Experta: se busca adjudicar a padres y estudiantes el costo del fracaso en el rubro
Impulsa el gobierno un modelo que reduce los recursos a la educación
Ese sistema evaluador favorece la exclusión de alumnos, señala catedrática de la UPN
El impulso del modelo de "Estado evaluador" en el sistema educativo nacional no es más que una herramienta "eficiente" para disminuir la inversión pública en el sector y favorecer que sean los padres y alumnos quienes asuman el costo del fracaso educativo, afirmó Tatiana Coll Lebedeff, catedrática de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y especialista en sociología de la educación.
Agregó que ante un aparente abandono del Estado en la conducción del sistema educativo, se fomenta que "el fracaso escolar sólo sea responsabilidad del alumno y no del Estado que incumplió con su obligación de garantizar que la escuela continúe como un espacio público en el que se formen los ciudadanos".
Por ello, indicó que para las autoridades "es perfectamente justificable" que aquellos que no cumplen con sus parámetros de evaluación ingresen a universidades patito, "sin importar el sacrificio que esto genera para miles de familias de escasos recursos que creen alcanzar una oportunidad educativa para sus hijos".
En entrevista, aseguró que desde mediados de los años 80 comenzó a desarrollarse un nuevo aparato de "evaluación-intervención-regulación" con el que el Estado logrará aplicar medidas para disminuir la creciente demanda de recursos públicos para la enseñanza.
"Así surge un modelo de Estado evaluador, donde aparentemente se retira del sistema educativo, pero en realidad mantiene un control centralista al establecer normas de evaluación y a quiénes se le entregan los recursos financieros, cada vez más escasos".
Este modelo, indicó, favorece el deterioro, mercantilización, iniquidad y exclusión del sistema educativo, pues "condena a quienes no alcanzan los parámetros de excelencia académica a permanecer con bajos niveles de calidad, pues la evaluación está estrechamente vinculada a la clasificación de instituciones que pueden o no acceder al financiamiento público, por lo que puede considerarse como un instrumento perverso".
Coautora del libro La mala educación en tiempos de la derecha. Políticas y proyectos educativos del gobierno de Vicente Fox, publicado recientemente por la UPN, Coll Lebedeff, destaca que se han identificado siete variantes del Estado evaluador: cambio estratégico, ordenamiento funcional control político, distribución presupuestal; mejoramiento de la calidad; responsabilidad pública, y contracción del Estado.
"Factores con los que se consolida un Estado evaluador que representa el conjunto de las ideas neoliberales en el ámbito educativo, ya que la condición de su tratamiento es la de avanzar y establecer los procesos de una nueva racionalización, mediante la evaluación, la diversificación de fuentes de financiamiento y la apertura de mecanismos de mercado."
Al asumir la tesis de un Estado evaluador se establece, en consecuencia, "que desplazando a la antigua planificación, la evaluación se ha convertido ahora en el instrumento de acción, organización e intervención que el Estado desarrolla en su visión estratégica de educación, determinando sus nuevas orientaciones y funciones sociales".