Usted está aquí: lunes 17 de abril de 2006 Capital Artesanos de Coyoacán exigen combatir el contrabando

Sus sitios típicos, invadidos por productos asiáticos

Artesanos de Coyoacán exigen combatir el contrabando

ROCIO GONZALEZ ALVARADO

Otrora espacio de remanso y descanso dominical, la plaza Centenario y el Jardín Hidalgo, en el centro de Coyoacán, se han convertido en un inmenso escaparate donde prevalece la venta de todo tipo de artículos chinos e indios, que han desplazado y puesto en jaque el trabajo de artesanos urbanos, que exigen a las autoridades delegacionales un espacio digno donde exhibir sus artesanías y la recuperación de la Casa del Artesano para talleres de artes y oficios.

La presencia de artífices de talabartería, cerámica, gravados en bronce y latón, chaquira, cristal soplado, madera, y joyería en plata se ha reducido en los últimos años y en la actualidad sólo representan el 15 por ciento de los más de mil puestos de comerciantes establecidos en el lugar, denunció la Unión Nacional de Artesanos Independientes 15 de Mayo.

Integrantes de la primera generación de artesanos urbanos, que procedentes de la Zona Rosa comenzaron a instalarse todos los fines de semana y días festivos en este sitio desde principios de la década de los ochenta, aseguraron que en detrimento de la auto producción y el consumo de artículos nacionales, las autoridades de la demarcación han dado prioridad a los vendedores de antojitos, piratería y fayuca, en la que se incluyen todo tipo de baratijas.

Aunque se ostentan como comerciantes de artesanía en general, sus productos "no tienen nada de artesanal. Son fabricados en cantidades industriales, y traídos principalmente de países asiáticos como China y la India", declaró un artesano curtidor de pieles, quien aseguró que en torno a ambas plazas alrededor de 20 organizaciones han monopolizado el comercio, incluidos, los carritos de chicharrones y papas, que pertenecen a un solo dueño.

Un vistazo por el lugar basta para constatar la versión de los artesanos urbanos, quienes se han agrupado en lo que han denominado el "corredor de la resistencia", frente a la zona de restaurantes, entre la calle de Carrillo Puerto y avenida Centenario.

 
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