Si el Ejército ataca las comunidades involucradas, se tomará como una agresión al EZLN
Presa La Parota "sólo podrá hacerse con una guerra en el sureste": Marcos
Ampliar la imagen El subcomandante Marcos es recibido por integrantes del CECOP en la comunidad guerrerense de Agua Caliente, municipio de Acapulco Foto: Víctor Camacho
Agua Caliente, Gro., 16 de abril. Al hablar ante aproximadamente mil comuneros, ejidatarios y familias de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, amenazados con la proclamada construcción de la hidroeléctrica La Parota, el subcomandante Marcos advirtió al gobierno federal que la presa "sólo podrá hacerse con una guerra en el sureste mexicano".
Luego de escuchar a los representantes del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (CECOP), quienes denunciaron a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por amenazarlos con solicitar la intervención del Ejército federal si persisten en su resistencia, el delegado zapatista advirtió: "si el Ejército ataca a sus comunidades, también nos tiene que atacar a nosotros, porque lo vamos a considerar como una agresión al EZLN". Planteó "a los pueblos que están como éste y como el nuestro en otras partes de la República" que, si son atacados, respondan "todos juntos, cada quien en donde está".
Antes del delegado zapatista, el campesino José Venus dio lectura a un manifiesto de la CECOP dirigido al EZLN, que dice: "Somos muchos los mexicanos y mexicanas pobres que aprendimos a ver de frente a los poderosos; somos cada vez más los que sabemos cómo defender nuestros derechos". Que "los más dignos somos los más pobres, la mayoría de los mexicanos. Así como ustedes, los hombres y mujeres de estas tierras estamos dispuestos a dar nuestra vida".
Los comuneros reconocen que su lucha les ha enseñado que al defender sus tierras defienden "su" río Papagayo, la biodiversidad y el agua. Acusaron al gobierno de que, al destruir 17 mil hectáreas, sepultar 36 comunidades, expulsar a 25 mil personas y afectar directamente a otras 50 mil, "no le importa la desertificación que produciría en todo Acapulco" (bueno, en las colonias populares; las áreas residenciales de gran lujo tienen garantizadas el agua y todos los beneficios que antes eran para toda la gente).
"Ahora sabemos que el que se deja lo aplastan y que si no te dejas adquieres fuerza y obligas a que te respeten", prosigue el manifiesto. En un acto muy intenso, donde se sucedían los gritos de "¡Fuera Zeferino!" y "¡Fuera la CFE!", se percibe que una gran rabia recorre estas tierras que no serán nunca la presa La Parota. "Son nuestras y serán de nuestros hijos", dice el documento que declara "cancelado" definitivamente el proyecto gubernamental. Y se pronuncia por el regreso de la armonía y la unidad a las comunidades, perversamente divididas por el gobiernos y sus personeros, puestos en operación desde el 28 de julio de 2003, cuando la CFE se dejó venir sobre las tierras de Cacahuatepec con una más de sus atroces hidroeléctricas.
"El gobierno deberá pedir perdón por enviar más de mil policías a impedirnos el acceso, por reprimirnos con toletes y gases lacrimógenos", advierte CECOP. Y exige castigo para el delegado de la Procuraduria Agraria y el subsecretario de Asuntos Agrarios de Guerrero por corrupción y fraudes. Finalmente, los campesinos de Cacahuatepec se declaran adherentes de la otra campaña y suscriben la Sexta por aclamación.
Marco Antonio Suástegui, representante de los comuneros, toma entonces la palabra con furia formidable. "Hoy seguramente se va a caer La Parota", empieza. "Se trata del encuentro de dos grandes, el EZLN y el CECOP. No tenemos dinero, pero sí dignidad, y eso no tiene precio. Muchos compañeros no se han abandonado a la cobardía, y han sido encarcelados o asesinados", pero el pueblo "no se raja".
El dirigente campesino recuerda a los caídos en la resistencia, a su "hermano" Tomás Cruz Zamora, a su compañero Eduardo Maya Manrique. Y envía un mensaje a Vicente Fox, a Zeferino Torreblanca y a la CFE: "Aquí nacimos y aquí vamos a morir, cabrones. Si el gobierno manda al Ejército, vamos a morir en el campo de batalla".
Suástegui declara: "Nunca pedimos este proyecto. No pedimos dinero. Económicamente no es viable, ambientalmente no es sustentable, socialmente no es aceptable". Y anuncia al subcomandante Marcos que el CECOP, igual que el EZLN, no acepta a ningún partido político. "Las tierras de La Parota también son tierras zapatistas."
Por eso, al tomar la palabra y transmitir "el mensaje de los comandantes y comanandantas que representan a las comunidades zapatistas en el sureste mexicano", Marcos aseguró a los campesinos de la costa guerrerense: "admiramos su lucha. Son un ejemplo y unos maestros de lo que debe ser la dignidad en nuestras tierras".
A partir de la Sexta declaración de la selva Lacandona y la otra campaña, los zapatistas están "cambiando la geografía", dijo el delegado Zero. "Según nuestro pensamiento como indígenas mayas, el río Papagayo corre también por las montañas del sureste mexicano. Por eso queremos avisarle a Vicente Fox y a su brazo amarillo y negro, Zeferino Torreblanca, que si el Ejército ataca estas tierras, tendrá que atacar también las montañas del sureste mexicano. En palabras sencillas, que son las nuestras, es nuestro compromiso".
