Rechaza la insurgencia maoísta la solución a la crisis que ofrece el rey Gyanendra
Cientos de miles de nepaleses festejan en las calles el restablecimiento del Parlamento
Ampliar la imagen Opositores se manifiestan en Katmandú contra el rey Gyanendra y por el restablecimiento de la democracia en Nepal Foto: Ap
Katmandú, 25 de abril. Cientos de miles de personas festejaron hoy en las calles de Katmandú el restablecimiento del Parlamento, prometido la víspera por el rey Gyanendra de Nepal, que la oposición aceptó pero que fue rechazado por la insurgencia maoísta.
"Se trata de una nueva estratagema para fragmentar al pueblo nepalés y salvar a su monarquía autocrática", declaró Pushpa Kamal Dahal, líder de los insurgentes, que luchan desde 1996 por abolir la monarquía e instaurar un régimen comunista.
Kamal Dahal, conocido como Prachanda (el feroz), calificó de "error histórico" la aceptación de la propuesta de Gyanendra, y animó a continuar con las protestas.
Asimismo, acusó a la alianza opositora, integrada por los siete principales partidos de la oposición "que ha aplaudido y apoyado la oferta del rey, de romper el acuerdo de 12 puntos y haber traicionado las aspiraciones del pueblo nepalés".
En noviembre de 2005 los insurgentes y la oposición establecieron en Nueva Delhi una alianza informal contra el rey Gyanendra, en virtud de la cual se optó por una Asamblea Constituyente que limitara las prerrogativas del monarca, quien se arrogó poderes absolutos en febrero del mismo año.
Con la esperanza de poner fin a la peor crisis política de su reinado, el monarca propuso el viernes pasado la celebración de elecciones y pidió a la oposición que designara a una persona para desempeñar el cargo de primer ministro.
En un primer momento la alianza opositora rechazó la oferta, que calificó de insuficiente, pero este martes dio su visto bueno y propuso de candidato a jefe del gobierno al ex primer ministro Girija Prasad Koirala, jefe de filas del Congreso Nepalés (NPC, por sus siglas en inglés).
El NPC contaba con 113 de los 205 escaños en el Parlamento disuelto, aunque luego se escindió en el Congreso Nepalés y el Congreso Nepalés Democrático, dirigido este último por Sher Bahadur Deuba, otro ex primer ministro.
En las próximas horas será sometido su nombre al palacio real, anunció Madhav Kumar Nepal, líder del Partido Comunista Marxista-Leninista Unificado.
Esta mañana, las calles de la capital nepalesa, Katmandú, volvían a recuperar su aspecto habitual después de que la alianza anunció el fin de casi tres semanas de huelga general y, por consiguiente, el cese, por el gobierno, del toque de queda, que causaron penuria energética y de alimentos.
Poco después del anuncio del rey Gyanendra de restaurar el Parlamento y devolver al pueblo todos sus poder, cientos de miles de nepaleses salieron a las calles para festejar su triunfo, y la alianza opositora, que confirmó su compromiso de cumplir con los 12 puntos del acuerdo con la insurgencia, decidió convertir la gran manifestación prevista para este martes en una "marcha de la victoria".
No obstante, la población, que apoya a la insurgencia, pidió que "muera la monarquía" y exigió a Gyanendra que salga de Nepal. "El país le pertenece al pueblo, no a ti", coreaban los nepaleses.
Gyanendra llegó al poder después de una matanza en 2001 en que su hermano mayor, Birendra, fue asesinado por su propio hijo, el príncipe heredero Dipendra.
En febrero de 2005, el monarca disolvió el gobierno y se arrogó todos los poderes del Estado tras acusar al Ejecutivo de corrupción y de no haber sido capaz de acabar con 10 años de insurgencia que costaron unas 12 mil 500 vidas.
Tras una etapa de dudas, el descontento fue en aumento y desembocó, el 16 de abril, en protestas masivas que obligaron a Gyanendra a refugiarse en su palacio, en Katmandú. Desde hace casi tres semanas, la represión de las protestas dejaron un total de 14 muertos y más de 2 mil heridos.