Descubren molécula que logra inhibir la capacidad del virus de reproducirse
Al menos 78% de los infectados por el sida ya no responden a antirretrovirales
Ampliar la imagen La lucha contra el sida continúa, tanto en las calles como en los laboratorios Foto: José Carlo González
Una vez que el VIH/sida se ha convertido en una enfermedad crónica, todavía incurable, los científicos tienen en la resistencia del virus un nuevo reto, pues a 10 años del descubrimiento de los medicamentos antirretrovirales que lograron aumentar la esperanza de vida de los infectados, hasta 78 por ciento de quienes están en tratamiento ya no responden a varios de los fármacos disponibles, mientras que 20 por ciento de las personas que aún no inician terapia también son portadores de virus resistente.
Cálculos extraoficiales señalan que en México existe una resistencia primaria de 9 a 15 por ciento de los pacientes. En el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición Salvador Zubirán, el porcentaje es de entre 5 y 10 por ciento, comentó Juan Sierra Madero, jefe de la clínica de VIH/sida de esa institución.
En 1994, el laboratorio Merck Sharp and Dohme (MSD) comenzó una investigación sobre una nueva familia de medicamentos antirretrovirales, los inhibidores de la integrasa, una de las tres enzimas más importantes que coadyuvan en el proceso de replicación del virus de la inmunodeficiencia humana.
A diferencia del resto de los aproximadamente 20 fármacos disponibles hasta ahora, la nueva molécula conocida como MK-0518 actúa a nivel del núcleo de la célula para evitar la integración del virus con el ADN humano y así impedir la formación de la partícula infecciosa.
Sierra Madero comentó que los resultados obtenidos en la fase dos de la investigación revelan que el producto tiene un alto grado de seguridad. Se logró limitar la diseminación viral y reducir la carga de virus en el torrente sanguíneo.
Por su parte, Miguel Cashat, gerente médico de MSD, señaló que desde el descubrimiento de la enfermedad, en los años 80, los científicos han desarrollado ya varias familias de medicamentos antirretrovirales, como son los no análogos de la transcriptasa, los inhibidores de la transcriptasa y los de la proteasa. Otro grupo de reciente aparición son los inhibidores de fusión. Todos actúan en diferentes momentos del ciclo de reproducción del VIH, antes de que se adhiera a la célula o en el citoplasma, antes o después de pasar por el núcleo.
Tanto la integrasa, como la transcriptasa reversa y proteasa son las enzimas que el VIH necesita para reproducirse.
Respecto del ciclo vital del VIH, información de MSD explica que luego de que una partícula de VIH se adhiere a una célula humana y penetra en ella, libera su código genético (o ARN) dentro de la célula.
Enseguida, el virus usa la enzima transcriptasa reversa para convertir su ARN en ADN, el cual entra a continuación en el núcleo de la célula humana. Ahí es donde, en un procedimiento de varios pasos, el ADN del virus usa la integrasa para quedar incorporado al ADN de la célula. Una vez que se completa esta integración, el virus puede crear copias de sí mismo e infectar nuevas células.
Justo en este punto es donde actúa la mólecula MK-0518, desarrollada por MSD, para bloquear el proceso e inhibir la capacidad del virus de copiarse.
El medicamento, todavía en estudio, está indicado para pacientes con infección de VIH/sida avanzada en falla, con resistencia a tres clases de antirretrovirales y con limitada acción del régimen óptimo de tratamiento.
La fase dos de la investigación involucró la participación de 167 enfermos de distintos países, nueve en México y con alrededor de 10 años de uso de antirretrovirales. A ellos se les administró alguna de las tres dosis estudiadas, vía oral, dos veces al día, y en combinación con otros antirretrovirales todavía eficaces en cada individuo.
A la semana 16, el porcentaje de pacientes que redujeron su carga viral a menos de 400 copias por mililitro de sangre se ubicó entre 64 y 84 por ciento, en tanto que en las personas que tomaron placebo dicha reducción fue de 22 por ciento.
Con estos resultados, MSD se dispone a iniciar la tercera fase de investigación en varios países, entre ellos México. Participarán hospitales de Guadalajara y Monterrey.
Miguel Cashat estimó que los resultados de esta nueva etapa podrían darse a conocer dentro de los siguientes dos años.