Usted está aquí: viernes 21 de abril de 2006 Política Militares, policías y turistas, ''principales consumidores'' de prostitución infantil

En burdeles cercanos al Campo Militar Número 1 reservan niñas vírgenes a oficiales, dice

Militares, policías y turistas, ''principales consumidores'' de prostitución infantil

Tenancingo, Tlaxcala, ''pueblo exportador de pequeñas'', señala directora de ONG

EMIR OLIVARES ALONSO

Los principales ''consumidores'' de prostitución infantil en México son elementos del Ejército y de la policía, aseguró Teresa Ulloa, directora para América Latina y el Caribe de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas. Inclusive, reveló que en los burdeles que rodean al Campo Militar Número 1 ''se les reservan niñas vírgenes a los oficiales, quienes pagan 45 mil pesos'' por ellas.

La especialista señaló que en el mundo más de un millón de niños son obligados a prostituirse y que, tan sólo en México, alrededor de 250 mil menores son explotados sexualmente, lo que junto con las mujeres representa 80 por ciento de las víctimas del comercio sexual.

Durante su participación en la mesa Pederastia Infantil en México, un Negocio Lucrativo, destacó que en la ciudad de México, de las 200 mil personas que se dedican al trabajo sexual 90 por ciento son mujeres y niñas; 85 no nacieron en el Distrito Federal y 75 por ciento se inició en la prostitución cuando tenían menos de 13 años de edad.

De éstas, 99 por ciento son explotadas por proxenetas (padrotes) y 50 por ciento son analfabetas o con primaria incompleta. La investigadora estableció que en la ciudad de México se calcula que existen más de 50 mil menores víctimas de la explotación para el comercio sexual.

Estadunidenses, principales clientes

Informó que las niñas proceden principalmente de Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Tlaxcala. Las redes que explotan este servicio dividen al país en cuatro partes, ya que en la zona norte y la costa del Pacífico generalmente la clientela son turistas, sobre todo estadunidenses, y en la zona sur y costa del Golfo, los consumidores son mexicanos.

Agregó que las principales ciudades en las que se presenta el fenómeno son: Cancún, Tapachula, Tuxtla Gutiérrez, Acapulco, Puerto Vallarta, Cabo San Lucas, Ensenada, Veracruz, Tijuana, Ciudad Juárez, Guadalajara, Puebla y el Distrito Federal. Reveló que hace un año citó tanto a autoridades federales como locales para dirigirlas a las zonas de prostitución infantil, ''y nadie llegó''.

Contrario al dicho de que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, Ulloa subrayó que esta actividad es ''la violencia más antigua que se ha perpetrado contra mujeres y niñas''.

Por su parte, la investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), Elena Azaola, consideró que las cifras no son de todo certeras, ya que no existe probabilidad de que se adjunten todos los casos.

La autora de la investigación Infancia robada comentó que en México el fenómeno se presenta porque ''hay un engarce de intereses y complicidades en el que todos los implicados obtienen beneficios'', incluidas las autoridades.

Por ello destacó que es importante sacar del anonimato a quienes acuden a los servicios sexuales, para detener el fenómeno desde la demanda, siguiendo ejemplos de países como Suecia y Corea, donde se castiga a los usuarios de la prostitución. Reveló que en México no se han diseñado esquemas necesarios que atiendan a los menores que han sido víctimas de estos abusos, ya que se producen daños ''fuertes'' en la vida y el desarrollo de los infantes. Dijo que el fenómeno se ha denunciado ''una y otra vez y no hay ganas de resolverlo''.

En tanto, Elsa Conde, feminista y sicóloga social, informó que estudios recientes demuestran que existen varias constantes en las jóvenes que son traídas a la zona de La Merced, en la ciudad de México: ''La mayor parte tienen entre 14 y 21 años de edad, se presentó violencia sexual en la infancia en el núcleo familiar y vienen de familias de relaciones precarias''.

Subrayó que la ciudad de Tenancingo, Tlaxcala, ''se ha convertido en pueblo exportador de niñas'', ya que de ese lugar viene 10 por ciento de las menores que son explotadas en la zona de La Merced. Informó que en ese pueblo existen varias redes delictivas de trata de mujeres, en colusión con las autoridades estatales.

Explicó que el enganche de las menores se presenta en lugares o actividades de esparcimiento, como bailes públicos, donde proxenetas las enamoran, las violan para embarazarlas y cuando dan a luz las separan del hijo para amenazarlas con quitarles al recién nacido.

La investigadora subrayó que las ganancias son tales, que una sola habitación de uno de los 33 hoteles que existen en el barrio de La Merced, es usada hasta 50 ocasiones cada viernes, además de que las mujeres jóvenes tienen de ocho a diez encuentros sexuales. Las especialistas coincidieron en que la globalización y el neoliberalismo han abierto espacios para que se incremente la oferta y demanda de este tipo de comercio sexual, sobre todo a través de la red de Internet.

 
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