Recibe Sergio Pitol el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares
''Sólo un badulaque puede ofender a Elena Poniatowska''
Tengo cierta deuda moral con Arreola, Rulfo y Del Paso, entre otros, expresa a La Jornada
''Desde que me anunciaron el galardón no he podido sentarme a escribir mis libros''
Ampliar la imagen Sergio Pitol, un ''clásico vivo de la literatura'' Foto: Francisco Olvera
Madrid, 20 de abril. Desde que Sergio Pitol llegó a Madrid, el pasado lunes, se siente liberado de la ''presión" y la espera ante lo que será uno de sus días más importantes como escritor: la recepción del Premio Cervantes.
Ese galardón lo sitúa como un ''clásico vivo" de la literatura, por lo que España lo ha recibido como una figura indiscutible de las letras y con relevancia similar a la de un jefe de Estado.
Hoy mismo, antes de conceder esta entrevista a La Jornada, Pitol se preparaba para una recepción oficial con los reyes, como antesala al acto central de la celebración de su obra: la entrega del galardón en la Universidad de Alcalá de Henares.
No se ha podido sentar a escribir
Pitol confesó que en estos días de parabienes y elogios a su trayectoria literaria, lo único que le preocupa es la espiral de violencia verbal que recorre México con motivo de la campaña electoral.
-¿Qué ha cambiado en la vida de Sergio Pitol desde que le concedieron el Premio Cervantes?
-Mire, en el momento que me dijeron que me habían dado el premio yo dormía. Me despertó la ministra Carmen Calvo y no entendía de qué me hablaba.
''Desde que me dieron el premio no he podido sentarme a escribir mis libros, sólo contesto correos electrónicos.''
-¿Es importante para usted ser el tercer mexicano en recibir este premio? ¿Se siente en deuda con sus predecesores en recibirlo, Octavio Paz y Carlos Fuentes?
-Sin duda es importante. Pero lo que sí creo es que tengo cierta deuda moral con otros muchos escritores a quienes no les dieron el premio y se lo merecían, como Juan José Arreola, Juan Rulfo, Fernando del Paso, Salvador Elizondo o Rosario Castellanos.
Búsqueda de la perfección
-¿Recordará a su abuela en el discurso de este viernes?
-Sí. Desde que me anunciaron el premio he estado rumiando mi niñez, mi casa, mi abuela siempre con lentes, leyendo y descifrándome algún libro. He estado estos días viendo y recordando el lugar del que salí hace 65 años, El Potrero, en Veracruz; entonces me he ido acordando de cada apellido de las personas de ahí, de sus casas y, por supuesto, de mi abuela sentada en la biblioteca de la casa, leyendo y cuidando de mí.
-En su literatura, usted también es partidario de la libertad en la forma.
-Sí y creo que eso lo comparto con Cervantes. Pienso que es por El Quijote que de repente en mis novelas aparece algún capítulo que aparentemente nada tiene que ver con la trama y que aparece de forma extravagante. Eso es algo que me interesa sentirlo.
-¿Cree que un escritor debe aspirar a la perfección?
-Sí. La literatura, el ser escritor y la gran obra es un esfuerzo racional o irracional en busca de la perfección.
-Es curioso que estos días en los se celebra su obra literaria, usted manifieste preocupación por la situación política de México.
-Hay motivos para ello, pues hay un ejemplo indignante de esa rabia y violencia de los analfabetos, que es la campaña de odio orquestada contra Elena Poniatowska, a quien llaman pobre señora y otras cosas peores. Esto sólo las puede decir un analfabeto, un badulaque, ignorante y malvado. Creo que hay una malevolencia terrible en el PRI y en el PAN, pero sobre todo en el PAN. Y esto es, sin duda, motivo de preocupación.