El IVA los unió, y el mismo impuesto los aleja
Antes aliados, Madrazo y Calderón pelean el rating
Ampliar la imagen Reporteros y fotógrafos intentaron ingresar al salón donde se desarrollaba el debate, porque el sonido en la sala de prensa falló Foto: José Carlo González
Juntos por primera vez en la campaña, en el escaparate que tanto ansiaban, con el rating que tanto pelearon. Felipe Calderón y Roberto Madrazo. PAN y PRI. Vestidos casi idénticos, con traje de la misma tonalidad, corbata apenas diferente por unas rayas del panista, con los mismos proyectos... hablando de economía, que los ha unido por décadas en tiempos no electorales.
Ahí estaban ambos candidatos, escudriñando en las entrañas de su pasado para ganar votantes, para obtener puntos en las encuestas. Realzando torpezas ajenas, destacando corruptelas del adversario, recriminándose fracasos mutuos.
"Si de verdad quieres hablar de corrupción -lanzó Madrazo en una de sus descargas-, habría que ver dónde está Carmen Segura, que manejó el Fonden, los recursos de Wilma que no llegaron a los pobres."
Sería la tónica de Madrazo, a ratos desesperado, a ratos nervioso, recurriendo a la lectura para no salirse de un escript con un solo destinatario: Calderón. De principio a fin, recriminándole la falta de rumbo en el país, sus fracasos como funcionario, sus mentiras. Era el ahora o nunca del priísta.
"Voy a manejar en caja de cristal el dinero del pueblo"... No era respuesta ni ironía, sino el afán del panista de apartarse de la confrontación. Estrategia que pronto abandonaría ante la incesante ofensiva del priísta, que desde su presentación arrancó mostrando fotos de la violencia en el país.
No cesaría el priísta en sus afanes por desbancar al panista del altar de las encuestas y de la cargada de los sondeos, hasta reventarle una frase lapidaria: "Eres el candidato del IVA en alimentos y medicinas". Un insulto en tiempos electorales.
El IVA, que tanto los ha unido, se vuelve palabra maldita en época electoral y había que adjudicársela al adversario. De ello acusó recibo el panista y devolvió el primer golpe: "El candidato Roberto Madrazo, cuando fue diputado en 1978, él sí votó la ley del IVA, incluyendo las medicinas; aunque nunca presentó en sus tres veces de diputado ninguna iniciativa, sí votó el IVA en medicinas..."
En la rebatiña por los votos el IVA estorba. Nadie quiere pagar ese impuesto electoral aunque para ello tuviera que apelar a retorcer la historia, tan común entre ambos en tantos años de recetas neoliberales que han pactado PRI y PAN.
Como también sabían que había palabras y temas proscritos para ambos. Ninguno mencionó el Fobaproa.
Sólo Patricia Mercado, candidata de Alternativa, profanó la discusión económica invocándola para deplorar que los impuestos se utilicen en beneficiar de banqueros con el Fobaproa.
Nadie le hizo eco, ni Roberto Campa, de Nueva Alianza, que terminó por anticipar golpes bajos que complementaría el panista para acorralar al priísta.
En la agenda del debate hubo tiempo para compadecerse de los pobres, de lamentar la desigualdad, de intentar expiar culpas con promesas de paraísos por venir. Y ahí, de nuevo lo mismo: Progresa, le llamaba el PRI; Oportunidades, lo bautizó el PAN, pero los pobres siguen siendo motivo de disputa, de discurso y sobre todo de promesas electorales.
Si algo tienen los pobres es que son millones... de votos, y había que hablarles bien, aunque nunca se explicaran los motivos de su pobreza. "Para que vivamos mejor voy a abrir de par en par las puertas para salir de la pobreza, la puerta de la educación (...) La puerta más grande para salir de la pobreza es el empleo", prometió Calderón.
"Vamos a aprovechar, a convocar a los empresarios, para que junto con ellos logremos el crecimiento del país y entrarle de lleno al combate a la pobreza", fue la promesa de Madrazo.
Los embates de Madrazo fueron incesantes: "Calderón, no disfraces el IVA en medicinas y alimentos; no tienes la estatura de funcionario; no devolviste el préstamo de Banobras por tener las manos limpias, sino porque te agarraron con las manos en la masa..."
Y las respuestas de Calderón: "dicen que a este candidato, como al nopal, le salen más propiedades; no sé si pague impuestos (el priísta) pero por las propiedades en Miami..."
El debate fue perdiendo altura hasta perderse entre las indiscreciones ventiladas ante millones de electores.
Al final, salvo los embates que Calderón y Madrazo lanzaron esporádicamente contra el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, la silla o el podio vacío que tantos exabruptos provocó terminó siendo un mito que sólo apareció durante unos segundos a la entrada de cada tema del debate.
Un debate que arrancó en medio del caos mediático. Atrapados en el poder de las televisoras, que decretó la inaccesibilidad total a los espacios ya no sólo del set montado. Un control que terminó por alejar incluso a los consejeros electorales, que ante tanto control optaron por desairar el encuentro con su inasistencia. Sólo llegaron el consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde -limitado a hacer la recepción y tomarse la foto oficial- y quienes negociaron este debate, Marco Antonio Gómez Alcántar y Arturo Sánchez.
Pero las fallas técnicas de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión desataron una revuelta entre los representantes de los medios, cuando, después de horas de pruebas del sonido en el set televisivo, hubo ausencia del mismo en la sala de prensa, única a la que tenían acceso reporteros, fotógrafos y camarógrafos.
Y llegó el caos. Al grito de "portazo", decenas se lanzaron a trasponer el piso del World Trade Center que los separaba del escenario central y de los salones de los allegados de cada partido.
Jaloneos, gritos, empujones, golpes por alcanzar un sitio menos marginado... o por lo menos donde hubiera sonido para escuchar el debate.