La construcción de hospitales debería estar al mismo ritmo que la afiliación al Seguro Popular
Falta mucho para tener servicios médicos de calidad: Julio Frenk
El funcionario sugiere al futuro secretario seguir incrementado el presupuesto en el rubro
Ampliar la imagen El titular de Salud, Julio Frenk, durante la entrevista Foto: Cristina Rodríguez
El Seguro Popular creó expectativas todavía sin cumplir y falta que las acciones de gobierno lleguen a los "escenarios de la atención", afirmó el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), Julio Frenk Mora, y aseguró que con esta estrategia, la más importante del sexenio en materia de salubridad, se terminó el ciclo de 60 años durante los cuales el país le apostó, sin éxito, a satisfacer la demanda de servicios médicos para toda la población.
Reconoció que falta mucho por hacer para que los mexicanos tengan un servicio médico de calidad en todas las clínicas y hospitales, principalmente porque la demanda es enorme -la mitad de los municipios del país siguen a la espera de los tan anunciados beneficios de ese seguro. No obstante, el funcionario aseguró que esta administración logró una reforma de Estado que obliga a los gobiernos federal y estatales asignar presupuestos crecientes al rubro.
En entrevista, Frenk Mora admitió que la batalla por mayores recursos económicos continúa porque la construcción de nuevas clínicas y hospitales debiera tener el mismo ritmo que la afiliación al Seguro Popular.
-¿Cómo quedará el sistema de salud al término de este gobierno?
-Está un proceso de cambio sólido, pero sin culminar. En la Ley General de Salud están las bases del sistema ideal, donde todos ejerzan su derecho a la protección de la salud. Es una reforma de Estado que fija la responsabilidad presupuestal de los gobiernos federal y estatales para garantizar ese servicio y resolver el problema financiero de fondo.
Sobre presupuestos
El próximo secretario debe aprovechar esto y seguir incrementando el presupuesto, como lo prevé la ley, hasta 2010. Este sexenio lo duplicó al pasar de 34 mil 500 millones en 2000 a 81 mil 300 millones de pesos en 2006. La otra parte es que ese dinero se use bien y produzca los niveles de salud que deseamos.
-Según el diseño de la reforma que usted hizo, ¿qué pasará después de 2010?
-Fue un logro que la ley obligue a incrementar el presupuesto para salud. Significa aumentar 1 por ciento del producto interno bruto (PIB); en términos absolutos, 75 mil millones de pesos anuales. Por eso el proceso tomará siete años. La ventaja es que tenemos tiempo para construir hospitales, cambiar el sistema de abasto de medicinas, formar especialistas.
-¿Y después?
-Hay que lograr la convergencia y portabilidad de los tres esquemas financieros. Por eso la estructura financiera del Seguro Popular es idéntica a la del IMSS. Eventualmente, habrá un seguro universal de salud, que será el financiador único de la atención. Eso requiere cambios al artículo 123 constitucional, al diseño institucional del IMSS y del ISSSTE.
-¿Es viable?
-Sí, porque la consolidación de la democracia pasa por extenderla al ejercicio de los derechos sociales. Si no se logra podemos vivir con tres seguros financieramente homólogos.
-¿Los nuevos hospitales pueden atender la demanda de servicios de tres instituciones?
-El plan maestro de infraestructura en salud prevé el crecimiento de toda la población, no sólo los afiliados al Seguro Popular; pero, sí, hay que seguir invirtiendo. En 2000 el sistema estaba subfinanciado. Empezamos con 5.8 por ciento del PIB y lo dejamos 6.6 por ciento. Pero que nadie se duerma en sus laureles.
-¿De cuánto debiera ser el presupuesto?
-No sólo es cuánto, sino cómo se gasta. Estados Unidos invierte 14 por ciento de su PIB y tiene 40 millones de personas sin seguridad social, Canadá invierte 10 por ciento y tiene cobertura total. México necesita 7.5 por ciento del PIB para tener un sistema de salud que funcione bien y responda al cambio demográfico y epidemiológico. Los médicos y enfermeras hacemos muchas cosas, pero no milagros.
-¿Cómo afectaron a su proyecto los cambios hechos por los legisladores para que primero se afiliara a los más pobres y se les exentara de la cuota familiar?
-Teníamos la idea de empezar por los más pobres, pero iniciamos la afiliación donde ya había algo de infraestructura, porque si no era una promesa vacía: ¿qué íbamos a ofrecer si no había nada? Así acreditamos el programa y convencimos a los legisladores de la necesidad de la reforma legal.
