Exaltan en foro aportes de exiliados españoles
Los aportes de la segunda República Española hoy se ven reflejados en muchas escuelas que ofrecen una educación distinta, activa y abierta, y que, sin reconocerlo, deben mucho a esos maestros que al huir de la barbarie en su patria transformaron la educación de nuestro país, afirmó el periodista Andrés Ruiz.
En una mesa de reflexión sobre la actualidad de la segunda República Española, a 75 años de su proclamación, organizada por la Casa Lamm y este diario, los periodistas Andrés Ruiz y Aurelio Fernández, y la maestra María Luisa Mediavilla, recordaron a aquellos hombres y mujeres del exilio que, sin ser figuras de renombre, fueron ejemplo de libertad, dignidad y de una formación consciente que dejó su huella en muchos mexicanos.
Andrés Ruiz, colaborador de este diario, rememoró la manera en que el Colegio Madrid, una escuela de exiliados españoles, le cambió la vida. El, mexicano, de padres mexicanos, al formar parte de esa escuela "el mundo se me hizo ancho y ya no tan ajeno, porque aprendí el valor de la solidaridad y el compromiso en sus aulas".
Recordó los momentos en que, ante un suceso excepcional, las clases se volvían asambleas de discusión y de aprendizaje más allá de cualquier plan de estudios, "como ocurrió el día en que los yanquis invadieron Bahía de Cochinos o cuando el hombre pisó la Luna".
Así, dijo Ruiz, "mi patria se amplió, difuminó límites, borró fronteras, se volvió más plena, más ancha, más profunda. Y para ese niño mexicano que pasó por las aulas del Colegio Madrid, la vida se volvió muy otra".
Maria Luisa Mediavilla lamentó que a 75 años de su proclamación la Segunda República se encuentre "muy olvidada". Pero fueron estos hombres y mujeres los que alfabetizaron, fundaron grupos teatrales, los que realizaron un esfuerzo educativo y cultural sobre las ideas del laicismo, los que crearon 16 mil escuelas, ferias de libros, universidades e institutos, recordó.
Sin embargo, dijo, para la derecha la República es decadente, sobre todo para la Iglesia. Mediavilla, quien llegó a México en 1941, recalcó que la gran obsesión de los republicanos fue promover la educación y la cultura y, "muy en particular, conseguir la igualdad legal y social para las mujeres".
Aurelio Fernández, director de La Jornada de Oriente, planteó la interrogante sobre el papel de los hijos de los refugiados en el movimiento del 68, y mencionó a algunos: Marcelino y Mercedes Perelló, Enrique del Val, Fernando Serrano Migallón, Neus Espresate, Enrique Ballesté y Miguel Angel Salvoch.
Karina Avilés