Implica riesgos para una empresa estratégica del gobierno nacional
Una corte de EU resolverá el juicio de quiebra de Satélites Mexicanos
Un juez extranjero decidirá qué hacer con una concesión para explotar estos servicios
El juicio de quiebra de Satélites Mexicanos (Satmex) será resuelto por una corte de Estados Unidos, que decidirá sobre el destino de la empresa sobre la cual pesa una deuda cercana a los 720 millones de dólares y en la que el gobierno mexicano mantiene un interés por 200 millones de dólares.
De acuerdo con fuentes bursátiles de Estados Unidos, el próximo 27 de abril el caso de Satmex será trasladado a una corte federal de quiebras para resolverse bajo el llamado Capítulo 11 de las leyes mercantiles estadunidenses. El traslado del caso se llevará a cabo pese a que hace dos años la empresa había decidido acogerse a los tribunales mexicanos para llevar un concurso mercantil de manera ordenada.
El pasado 13 de abril la empresa satelital logró, en principio, un acuerdo con sus principales acreedores tras lo que fue calificado como un proceso ''largo, tortuoso y frustrante''. El convenio fue condicionado a un plan de reorganización que fue presentado al juez de lo concursal, Refugio Ortega, para su aplicación.
Pero a partir de la semana entrante el caso de Satmex entrará en una nueva dimensión, ya que una corte de bancarrotas en Estados Unidos deberá determinar si la restructura es aplicable bajo las leyes de ese país y responde a los intereses de los acreedores minoritarios.
Según fuentes consultadas, el traslado del caso a los tribunales estadunidenses encierra una serie de riesgos para el destino de una empresa considerada estratégica por el gobierno mexicano. Pero sobre todo, porque será un juez extranjero el que decida qué debe hacerse con la asignación de una concesión para la explotación de los servicios satelitales, lo que es una facultad exclusiva de las autoridades de México.
También se deja en el aire la prestación de una buena parte de los servicios de telecomunicaciones de diversas dependencias federales del gobierno mexicano, consideradas de seguridad nacional, que se transmiten mediante los satélites operados por Satmex.
Sospechosismo a flote
De acuerdo con las fuentes consultadas, que han estado cercanas al proceso de restructura financiera de Satmex, en el proceso no ha quedado del todo claro la triple función que juegan, por ejemplo, la estadunidense Loral Space and Communications, la cual además de socio en la empresa es acreedor a través de un fondo de inversión subsidiario, y como fabricante del satélite Satmex VI, el cual deberá ser colocado en órbita en mayo próximo. El gobierno mexicano también tiene la función de acreedor, por el menoscabo por 180 millones de dólares establecido en el contrato de concesión, así como propietario de 20 por ciento de las acciones de la compañía; además, es propietario de las órbitas geoestacionarias donde se ubican los satélites y mantiene la función de regulador en el mercado que opera la empresa.
Las autoridades de México decidieron sujetarse a la decisión del juez de lo concursal y han aplazado la decisión de recuperar la concesión de las órbitas espaciales asignadas a la empresa bajo el argumento de la quiebra. De hecho, analistas de la empresa especializada Satellite Finance, en un reporte reciente manifestaron que el gobierno de México ha adoptado una posición "mucho más pragmática" de lo esperado por el mercado.
Las fuentes también cuestionaron que las autoridades mexicanas y la propia empresa aceptaran trasladar el caso a Estados Unidos por la presión que ejercieron los tenedores de los bonos de deuda de Satmex, los cuales en el medio financiero son considerados ''fondos de rapiña'', manejados por empresas como Goldentree Asset Management y Murray Capital Management, Gramercy Advisors, Harbinger Capital Partners y Federated Investment Management, entre otros. Estos fondos habrían comprado la deuda de la empresa satelital en los mercados secundarios a una tasa de entre 40 y 70 centavos por cada dólar.
Ese precio habría sido obtenido por el riesgo inherente al deterioro financiero de Satmex, que mantiene un flujo de 50 millones de dólares anuales, cifra insuficiente para sus necesidades operativas y crediticias.
Analistas de JP Morgan y de Satellite Finance han destacado el rápido deterioro de los activos, constituidos principalmente por los satélites Morelos II, Solidaridad II y Satmex V. De hecho, las compañías aseguradoras sólo aceptan cubrir primas hasta de 35 y 75 millones de dólares, respectivamente, por los dos últimos, montos que no alcanzarían para reponerlos en caso de pérdida total.
Satmex es una empresa pública que fue privatizada a mediados de 1997; para 2004 se declaró formalmente en quiebra para llevar a cabo de manera ordenada la de restructura de su deuda, que a ese año representaba unos 720 millones de dólares.