"El Congreso también decidió que 2 por ciento del dinero vaya a un fondo de infraestructura para zonas marginadas, el cual crece conforme aumenta el presupuesto para el Seguro Popular. Este año se beneficiará a los 58 municipios más pobres del país."
-Mientras continúan las carencias, faltan medicinas, equipos y especialistas en hospitales generales como el de Huixtla y otras ciudades de Chiapas y Guerrero, entre tantos otros donde prevalece una añeja problemática.
-Ese es el siguiente paso de la reforma. Los estados ya reciben más dinero. Ahora deben lograr que el dinero y las acciones lleguen a los escenarios de atención, a los centros de salud y los hospitales nuevos y a los ya existentes, y que en esos lugares se vea la mejora de la calidad.
-¿ Ya hay dinero para eso?
-Sí y algunos estados ya lo hacen. Tabasco es uno de ellos y representa la imagen de cómo debe verse el sistema de salud en 2010.
-Pero siguen las peores condiciones de atención de siempre.
-Sí, tenemos que hacer. Lo más importante es la prevención. Tenemos una pugna profesional con los clínicos que siempre quieren resolverlo todo con atención médica.
-Es que hay una demanda...
-Claro, y tenemos que responder a esa demanda que es enorme. Para eso diseñamos el Plan Maestro de Infraestructura en Salud, que consta de 18 redes. Había tres en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey que fueron fortalecidas. Otras tres ya funcionan en Puebla, Veracruz y San Luis Potosí con obra nueva y de fortalecimiento, e inauguramos cinco más en Oaxaca, dos en Chiapas, el Bajío y Tabasco, todas en las zonas más pobres del país.
"Al siguiente gobierno le vamos a entregar licitadas, asignadas y con recursos, las obras de Guerrero, Sinaloa, Tamaulipas y Querétaro; así como otras tres con estudios técnicos concluidos y listas para el concurso de licitación."
-¿Por qué no primero se construyeron las clínicas y hospitales para después empezar a afiliar?
-Se ha dicho que en lugar de haber hecho un seguro para los excluidos debimos haber fortalecido al IMSS. Pero eso se hizo durante 60 años y al año 2000 había 50 millones de personas fuera de la instituciones ya existentes. Además, para construir necesitábamos tener la ley. No obstante, sí realizamos obras; recibimos 600 centros de salud, hospitales y el centro nacional de rehabilitación sin funcionar, aunque ya estaban inaugurados. En el primer año se echaron a andar casi 500 de esas unidades, incluido el centro.
-Pero, ¿qué les dice a las personas que en este tiempo no cuentab con un servicio médico?
-Les digo que ahí están ahora esos seis hospitales nuevos, que no son sólo para el Seguro Popular. Todas las redes de hospitales son para todos. Son mil 700 unidades nuevas en este sexenio, incluidas las 600 heredadas.
-Insisto sobre las expectativas.
-Yo entiendo, pero el IMSS se creó en 1943 y tardó 19 años para cubrir todos los estados. Si yo le hubiera dicho a la población que al Seguro Popular le tomaría 19 años estar en todo el país, pedirían mi cabeza. A tres años de su entrada en vigor, está en mil 584 municipios de los 31 estados de la República y el DF, y en 2010 estará cubierto el país en su totalidad.
"Además, hemos dado una gran batalla por el presupuesto. Me han dicho que con la reforma y el dinero asignado a ésta ya es suficiente. No es así. En forma paralela hay que expandir la infraestructura. En 2005 tuvimos casi 3 mil millones de pesos adicionales, y en 2006 alrededor de 2 mil millones. En muchos lugares primero hemos construido las unidades médicas y luego iniciamos la afiliación. Ahorita vamos con un ritmo de expansión de infraestructura enorme, que no había habido en México.
-Falta convencer al sector que no tiene seguridad social.
-Hasta ahora, más de 90 por ciento de las familias que pagan cuota se han reafiliado al Seguro Popular. Pero sí, cuando se termine de afiliar a las familias más pobres habrá que hacer una gran labor de mercadeo social. En México no tenemos una cultura de aseguramiento y se debe hacer ver que vale la pena estar protegido en contra de las cuotas de recuperación y al mismo tiempo, tener esta infraestructura más amplia con calidad, calidez, abasto. Esto último es lo más difícil de todo.