Crece la dependencia económica respecto del crimen organizado: investigador
Mafias de narcos y polleros usan cada vez más adolescentes y niños
Los traficantes reducen sus riesgos y les pagan menos, ya sea con drogas o dinero, señala
Mexicali, BC, 16 de abril. Las organizaciones criminales en México utilizan cada vez más menores de edad para actividades ilícitas como el tráfico de estupefacientes y de personas, debido a que la precaria economía del país obliga a los jóvenes a recurrir a cualquier medio de supervivencia, aseguró Rubén Sandoval, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Esta situación, advirtió, hace que México, en particular la frontera norte, sea cada día más dependiente de los ingresos que genera el crimen organizado.
El director del Centro Binacional de Derechos Humanos, Víctor Clark Alfaro, coincide en que es cada vez más frecuente el uso de adolescentes para el narcomenudeo porque si son detenidos se les aplican penas menores o salen de las cárceles con mayor facilidad.
Clark Alfaro señala que en la zona norte de Tijuana es común ver a jóvenes en bicicleta que reparten drogas sin ser detectados o son vigías de las redes de traficantes, a las que avisan sobre la presencia de policías. La paga, afirma el activista, a veces es con droga, otras en efectivo.
Un caso atípico
Julio César tiene 16 años. Cuando aún era niño incursionó en el crimen organizado como burrero y guía para narcotraficantes y polleros. La frontera entre Ciudad Juárez y El Paso se convirtió en su área de actividad. Después, a los 12 años, las drogas, especialmente la cocaína, empezaron a ser para él artículos de consumo cotidiano.
Tiempo después Julio César dejó Chihuahua. En Baja California Sur fue detenido por golpear a un policía e ingresó al Consejo Tutelar para Menores Infractores.
En ese centro recibió tratamiento para desintoxicarse. Luego de un año los especialistas coincidieron en que había cambiado, tenía una visión diferente de la vida, y su caso era un ejemplo claro del proceso que atraviesa alguien que desde los nueve años tiene contacto con la delincuencia organizada.
Pago en especie
En Baja California la situación no es diferente.
Informes de la Secretaría de Seguridad Pública advierten que los grupos delictivos usan cada vez más menores de edad para disminuir riesgos.
Ler sirven de guías para el tráfico de indocumentados por rutas establecidas, como brincadores del muro fronterizo o jaladores de clientela -sin importar que violen la Ley General de Población- o como portadores de droga o burreros, lo cual los expone a sanciones graves en territorio estadunidense.
Un joven recibe en la frontera, en promedio, 500 dólares por cruzar un cargamento de droga en un auto por cualquiera de las seis garitas internacionales que hay entre Baja California y California. La tarifa para un menor de edad no llega a 100 dólares.
Lo mismo sucede al llevar ilegalmente grupos de migrantes a Estados Unidos: la paga no rebasa 70 dólares.
Según los integrantes del Corredor Bilateral México-Estados Unidos, estas actividades son muy atractivas para los menores en pobreza extrema, que pueden llegar a convertirse en sirvientes o esclavos del crimen organizado, ser prostituidos o usados para la producción de pornografía infantil.
Las polleritas
En los primeros días de enero la policía municipal detuvo en Tijuana a dos traficantes de indocumentados de 14 años de edad cada una, cuando intentaban llevar a dos niños a territorio estadunidense.
De acuerdo con el Grupo de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, las adolescentes fueron detenidas en la plaza Viva Tijuana, ubicada a unos metros de la garita internacional de San Isidro. Las menores pretendían llevar a San Diego, California, a dos niños de ocho años, a cada uno de los cuales cobraron 500 dólares.
Los niños migrantes, Julisa Adamari Castro y José Manuel García Nava, fueron canalizados al albergue del DIF Baja California y las adolescentes al Consejo Tutelar para Menores Infractores.
Toque de queda para menores
Las autoridades municipales han recurrido a la aplicación de horarios especiales o restringidos para niños y adolescentes. Esta medida, considerada un toque de queda encubierto, se instrumentó en Tecate durante 2003 y prohibía a los menores andar solos en las calles de Tecate, so pena de una amonestación y, en caso de reincidencia, una sanción, de la cual se informa a los padres.
El actual presidente municipal puso a consulta aplicar nuevamente el horario especial y argumentó que ha disminuido 15 por ciento las actividades ilícitas.
El investigador Rubén Sandoval señala que es muy probable que los menores que trabajan para el narcotráfico y el tráfico de indocumentados lo hagan de noche y en zonas inhóspitas, y reconoce que el horario especial puede inhibir estas actividades.
El director de Seguridad Pública de Mexicali, Javier Salas, aplicó un programa de horarios restringidos en colonias y poblados donde se han reportado presencia de pandillas, narcomenudeo y consumo de drogas.
El funcionario municipal asegura que estos programas van acompañados de un trabajo comunitario que promueve la convivencia entre vecinos con apoyo de la dependencia.
El Congreso de Baja California analiza 13 propuestas presentadas por el Partido Acción Nacional, entre las que destacan el Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, para atender a personas de mayores de 12 y menores de 18 años.
Sandoval asegura que la prostitución, el tráfico y la corrupción de menores se han convertido en problemas nacionales debido a la negligencia de las autoridades.
''Es un descuido criticable desde todos los puntos de vista: social, económico, cultural y, lo que es más importante, en lo humano''. Asimismo, califica de ''demagogia'' que el Presidente de la República asegure que las condiciones de vida de la niñez mexicana han mejorado. ''¿Cómo podemos creerle cuando vemos la realidad?'', cuestiona.