de Melbourne.
Si el levantamiento popular concluyó luego de 13 días con la muerte de miles de personas y el aplastamiento del gobierno reformista de Imre Nagy, el duelo deportivo se saldó con la victoria de Hungría por 4 a 0, y tuvo que ser suspendido al faltar un minuto, cuando la tensión amenazaba con desbordar las gradas.
La razón fue el brutal puñetazo que el soviético Valentin Prokopov lanzó al húngaro Ervin Zador, cuyo rostro ensangrentado saliendo de la piscina se convirtió en una instantánea que ocupó las portadas de muchos diarios del mundo, como reflejo de lo que había sido el partido.
Zador participó el viernes en Nueva York en una conferencia de prensa y, a pocos meses de cumplirse el 60 aniversario del duelo, reconoció que ganó la agresión después de haberse burlado del jugador soviético y hasta de su madre.
"No me pegó porque él fuera comunista y yo no. Me pegó porque estaba a punto de perder el partido, y se lo hice saber; además le hice saber lo bien que eso me hacía sentir", explicó.
Una reflexión desprovista de la pasión que él y sus compañeros de equipo, que acabarían llevándose el oro, trasladaron a la piscina a raíz de unos acontecimientos de los que se enteraron por la prensa a poco de llegar a Australia.
"Se echaron a sus espaldas el orgullo de Hungría", dijo el director Colin Keith Gray.
Tras los Juegos Olímpicos, la mitad de la delegación húngara no regresó, entre ellos Zador, quien huyó con poco más de 20 años a Estados Unidos y, coincidencias de la vida, acabó entrenando durante un par de años a un niño de 11 que se llamaba Mark Spitz.
Concebida como un homenaje a la actitud del pueblo húngaro, la cinta, que será estrenada en septiembre, tiene en sí el valor de describir un episodio deportivo memorable, como explicó Rich Foster, presidente de la federación estadunidense de waterpolo.