En la otra campaña, continuó, no nada más están el EZLN y el CECOP, sino los grupos y organizaciones adherentes en toda la República. "Lo que quieren hacer aquí los gobiernos es un crimen. Todos sabemos bien lo que la presa va a significar para estas tierras: la destrucción y la muerte". Advirtió que "aquellos ejidatarios y comuneros que han creído las mentiras del gobierno, en realidad están creyendo que hay que agradecerle y dejar entrar a la casa al ladrón que no sólo nos va a robar, sino que además va a asesinar a nuestra familia y a nosotros".
El delegado zapatista acusó a los gobiernos federal y estatal de "construir una gigantesca mentira para poder construir la presa". Reconoció la lucha de los integrantes del CECOP, "que tienen dolores, muertes y que han sufrido el desprestigio. Que en mucha prensa, radio y televisión han dicho que son minoría, que están manipulados por otras fuerzas, que hay intereses extraños detrás de ustedes. Nosotros, allá en las montañas del sureste mexicano, sabemos lo que quiere decir eso. Siempre que hay un movimiento auténtico, legítimo, digno, rebelde, inmediatamente los grandes medios de comunicación empiezan a echar mentiras para que la gente no apoye ni se una.
"No crean que los gobiernos se van a quedar con la tierra ni con la presa. Las van a vender a grandes capitalistas." El dinero extranjero está detrás, apuntó. "Quieren nuestras tierras como campesinos, nuestras tierras como pueblos indios. Nos quieren matar, destruir y echar de estas tierras. Y todavía quieren convencernos de que en una asamblea votemos por eso, por morirnos, por tener que buscar trabajo en Estados Unidos o en otras partes, por ver destruidas nuestra historia y la de nuestros ancestros, y creen que van a encontrar a la gente dispuesta a eso. Y así como ustedes hemos encontrado muchos en todas partes de México que no están dispuestos a ser destruidos.
"Lo que estamos haciendo es ponernos de acuerdo, porque ya nos cansamos de que se quieran meter en nuestras tierras, en nuestras casas. Que nos están robando en los precios de los productos del campo, que nos roban en los salarios, en los altos precios de los productos que consumimos. La presa es para favorecer a las grandes empresas turísticas, industriales y comerciales. Ningún campesino va a ser beneficiado, ninguna colonia pobre va a ser beneficiada. Es el dinero del poderoso el que está detrás de ese proyecto. Tal vez pueda alcanzar su dinero para comprar a los medios de comunicación y echar mentiras y decir que es una pequeña minoría la que se opone a la presa La Parota, porque estamos viendo claramente que no es una minoría.
"Estamos viendo también, y lo hemos investigado, que aquellos que se presentan como representantes de las comunidades y ejidos están comprados, son falsos y son los que se aparecen en las fotos declarando que va a traer mucho beneficio.
"Nosotros reconocemos esto, ya nos cansamos porque lo hemos visto en todos los estados de la República. Ya estuvo bueno que estamos en nuestras casas y tierras con el machete desenfundado, a ver a qué horas se les va a ocurrir a esos cabrones venir a robarnos. Mejor vamos a juntarnos y vamos por ellos. Vamos a sacarlos, vamos a derrocar a Zeferino, a Fox, al que esté arriba.
"Lo que estamos proponiendo en la otra campaña es un movimiento nacional. Hemos visto en varias partes que la gente que se organiza sin necesidad de los ricos y los patrones puede sacar adelante una sociedad. ¿Por qué tenemos que soportar este sistema, a esos criminales, y aparte tenemos que votar por ellos, y aparte tenemos que pagarles el sueldo que se ponen? Se trata de elegir qué camino vamos a seguir, si vamos a seguir esperando que nos sigan amenazando, que estén echando mentiras sobre nosotros, que nos quieran matar, que quieran mandar al Ejército a masacrar gente inocente, o si de una vez nos organizamos entre todos, los tumbamos del gobierno y los metemos a la cárcel, que es donde deben estar la mayoría de ellos."
La audiencia se mostró brava, encendida, decidida. Y Marcos habló en esa modulación: "no se trata sólo de ponernos de acuerdo para defendernos, sino de hacerlo para cambiar las cosas de una vez hasta abajo. Lo que vamos a hacer ahora tiene el nombre y el rostro de cada uno de ustedes. No se trata de un líder ni una organización que vaya adelante, sino que cada quien tome su lugar y levantemos este país desde abajo, lo sacudamos bien para que caigan todos los malos gobernantes y los ricos y volvamos a tenderlo como se deben tender las cosas".
Esta mañana, antes de salir de Atoyac, donde pernoctó, el delegado Zero rindió homenaje a Lucio Cabañas en la plaza central del poblado, y durante el trayecto a Cacahuatepec fue recibido en Coyuca de Benítez por las viudas de los caídos en Aguas Blancas y centenares de simpatizantes, quienes lo condujeron al interior del poblado y le brindaron un saludo, que Marcos agradeció con palabras de solidaridad y respeto.